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España empieza a tirar de reservas de gas para el invierno, pero más tarde que otros años
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LA MEDIA EUROPEA LLEGA AL 92%

España empieza a tirar de reservas de gas para el invierno, pero más tarde que otros años

Nuestro país ha sido el último en empezar a extraer hidrocarburo de los almacenes subterráneos. El suministro está asegurado gracias a la flexibilidad del gas natural licuado

Foto: Un manómetro y unas válvulas de gas. (Reuters/Christian Hartmann)
Un manómetro y unas válvulas de gas. (Reuters/Christian Hartmann)
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España fue la primera en llenar sus reservas para este invierno y ha sido la última en empezar a vaciarlas. Después de un otoño inusualmente cálido, nuestro país ya empieza a tirar de los almacenes subterráneos, que se encuentran al 96,5% de su capacidad, para hacer frente a la demanda durante la temporada fría. Es un proceso normal para esta época del año, que no implica ningún riesgo de desabastecimiento. De hecho, España ha empezado el vaciado unas semanas más tarde que otros inviernos y que sus socios europeos: la flexibilidad que aporta el mayor potencial de regasificación de Europa le permite depender menos de los almacenes subterráneos.

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La primera extracción relevante se produjo este martes, según los datos de GIE (Gas Infrastructure Europe), el organismo que reúne a los operadores del sistema de los Veintisiete. Era 29 de noviembre, un momento inusualmente tardío para el inicio de las retiradas del hidrocarburo. En los últimos cinco años, las fechas en que se empezaron a vaciar las reservas fueron las siguientes: 1 de noviembre (2017), 25 de octubre (2018), 5 de noviembre (2019), 20 de noviembre (2020) y 11 de noviembre (2021). Oficialmente, la temporada de salidas se extiende desde el Día de Todos los Santos hasta el 31 de marzo. Fuentes del sector recuerdan que en este periodo lo normal es que las reservas vayan bajando paulatinamente, pero mandan un mensaje de calma sobre el abastecimiento.

La razón por la que España puede estar tranquila resulta muy sencilla: su dependencia de los almacenamientos subterráneos de gas es reducida. De hecho, nuestro país solo cuenta con 35,25 teravatios hora (TWh) de capacidad, lo que supone siete veces menos que Alemania, seis veces menos que Italia y cuatro menos que Francia. Un dato: mientras España solo puede satisfacer el 10% de su consumo anual con las reservas, al resto de los grandes del euro les permite cubrir entre un 25% y un 30% de la demanda.

Foto: Estación compresora de gas. (EFE/Filip Singer)

Esto no constituye una mala noticia, sino una muestra de que el modelo nacional es otro, basado en los tanques de almacenamiento de gas natural licuado (GNL). España cuenta con más de un tercio de la capacidad de regasificación del continente, lo que permite que, cada día, grandes buques metaneros descarguen el hidrocarburo en estado líquido en nuestros puertos, que acabará devolviéndose al estado gaseoso en una de las siete plantas nacionales. Fuentes del sector destacan que este es un sistema mucho más flexible que el de los almacenes subterráneos, ya que permite casar mejor la oferta y la demanda en cada momento sin necesidad de acumular ingentes cantidades de gas.

Lo cierto es que constituye un seguro de vida para nuestro país. Según la proyección realizada por El Confidencial a partir de los datos de GIE, los tanques de GNL están al 78% de su capacidad, lo que supone unos 17,6 TWh adicionales. Enagás ofrece unas cifras muy similares. Es decir: España tiene un 50% más de gas almacenado del que figura en sus reservas subterráneas. Pero, a diferencia de lo que ocurre con estas, el GNL entra y sale continuamente de las diferentes plantas, en función de las necesidades —y los contratos— de las comercializadoras. Es un modelo mucho más seguro, ya que no se produce una pendiente constante de vaciado durante todo el invierno: todo depende de los barcos que sigan llegando para llenar los tanques.

Foto: Un buque transportador de gas. (EFE/Bienvenido Velasco)

Hace solo unas semanas, varios metaneros aguardaban frente a las costas peninsulares a la espera de poder entregar su carga, debido al atasco de las plantas españolas. La imagen resultó icónica. Con los puertos rebosantes de gas, lo lógico es que el GNL vaya entrando paulatinamente en el circuito para cubrir la demanda, antes de que entren en juego —al menos a una escala considerable— los almacenes subterráneos, según aseguran las mismas fuentes. El Gobierno obliga a las comercializadoras a mantener una reserva estratégica equivalente a 20 días de consumo, que se ampliaron a 27,5 de cara al inicio de la temporada invernal. Actualmente, la cifra alcanza los 37 días.

