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Guía para entender la factura del gas: qué tarifas hay, cuál merece la pena y cómo cambiarse
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CRISIS ENERGÉTICA

Guía para entender la factura del gas: qué tarifas hay, cuál merece la pena y cómo cambiarse

Las medidas del Gobierno para que los récords del hidrocarburo no se trasladen al recibo hacen que la factura regulada sea, en la mayoría de los casos, más barata que la del mercado libre

Foto: Una caldera de gas natural.
Una caldera de gas natural.

El Gobierno subvencionará el 50% del recibo del gas a los consumidores del mercado regulado y los que habitan en fincas con calderas comunitarias. Sin embargo, muchos españoles desconocen qué tipo de tarifa tienen, los pros y contras de las diferentes opciones o los requisitos para cambiarse de una a otra. Esta guía recoge las respuestas a las principales preguntas que se hace el ciudadano en plena crisis energética, que ha llevado la cotización del gas a máximos históricos..., pero no necesariamente la factura que pagan los clientes.

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¿Qué tipo de tarifas hay?

Básicamente, existen dos tipos de tarifas: las del mercado libre y las del mercado regulado.

Las tarifas del mercado libre, a las que están acogidos unos 6,4 millones de hogares, se pueden contratar a través de diferentes comercializadoras privadas. El cliente elige entre la amplia gama de opciones ofrecida por las decenas de empresas del sector, y pacta el precio y la duración del contrato, normalmente un año. Durante ese tiempo, pagará siempre lo mismo si consume la misma cantidad de energía, excepto que renegocie sus condiciones. Algunas de ellas tienen cláusulas de permanencia.

Foto: Nadia Calviño a Pedro Sánchez y Teresa Ribera. (EFE/Juan C. Hidalgo)

En el mercado regulado, en cambio, es diferente. La conocida como tarifa de último recurso (TUR), a la que están acogidas más de un millón y medio de familias, es la misma para todo el territorio nacional, dura un año y no tiene permanencia. Hay tres tipos:

  • La TUR 1, para consumos de hasta 5.000 kilovatios hora (kWh) al año, está pensada para las familias que solamente usan el gas para cocinar o calentarse.
  • La TUR 2, para consumos anuales de hasta 15.000 kWh, es la más adecuada para los hogares que también tienen calefacción de gas.
  • Por último, pueden solicitar la TUR 3 los usuarios que consuman hasta 50.000 kWh, una cantidad muy elevada, pensada principalmente para negocios.

Tanto los usuarios de la TUR como los del mercado libre pueden recibir el bono social

El importe de la tarifa de último recurso se actualiza trimestralmente, con base en una fórmula que tiene en cuenta varios factores. De todos ellos, el precio del gas natural determina aproximadamente la tercera parte del montante. Sin embargo, en octubre del año pasado, el Gobierno limitó a un 15% el incremento del componente energético en cada revisión, lo que significa que, sea cual sea la cotización del gas, la tarifa de último recurso no se puede encarecer más de un 5%.

Una aclaración importante: tanto los usuarios de la TUR como los del mercado libre pueden recibir el bono social térmico. La única condición es que sean beneficiarios del bono social eléctrico, lo que les da derecho automáticamente a un pago anual de entre 40 y 375 euros independientemente del tipo de tarifa de gas que tengan.

¿Cuál merece la pena?

Todo depende de la tarifa del mercado libre que pacte cada uno con su compañía. Como su nombre indica, las del mercado regulado están intervenidas por el Estado, por lo que son iguales para el conjunto de la ciudadanía. Algunas de las del mercado libre son más caras que las de último recurso y al revés, aunque recientemente se ha consolidado una tendencia. "La tarifa de último recurso se situó entre un 40% y un 100% más barata que la oferta del mercado libre más económica disponible", ha llegado a decir la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en esta nota de prensa.

Foto: La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. (EFE/Martin Divisek)

Como regla general, compensará cambiarse a aquellos clientes que hayan firmado hace poco una tarifa en el mercado libre, o los que tengan que renovarla en los próximos meses. La razón es muy sencilla: las empresas están repercutiendo el aumento de sus costes de aprovisionamiento de gas, debido a la tensión en los mercados internacionales, a las ofertas que hacen. En cambio, es probable que, si el contrato es antiguo y se firmó con buenas condiciones, la tarifa del mercado libre siga siendo más barata. Siempre, por supuesto, que la compañía no decida revisarla al alza, como hará Iberdrola, que está avisando por carta a sus clientes de que triplicará los precios y les da la posibilidad de rescindir gratuitamente los contratos actuales.

