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El menor gasto per cápita castiga a Madrid en esperanza de vida con buena salud
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NFORME DEL CED SOBRE LAS 17 CCAA

El menor gasto per cápita castiga a Madrid en esperanza de vida con buena salud

La esperanza de vida se ha alargado en todas las regiones españolas desde hace muchas décadas. La calidad de vida a partir de los 50 años, sin embargo, difiere. La clave, según un estudio académico, es el gasto per cápita

Foto: Centro sanitario en Madrid. (EFE/Borja Sánchez Trillo)
Centro sanitario en Madrid. (EFE/Borja Sánchez Trillo)
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El informe lo ha publicado el Centro de Estudios Demográficos de Cataluña (CED), uno de los institutos de mayor prestigio de España en la materia, y revela cómo influye el volumen de gasto público en política sanitaria en la esperanza de vida en buena salud. Es decir, en ausencia de enfermedades o algún tipo de discapacidad. Su conclusión es que, a más inversión, mejora la calidad de vida de quienes tienen más de 50 años. En sentido contrario, el menor gasto empeora de forma evidente las condiciones de vida durante el último tercio de existencia.

De manera intuitiva se puede llegar a la misma conclusión, pero lo relevante es que el estudio del CED lo analiza regionalmente, lo que permite hacer comparaciones habida cuenta del alto grado de descentralización que existe en España en relación con el gasto sanitario. Los gobiernos regionales son quienes deciden libremente su política de salud.

El caso más significativo es el de Madrid, que es la comunidad autónoma donde la esperanza de vida es mayor entre los hombres con más de 50 años (33,5 años por delante), pero, por el contrario, baja al puesto séptimo en la clasificación de quienes viven con buena salud (12,7 años), lo que se relaciona directamente con el nivel de gasto en sanidad. Madrid se sitúa por debajo de La Rioja, Baleares, Cataluña, Aragón, Cantabria y País Vasco. Solo Andalucía muestra peores registros. En ambos casos, muy por debajo del País Vasco, que es la autonomía que destina mayores recursos.

En el caso de las mujeres, y pese a que su esperanza de vida es también la más elevada, Madrid baja al puesto décimo en cuanto a vivir con buena salud a partir de los 50 años (12,4 años). La lista, en este caso, la encabezan Navarra (16,9 años) y Cataluña (15,9 años). Las mujeres de Canarias y Murcia se sitúan a la cola: 9,1 años en ambos casos.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) define el concepto de buena salud como la ausencia de limitaciones funcionales o de discapacidad. Y eso es así porque está acreditado que las enfermedades crónicas, los problemas mentales y la discapacidad física aumentan su prevalencia con la edad y reducen la calidad de vida de las personas que sufren estas condiciones de salud.

Una comparación

La influencia del gasto sanitario sobre la calidad de vida a partir de los 50 años se observa con toda nitidez a partir de una simple comparación. La esperanza de vida entre la región más longeva y la que menos es de apenas 2,4 años para los hombres y de 2,1 años para las mujeres, pero, si lo que se relaciona es la esperanza de vida en buena o mala salud, el resultado es muy diferente. En este caso, la distancia en esperanza de vida con buena salud es de 5,1 años para los hombres y 7,8 años para las mujeres entre las regiones con más y menos años vividos. Las diferencias de esperanza de vida en mala condiciones sanitarias, asegura el estudio, son también muy importantes. En concreto, 4,8 años para los hombres y 7,1 años para las mujeres.

Foto: Ana Mato, ministra de Sanidad (EFE)

Las autoras del estudio, las investigadoras Elisenda Rentería y Pilar Zueras, lo achacan a una realidad. El gasto sanitario público per cápita, sostienen, es uno de los componentes que más y mejor explican las diferencias de salud entre regiones. O, lo que es lo mismo, un mayor gasto sanitario público “implica más años vividos en buena salud y menos años vividos en mala salud”.

Lo que han observado los autores del estudio es que, durante la pasada recesión (2008-2014), la esperanza de vida de España no dejó de crecer. Los mayores beneficiados fueron las rentas más bajas, lo que a priori puede parecer paradójico debido a que está comprobado empíricamente que quienes tienen un nivel socioeconómico mayor suelen no solo vivir más años, sino en mejores condiciones de vida. Esta paradoja la achacan a que durante la crisis económica se produjeron efectos colaterales, como una reducción de los accidentes laborales o una disminución en el número de accidentes de tráfico, lo que tiene indudables efectos positivos en la esperanza de vida de la población.

Influye también, como se ha dicho, y de forma determinante, el volumen de inversión en salud pública. Lo que se ha observado es que entre 2009 y 2014 se produjeron importantes descensos en el gasto sanitario. Estos recortes se registraron en todo el territorio español, aunque hubo diferencias importantes entre las distintas regiones. A precios constantes anuales (en euros de 2015), los niveles de gasto per cápita difieren en un 50% entre los valores más altos y los más bajos por regiones.

Foto: Foto: iStock. Opinión

En términos generales, el gasto público en salud aumentó hasta la irrupción de la anterior crisis. Posteriormente, disminuyó, y, a partir de 2014, volvió a crecer. Solo hay dos excepciones, La Rioja y Cantabria, donde el descenso del gasto sanitario per cápita se observa desde 2006.

Mujeres y hombres

La correlación entre gasto en salud y vivir con más o menos salud se traduce en cifras muy concretas. El estudio ha observado que entre 2005 y 2019 gastar 800 euros más por persona en salud pública se tradujo en, al menos, 1,5 años más de vida en buena salud a los 50 años para los hombres y en 1,2 años para las mujeres. Los datos del Centro de Estudios Demográficos muestran que Andalucía, Madrid y la Comunidad Valenciana, por este orden, son las regiones que menos invierten por habitante en salud en euros constantes (teniendo en cuenta la inflación).

placeholder Gasto por habitante.
Gasto por habitante.

Los datos de salud proceden de seis encuestas de salud nacionales y europeas (2006, 2009, 2012, 2014, 2017 y 2019) y los datos de mortalidad son los facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Para los factores macro, el CDE ha utilizado los indicadores de niveles socioeconómicos, provisión pública de servicios de salud, gasto sanitario público y prevalencia de factores de comportamientos relacionados con la salud de las 17 comunidades autónomas.

Cuando se habla de esperanza de vida en buena salud se refiere a los años que se espera vivir a partir de una edad sin alguna de las condiciones crónicas de salud consideradas. La esperanza de vida en mala salud son, por lo tanto, los años que se espera vivir con alguna de estas condiciones. La suma de ambas es la esperanza de vida, sin más.

El informe lo ha publicado el Centro de Estudios Demográficos de Cataluña (CED), uno de los institutos de mayor prestigio de España en la materia, y revela cómo influye el volumen de gasto público en política sanitaria en la esperanza de vida en buena salud. Es decir, en ausencia de enfermedades o algún tipo de discapacidad. Su conclusión es que, a más inversión, mejora la calidad de vida de quienes tienen más de 50 años. En sentido contrario, el menor gasto empeora de forma evidente las condiciones de vida durante el último tercio de existencia.

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