Otros países empezaron antes

El sistema gasista español siempre ha cumplido con las obligaciones establecidas por el Ejecutivo y la Unión Europea, también durante el dificilísimo invierno del año pasado, cuando estalló la guerra. Sin embargo, hay dos países que incluso aguantaron mejor entonces, y que ahora son los únicos que aún no han tenido que recurrir a sus minúsculas reservas: Portugal y Suecia. En cambio, otras naciones europeas ya empezaron a vaciar sus almacenes subterráneos mucho antes que España, que ha sido la última en abrir la espita. Alemania y Francia, por ejemplo, hicieron su primera extracción el pasado 3 de noviembre y 4 de octubre, respectivamente, aunque no consolidaron una tendencia constante de vaciado hasta hace dos semanas, cuando nuestro país todavía los estaba llenando. El ritmo de salidas está siendo rápido debido a la llegada del frío, pero todavía lejos de los récords históricos, según destacó el experto en geopolítica energética Francesco Sassi en una publicación en su cuenta de Twitter.

Los almacenes europeos siguen a un nivel envidiable y han cerrado el primer mes de la temporada de extracción al 92% de su capacidad, 23 puntos más que el año pasado, cuando el gigante ruso Gazprom ya empezaba a racionar los envíos a la UE. De hecho, 13 de los 18 países que monitoriza GIE están por encima del 90%, entre ellos Francia, Italia y Alemania. Solo preocupa Letonia, una de las naciones que más dependían de Moscú y a la que el Kremlin cortó antes el suministro, donde están a poco más de la mitad.

La intensa política de llenado emprendida este año permitió a la Unión Europea empezar la temporada con las reservas al 95% de su capacidad, cuando el objetivo para este año se había marcado en el 80%. La carrera emprendida durante el verano para aprovisionarse ante un posible corte del gas ruso —que, de facto, ya se ha producido— llevó al hidrocarburo a batir sus máximos históricos en el mercado de futuros de Ámsterdam (el llamado de TTF, de referencia en Europa) y sobrepasar los 300 euros el megavatio hora. Desde entonces, el precio se ha ido moderando, hasta estabilizarse por encima de los 100 euros, una cifra todavía altísima y que en los últimos días ha vuelto a repuntar, coincidiendo con la llegada de las bajas temperaturas al continente. Este jueves, los futuros a un mes se pagaban a 137 euros, y los analistas de ASE advierten de que esta tendencia se consolidará si sigue el frío.

Foto: Terminal de Enagás en el puerto de Barcelona. (Reuters/Nacho Doce)

El ahorro energético, en línea con los planes de la Comisión Europea, y la caída de la demanda, principalmente en la industria, también han contribuido a la estabilidad de los precios y de las reservas. La crudeza del invierno decidirá qué pasa en países como Alemania, donde el espacio que han dejado los gasoductos del este para asegurar el suministro cuando más falta hace lo tendrán que ocupar los almacenes subterráneos. A corto plazo, no hay otra opción.

En el caso de España, las reservas deben llegar al 1 de febrero con el 59% de su capacidad, según la trayectoria marcada por Bruselas. No parece muy difícil: este año, acabaron la temporada de invierno (31 de marzo) al 58%, el doble que la media europea. Y, pase lo que pase, siempre nos quedarán los tanques de gas natural licuado.

España fue la primera en llenar sus reservas para este invierno y ha sido la última en empezar a vaciarlas. Después de un otoño inusualmente cálido, nuestro país ya empieza a tirar de los almacenes subterráneos, que se encuentran al 96,5% de su capacidad, para hacer frente a la demanda durante la temporada fría. Es un proceso normal para esta época del año, que no implica ningún riesgo de desabastecimiento. De hecho, España ha empezado el vaciado unas semanas más tarde que otros inviernos y que sus socios europeos: la flexibilidad que aporta el mayor potencial de regasificación de Europa le permite depender menos de los almacenes subterráneos.

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