Las cifras mágicas son las siguientes: 6,36 céntimos, 6,07 céntimos y 5,85 céntimos. Es el coste del kWh para los acogidos a la TUR1, la TUR 2 y la TUR 3, respectivamente. A partir de esos umbrales, la tarifa de último recurso sale a cuenta, siempre que se le sume el llamado 'término fijo', que asciende a 5,03, 9,52 y 20,54 euros al mes, independientemente de cuál sea el consumo.

Foto: Imagen de archivo de un radiador en una casa. (EC)

Lo cierto es que, de cara al próximo invierno, va a merecer la pena en la mayoría de los casos, gracias al techo al gas aprobado por el Gobierno, del que a partir de ahora también se beneficiarán los hogares pertenecientes a comunidades de vecinos con caldera comunitaria. En contraste, algunas tarifas del sector privado ya alcanzan los 20 céntimos el kilovatio hora. Para resolver dudas sobre cuál es la mejor opción, la CNMC tiene un comparador. Se puede acceder pulsando aquí.

¿Qué hay que hacer para cambiarse?

El abaratamiento de la factura regulada frente a las del mercado libre hace prever un trasvase masivo de clientes desde las segundas hacia la primera, en sentido contrario de lo que está ocurriendo con la factura eléctrica. Hasta ahora, en cambio, no ha sido así. El desconocimiento de la población ha permitido a las compañías ganar 20.000 clientes en el primer trimestre, frente a los 23.000 que perdió la tarifa de último recurso, según el último boletín de la CNMC. Y eso que las asociaciones de consumidores, como Facua, recomiendan pasarse a la TUR por ser más barata.

Cambiar de tarifa de gas es sencillo, lleva menos de tres semanas y no supone ningún gasto

Para hacerlo, hay que acudir a una de las comercializadoras de referencia. Son cuatro: Comercializadora Regulada (900 100 502), Baser (900 902 947), Energía XXI (800 760 333) y Curenergía (900 100 309), todas ellas filiales de los grandes grupos eléctricos de nuestro país. La información de contacto, así como la lista completa de las comercializadoras del mercado libre, se encuentra en este documento de la CNMC. Todos los números de teléfono son gratuitos.

Cambiar la tarifa de gas resulta sencillo y no supone ningún gasto. Puede solicitarse por teléfono, correo electrónico o en las oficinas de las comercializadoras. Todos los datos que estas solicitan se encuentran en la factura: nombre del titular, DNI, dirección completa del suministro, tarifa de acceso, código universal del punto de suministro (el conocido como CUPS), certificado de instalación individual de gas y los datos bancarios para domiciliar el recibo.

Todos los trámites para dar de baja el contrato anterior los realiza el nuevo comercializador

Como es lógico, si la tarifa del mercado libre que abandona el usuario tiene permanencia, este deberá pagar una penalización. En caso de no ser así, simplemente deberá completar los trámites con la compañía en la que se da de alta, que en el caso de la TUR tiene que ser una de las cuatro comercializadoras de último recurso citadas anteriormente. "El cambio de suministrador es un proceso muy sencillo para el consumidor, ya que todos los trámites para realizar la baja del contrato anterior los realiza el nuevo comercializador con el que se firma el contrato de suministro", asegura la CNMC en su guía explicativa.

Con la burocracia hecha, la migración se tiene que completar antes de tres semanas —normalmente, son unos días—, que es el plazo máximo que da el regulador, pero hasta el siguiente periodo de facturación no llega el recibo con la nueva tarifa. El anterior comercializador está obligado a enviar su última factura en un plazo máximo de seis semanas desde la finalización del suministro. Por supuesto, también es posible cambiar de tarifa dentro de la misma compañía, o abandonar la TUR para irse al mercado libre. En este caso, no existe penalización.

Si se produjese algún problema en el proceso, lo mejor es dirigirse a las autoridades de consumo de la comunidad autónoma correspondiente.

El Gobierno subvencionará el 50% del recibo del gas a los consumidores del mercado regulado y los que habitan en fincas con calderas comunitarias. Sin embargo, muchos españoles desconocen qué tipo de tarifa tienen, los pros y contras de las diferentes opciones o los requisitos para cambiarse de una a otra. Esta guía recoge las respuestas a las principales preguntas que se hace el ciudadano en plena crisis energética, que ha llevado la cotización del gas a máximos históricos..., pero no necesariamente la factura que pagan los clientes.

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