El gasóleo se dispara a récord respecto de la gasolina tras el fin de las compras de diésel ruso

El precio del gasóleo A, carburante más usado en España, ha escalado a récord con respecto al de la gasolina 95. El diésel cuesta 1,92 euros por litro (antes de la bonificación de 20 céntimos del Gobierno) de media frente a los 1,78 euros por litro de la gasolina, según los últimos datos recopilados por la Comisión Europea.

Es decir, que ya hay una diferencia de casi 15 céntimos por litro de media entre ambos combustibles, pese a que el gasóleo acarrea 10 céntimos por litro menos de impuestos que la gasolina: el tipo general del impuesto especial sobre hidrocarburos es de 0,47 céntimos por litro para la gasolina mientras que para el gasóleo A es de 0,37 céntimos por litro.

La diferencia fiscal entre ambos combustibles ha hecho que históricamente el gasóleo A siempre haya sido más barato que la gasolina, una diferencia que ha servido para que muchos usuarios optaran por coches que consumían este combustible. Es más, casi todo el transporte pesado y profesional funciona con diésel. El Gobierno se ha planteado reducir la brecha impositiva entre ambos carburantes, pero sus planes nunca han fructificado por falta de apoyos parlamentarios (el PNV tumbó esta propuesta). El plan, desde que se inició la crisis energética, duerme el sueño de los justos.

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Esta anómala diferencia entre carburantes se da ante la escasez de diésel en los mercados internacionales. Esto ha provocado que en las últimas semanas se haya disparado la volatilidad. En dos semanas, la brecha ha escalado como nunca antes. A mediados de agosto, la gasolina era un céntimo más cara que el diésel.

Sin embargo, a finales del pasado mes el precio de los productos se dio la vuelta y el diésel ya era casi tres céntimos más caro de media que la gasolina. Esta brecha ha aumentado con fuerza, hasta la situación actual. En cualquier caso, durante el mes de mayo ya se empezaron a ver precios más altos del diésel con respecto de la gasolina, aunque no como en los niveles actuales.

De esta manera, la gasolina ha retrocedido, una vez descontados los 20 céntimos, a niveles de febrero, antes de la guerra, mientras que el diésel ha recuperado los precios de finales de julio, cerca de los máximos históricos de más de dos euros por litro de antes del verano.

Fuentes del sector destacan a El Confidencial que el principal factor que ha desencadenado esta anomalía son las sanciones y embargos sobre Rusia. La Unión Europea decidió dejar de comprar gran parte del petróleo del país gobernado por Vladímir Putin a principios de junio, en represalia por la invasión de Ucrania. Pero, además del petróleo, los operadores han dejado de comprar productos ya refinados. En este sentido, Rusia es un gran exportador de diésel.

De hecho, España era, hasta que comenzó la guerra, un comprador habitual de gasóleo procedente de Rusia. España importaba diésel de forma casi ininterrumpida desde 2013 hasta el pasado mes de marzo de 2022, cuando por la invasión de Ucrania se cortó en seco la compra de este combustible. Solo hay una entrada de diésel ruso en junio, mientras que ni en marzo, ni abril ni mayo hay compras del carburante por parte de los operadores españoles, según registra Cores.

Esta reducción de oferta obliga a las empresas importadoras a comprar diésel en otras latitudes, como los países del Golfo, y la subida de precios del diésel internacional también se está notando en el monolito de las estaciones de servicio, como demuestra la actual situación. Aunque España cuenta con gran capacidad para refinar petróleo, no todo el diésel que se consume en territorio nacional se produce en España, de ahí la subida, explica un alto ejecutivo del sector.

Por otro lado, el consultor experto en energía Fernando Rodríguez explica que la fuerte subida de los precios del gas recude la producción de amoniaco en Europa, lo que se traduce en menor producción de diésel, ya que el amoniaco es necesario.

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La cuestión no es baladí, ya que España es un país altamente 'dieselizado'. Casi todo el transporte profesional consume este combustible. