Si el IPC dice que baja la luz, ¿por qué la factura sube más que nunca?

El recibo de la luz de unos 19 millones de hogares con una tarifa de mercado libre y precio fijo, que representan más del 65% del mercado, está experimentando una subida constante y creciente desde el pasado mes de mayo.

Dicho encarecimiento está alcanzando cotas récord en los últimos meses, echando por tierra el discurso optimista respecto a la electricidad articulado por el Gobierno en las últimas semanas. Además, confirma que el INE mide mal el impacto de la luz y el gas en el IPC, lo que le está permitiendo que se contenga la inflación gracias a esta distorsión contable.

Según los datos publicados por CaixaBank Research, sobre la base de millones de facturas domiciliadas en el banco, las subidas interanuales de septiembre y octubre ya rondan el 22%. Es decir, que la mayoría de usuarios en España ha pasado a pagar, en términos medios, de alrededor de 65 euros al mes a casi 80 euros. Comparada con las cifras de enero de 2022, la subida es del 33%.

"Los recibos de los hogares con contratos a precio fijo han ido viendo cómo los crecimientos interanuales iban al alza a medida que avanzaba el año. En enero de 2022, el importe del recibo mediano fue de 60 euros, un 27% interanual menos que un año atrás. En primavera, los recibos ya estaban más o menos al mismo nivel que un año antes (crecimientos interanuales del 0%). En octubre de 2022, en cambio, el recibo mediano alcanzó casi los 80 euros, lo que suponía un crecimiento interanual del +21%", señala el análisis del servicio de estudios del banco participado por el Estado a través del FROB.

"Para el año 2023, prevemos que la factura de la electricidad continuará siendo elevada", señalan los expertos de CaixaBank Research. "Los hogares en el mercado libre que vean revisados sus contratos verán incrementada su tarifa continuando la tendencia observada en 2022", advierten, y concluyen que "el respiro en la factura de la electricidad llegará, pero no prevemos que esto suceda antes de finales de 2023".

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"Los recibos con tarifa fija (que representan casi dos tercios del total) han ido aumentando paulatinamente de importe a medida que se han renovado contratos", advierten los expertos, ya que estos recibos se suelen renovar solo una vez al año. Según los datos reportados, los encarecimientos en el mercado libre se han disparado precisamente con la llegada del mecanismo ibérico de tope al gas. Este sistema obliga a pagar la subvención a los ciclos combinados a todos los contratos renovables a partir del 26 de abril, sean de mercado libre o de la tarifa regulada PVPC.

Según el Gobierno, también los contratos de mercado libre se benefician de la medida activada en junio, por la bajada de las referencias de futuros con que se renuevan los contratos, pero la realidad es que, pese a esta medida y la rebaja adicional del IVA de la luz al 5% en junio, dos tercios del total de consumidores están sufriendo unos costes globales por su recibo mayores.

Según las cifras de La Caixa, el recibo de octubre de mercado libre a precio fijo se acerca ya a los niveles previos a la crisis, pese a que ahora tiene una bonificación del 15% del IVA, del 5% sobre el impuesto de la electricidad, se ha suspendido el impuesto a la generación y se han rebajado los cargos del sistema. Precisamente, todas estas bonificaciones le permitieron a Pedro Sánchez cumplir con su promesa de que la luz en 2021 estuviera al nivel de la de 2018. Es más, esgrimió precisamente los datos de CaixaBank Research para dar cuenta de la promesa hace un año, algo que no se ha podido mantener en 2022.

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Caso diferente es el de la tarifa regulada a la que están adscritos alrededor de nueve millones de hogares. Según el análisis de CaixaBank Research, sufrieron subidas muy fuertes durante el año, pero en los últimos meses estas se han moderado. Han pasado de pagar 50 euros en octubre de 2021 a menos de 60 euros un año más tarde. La situación, si cabe, es todavía más pronunciada en noviembre, según los datos recogidos por el INE, que muestran un retroceso interanual.

A estas últimas magnitudes se está acogiendo el Gobierno para afianzar su discurso público de contención de la electricidad. Una de las bazas que está explotando es el control de la inflación. Sin embargo, actualmente el INE está infraestimando la inflación, como demuestran los datos publicados ahora por CaixaBank Research. Estadística calcula el IPC teniendo en cuenta solo los contratos del mercado regulado, que en noviembre cayeron con respecto al año anterior. Ese fallo estadístico es lo que lleva a Eurostat a señalar España como uno los países donde más contenidos están la luz y el gas en los últimos meses.

"Estamos conteniendo los precios mejor que nuestros socios europeos", ha dicho este lunes en RNE la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. El Gobierno arguye el menor precio actual en los mercados mayoristas. Sin embargo, este se traslada de forma directa al PVPC, algo que no ocurre con los contratos de mercado libre, que son mayoritarios. Ejemplo de lo anterior es el reciente rechazo de Paradores a renovar su contrato con Endesa, ya que la compañía le ofrecía una prórroga un 20% más cara.

Todo ello lleva a que la contención del IPC vinculado a luz y gas no es representativa, porque dos terceras partes del mercado están sufriendo incrementos récord en los últimos meses, tal y como refleja el estudio del banco con participación pública. El INE se ha comprometido a resolver esta circunstancia, consciente de que la muestra tomada no sirve. Sin embargo, aún no tiene fecha para dicho cambio, pese a que su plan inicial era haberlo cambiado ya en enero de este año.

Lo mismo sucede con el gas. El Gobierno basa el impacto del coste del gas sobre los contratos regulados, que tienen 1,5 millones de hogares, frente a 6,5 millones de hogares que tienen tarifas de mercado libre. La distorsión, si cabe, es mayor, porque el precio del gas está intervenido, topado y subvencionado, aunque su peso en la cesta del IPC es más pequeño que el de la luz. Por el contrario, las eléctricas advierten de renovaciones con un incremento del 200% en el mercado libre. El INE quiere resolver esta circunstancia y está pidiendo datos a las compañías para incluirlo en la reforma, según avanzó El Periódico de España y han confirmado fuentes de Estadística.

Esta distorsión contribuye a que ahora la inflación subyacente suba casi lo mismo que la inflación general, ya que esta no tiene en cuenta buena parte del encarecimiento de la electricidad que sufren muchas empresas y trasladan a sus productos, lo que sí se refleja en el IPC subyacente, como por ejemplo el elevado precio de la cesta de la compra, que está subiendo ahora un 15%, más que en el pasado.