Pulso a Garamendi: qué patronales apoyan un candidato alternativo para CEOE

Antonio Garamendi tiene quien le compita. El presidente saliente de CEOE y aspirante a la reelección, tal como adelantó El Confidencial, cuenta las horas para conocer la composición de una candidatura alternativa y cómo afectaría esa situación al equilibrio de poderes (votos) en la organización. Aunque la cara visible correría a cargo de Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, patronal de concesionarios oficiales de automóviles, que desde hace unos días ha manifestado en público su disposición, la clave está en las fuerzas que avalan esa propuesta.

Garamendi, que ganó hace cuatro años en su segunda intentona —perdió antes frente a Joan Rosell por solo 36 votos—, aspiraba a una reelección sin oposición como patrón de CEOE. Sin embargo, el malestar latente dentro de la organización, sobre todo a raíz de las negociaciones de la reforma laboral, el salario mínimo interprofesional o la concesión de los ERTE, dejó heridas internas que aún siguen abiertas, tal como reconocen interlocutores de diferentes asociaciones, que abogan por la conveniencia de que haya confrontación de programas y de ideas.

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La patronal catalana Foment, liderada por Josep Sánchez Llibre, figura entre los convencidos de que haya una candidatura que dispute a Garamendi la presidencia. Su peso en votos es de los más destacados (45), el mismo número que corresponde a su homóloga madrileña CEIM, que el próximo lunes decidirá el sentido de su voto, aunque su presidente, Miguel Garrido, defiende su reelección. Ese formalismo ya se ha resuelto también a su favor en grandes sectoriales, como Confemetal (Metalurgia), CNC (Construcción) o FIAB (Alimetación), pero existen corrientes críticas.

Otras grandes bolsas de voto son las de Cepyme (83), cuyo presidente, Gerardo Cuerva, ha llegado a sonar como posible candidato, tras escenificar su desacuerdo con el propio Garamendi durante su mandato, mientras que ATA (24) ya ha manifestado su apoyo al presidente saliente. Las opciones de triunfo pasan por contar con el apoyo de las principales organizaciones: las seis más grandes aglutinan el 25% de las vocalías. Y ese recuento de fuerzas es el que está teniendo lugar durante esta misma semana como paso previo a presentar la candidatura alternativa.

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“Que haya solo una opción no significa que haya unanimidad dentro de CEOE”, explica el presidente de una patronal. “Creo que es bueno que haya debate y que la gente se manifieste. Que haya más de un candidato es lo normal y lo conveniente”. Más allá de esta premisa, lo que de verdad aflora es el malestar presente por “decisiones importantes” que Garamendi tomó “sin un consenso más amplio”, siendo la reforma laboral el ejemplo más ilustrativo y el que más presente se tiene ahora, en plena negociación de convenios y a las puertas de una crisis.

“Garamendi ha ignorado temas como la industrialización del país [solo representa un 14% del PIB], y es necesario que haya un programa que recoja la demanda de un mayor protagonismo”, explica el máximo dirigente de otra organización de CEOE. “Olvidamos que somos un país más débil en las crisis, entre otros factores, por el poco peso industrial de nuestra economía”. Igual que este discurso es transversal, también lo es la sensación de que el presidente saliente ha ponderado más la opinión e intereses de grandes del Ibex en sus negociaciones con el Gobierno.

El mandato que ahora termina, coincidente con la primera coalición de gobierno PSOE-Podemos, condicionada además por el impacto de la pandemia, colocó a Garamendi en una situación crítica con el PP, al negarse a ejercer un perfil opositor a las políticas del Gobierno, con quien CEOE resolvió diferentes acuerdos sociales, como deseaban Pablo Casado y Teodoro García Egea cuando estaban al frente de Génova. La llegada de Alberto Núñez Feijóo ha servido para reconducir esa relación, aunque no el malestar dentro de CEOE. Está por ser si ese sentir es mayoría.