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El empleo de octubre sorprende al alza, pero aún es pronto para descartar una recesión
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¿ALEGRÍA COYUNTURAL O ESTRUCTURAL?

El empleo de octubre sorprende al alza, pero aún es pronto para descartar una recesión

España mantiene la vitalidad laboral, pero esta vez no puede usarse como un indicador fiable del estado de la economía. La clave podría estar en el número de horas trabajadas

Foto: Una fábrica de electrodomésticos. (EFE/Enrique García Medina)
Una fábrica de electrodomésticos. (EFE/Enrique García Medina)
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Todos los centros de análisis coinciden: el mercado laboral ha dado una sorpresa positiva en octubre. Los datos de afiliación han sido mejores de lo esperado y la bajada del paro resulta excepcional. De hecho, es la mayor de la historia para un décimo mes del año, con 27.000 personas menos en las colas del desempleo. En ese contexto, algunas voces empiezan a cuestionar que la economía haya entrado en una recesión técnica, como la que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) o el servicio de estudios del segundo banco español (BBVA Research) estiman para este trimestre y el primero de 2023. Sin embargo, persisten las dudas sobre hasta qué punto el empleo es una referencia fiable para calibrar el estado de la economía en un entorno como el actual. La pregunta que se hacen todos es si la alegría de este jueves constituye un hecho aislado o ha llegado para quedarse.

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De momento, se aprecia una cierta desaceleración en el ritmo de creación de empleo, que se sitúa en una tasa interanual del 3,01%, y dibuja una senda descendente desde abril, cuando superó el 5%, según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Los datos desestacionalizados por el departamento de José Luis Escrivá, que eliminan las distorsiones del calendario, indican que España creó 16.000 empleos en octubre, solo la tercera parte que en septiembre. La fundación de las antiguas cajas de ahorros (Funcas) ofrece una cifra similar, pero BBVA Research ni siquiera constata esa ralentización, y estima que la creación mensual de puestos de trabajo se mantuvo en torno a 20.000 por segundo mes consecutivo.

Pese a la dispersión de los datos, existe consenso sobre una certeza: España no solo no está destruyendo puestos de trabajo, sino que los sigue creando en pleno frenazo económico. Para Manuel Hidalgo, profesor de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, este hecho matiza "desde ya" la idea de que se vaya a producir una recesión técnica; es decir, dos trimestres consecutivos con caídas del producto interior bruto. Descartarla constituiría un atrevimiento que ningún economista serio se atreve a cometer, pero lo cierto es que, hasta ahora, todos los periodos de contracción económica se han saldado en nuestro país con un aumento de las colas del paro. Sobre la mesa, dos opciones: o realmente la recesión se aleja o los próximos meses pueden alumbrar un cambio del comportamiento laboral en España que ya se viene intuyendo desde la entrada en vigor de la reforma laboral a principios de año.

De momento, todos recetan prudencia. Para Florentino Felgueroso, investigador de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) especializado en el mercado de trabajo, los datos conocidos este jueves representan una incógnita. El cambio legal ha alterado demasiadas dinámicas, y las métricas que ofrece el Gobierno no captan toda la complejidad de lo que está pasando. De ahí la aparente contradicción con la Encuesta de Población Activa (EPA) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) durante el tercer trimestre, que recogió un fuerte deterioro de la creación de empleo y un incremento del número de parados. ¿Cómo es posible que, cuando la economía crecía —aunque solo fuese un 0,2%—, el empleo se comportase peor que ahora que estaría empezando a caer?

La vitalidad laboral no significa que el fantasma de la recesión haya desaparecido: el ajuste podría venir a través del número de horas trabajadas

No existe una única respuesta. Felgueroso apunta a algunos de los puntos ciegos de la reforma, como la conversión de los contratos temporales en fijos discontinuos, que no figuran como parados aunque no estén trabajando en ese momento. Una hipótesis es que el ministerio estuviese infraponderando las bajas por este concepto; la otra, que el INE estuviese haciendo lo propio con las altas. O ambas cosas a la vez. El experto matiza: con solo unos meses en vigor y una información incompleta, todavía es muy pronto para extraer conclusiones.

Sin embargo, tanto Felgueroso como Hidalgo esgrimen un segundo aspecto que sí parece que pueda estar teniendo una incidencia mucho más clara: el número de horas trabajadas. Aunque los datos conocidos este jueves no lo recogen, la contabilidad nacional del tercer trimestre mostraba un decrecimiento del 0,1%, que contrasta con el alza del PIB. Esto abre una hipótesis nueva, que se podrá corroborar (o no) durante los próximos meses: el impacto de la reforma laboral ha supuesto una cierta disociación entre el empleo y el ciclo económico, que hasta ahora iban de la mano en España. La vitalidad laboral no significaría, en este caso, que el fantasma de la recesión haya desaparecido: el ajuste se produciría a través del número de horas trabajadas, y no de una destrucción masiva de puestos de trabajo.

Foto: Una terraza, en Mahón (Baleares). (EFE/David Arquimbau)

La EPA ahonda en esa hipótesis. Pese al crecimiento del PIB, el número total de horas trabajadas cayó estrepitosamente, en parte por el efecto de las vacaciones de verano. Respecto al último tercer trimestre previo a la pandemia (2019), aumentó menos de un 1%, mientras que la cifra de ocupados repuntó más de un 3%. La media por persona ha pasado de 31,1 horas semanales a 29,9. En resumen: el empleo se ha recuperado muy rápido tras la pandemia, pero el PIB no lo ha hecho debido a este fenómeno, al que se podrían añadir otros, como la caída de la productividad del trabajo.

Felgueroso sentencia que la mayor rigidez del mercado laboral constituye un arma de doble filo: igual que desincentiva el despido, al encarecerlo, también podría frenar la contratación cuando la economía se recupere. Para eso habrá que esperar al próximo periodo expansivo, que todos los organismos prevén a partir del segundo trimestre de año que viene. Entonces ya se habrá cumplido un año de aplicación plena de la reforma laboral, y las conclusiones serán más certeras. De momento, nadie es capaz de ofrecer una explicación nítida al dato de este jueves, más allá del espectacular aumento (139.000) de los ocupados en el sector educativo. El empleo ha sorprendido al alza en octubre, pero aún es pronto para descartar una recesión.

Todos los centros de análisis coinciden: el mercado laboral ha dado una sorpresa positiva en octubre. Los datos de afiliación han sido mejores de lo esperado y la bajada del paro resulta excepcional. De hecho, es la mayor de la historia para un décimo mes del año, con 27.000 personas menos en las colas del desempleo. En ese contexto, algunas voces empiezan a cuestionar que la economía haya entrado en una recesión técnica, como la que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) o el servicio de estudios del segundo banco español (BBVA Research) estiman para este trimestre y el primero de 2023. Sin embargo, persisten las dudas sobre hasta qué punto el empleo es una referencia fiable para calibrar el estado de la economía en un entorno como el actual. La pregunta que se hacen todos es si la alegría de este jueves constituye un hecho aislado o ha llegado para quedarse.

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