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Bruselas tantea a los 27 con un nuevo plan de tope al gas para superar el veto alemán
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Bruselas tantea a los 27 con un nuevo plan de tope al gas para superar el veto alemán

La Comisión Europea ha presentado a los Estados miembros las ideas generales de un tope del gas en el principal mercado europeo para intentar superar el bloqueo alemán

Foto: La comisaria de Energía de la Unión Europea, Kadri Simson. (EFE/Julien Warnand)
La comisaria de Energía de la Unión Europea, Kadri Simson. (EFE/Julien Warnand)

El viernes pasado y tras días de duras críticas por el inmovilismo de la Comisión Europea, Kadri Simson, la comisaria de Energía, prometió que esta semana se presentaría un esquema para establecer un tope al precio del gas. Esas líneas maestras se circularon este miércoles a los embajadores representantes permanentes y será la base sobre la que los ministros de Energía discutirán el próximo 24 de noviembre.

La propuesta, a la que Alemania y otros Estados miembros han mostrado oposición a lo largo del debate, se centra en la idea de un "tope estático" en el mercado de referencia, una de las opciones que el Ejecutivo comunitario había barajado en los últimos meses. De esta manera, el tope entraría en marcha cuando el gas se venda por encima de un límite marcado y siempre y cuando ese aumento no corresponda a otro "similar a nivel del mercado mundial". Y esta es una de las principales preocupaciones de los técnicos comunitarios: el gas puede estar caro, pero lo que les preocupa es que para Europa sea mucho más caro que para otros mercados, lo que hace a la industria europea menos competitiva.

Foto: Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. (EFE/Dumitru Doru).

El documento circulado por la Comisión Europea, que se basa sobre toda una serie de ideas que lleva proponiendo desde hace tiempo y de las que se ha hablado abiertamente a nivel de ministros y también de líderes, se sujeta sobre dos pilares. Por un lado, "actuar como un instrumento eficaz contra episodios y excesos de precios del gas extraordinariamente altos", y, por el otro, que se active solamente "si los precios alcanzan niveles excepcionales" en comparación con los mercados globales.

Sin embargo, el documento del Ejecutivo comunitario deja todavía como una incógnita a qué precio se activaría, aunque el texto deja caer que no sería a un precio bajo porque debe "evitar perturbaciones significativas en el mercado e interrupciones de los contratos de suministro, que podrían resultar en graves problemas de seguridad de los riesgos de suministro". De hecho, en una serie de desventajas que recoge el documento, se apunta a que, "si no se respeta la condición de que el techo debe ser más alto que los precios globales del GNL (gas natural licuado), podría tener un impacto en la atracción de cargamentos a la UE", que es precisamente el temor de Alemania.

En todo caso, Bruselas quiere que la activación del tope en el mercado sea automática, que no haya debate político. "Para garantizar un efecto inmediato, se propone que los valores para activar el mecanismo se fijen por adelantado, a fin de evitar largos procedimientos de toma de decisiones que podrían retrasar significativamente su activación y el efecto de reducción de precios deseado", explica el documento de la Comisión.

Riesgo para el suministro

La Comisión Europea sabe que se enfrenta a la oposición hasta ahora de Alemania, Países Bajos y también de Dinamarca. De hecho, la sospecha de algunas capitales es que Bruselas arrastra los pies en alianza con los que se oponen a la medida. Uno de los principales argumentos es que este mecanismo puede poner en riesgo el suministro energético de Europa. De hecho, el Ejecutivo comunitario dedica bastante espacio en el documento a recoger algunas de las dudas que Berlín tiene sobre este mecanismo. Por ejemplo, señala que, si se establece un techo bajo, podría "obstaculizar la seguridad de suministro a más largo plazo" y generar "problemas de seguridad de suministro debido a que los proveedores de gas podrían retener los suministros cuando los techos se activaron para maximizar beneficios vendiendo justo después de la desactivación de los límites máximos". En la reunión del próximo 24 de noviembre, los detractores usarán muchos de estos argumentos.

Por eso, Bruselas es bastante explícita señalando que el tope, aunque sea "estático", debe tener en cuenta una serie de "elementos dinámicos": propone una revisión mensual que provoque la desactivación "si los elementos que activan el límite máximo ya no son aplicables" o "en cualquier momento en caso de problemas no intencionados de seguridad de suministro" o en el mercado financiero.

En el Consejo Europeo de octubre, cuando Olaf Scholz, canciller alemán, se vio prácticamente solo ante el resto de líderes europeos que apoyaban de una manera u otra algún tope sobre el precio del gas, el alemán tuvo que ceder y que se incluyera en las conclusiones la presentación de una propuesta. Pero una reunión de ministros de Energía celebrada inmediatamente después demostró que ese acuerdo para las conclusiones en la reunión de líderes era una cosa, y llegar a un acuerdo a nivel técnico era otra muy distinta.

El viernes pasado y tras días de duras críticas por el inmovilismo de la Comisión Europea, Kadri Simson, la comisaria de Energía, prometió que esta semana se presentaría un esquema para establecer un tope al precio del gas. Esas líneas maestras se circularon este miércoles a los embajadores representantes permanentes y será la base sobre la que los ministros de Energía discutirán el próximo 24 de noviembre.

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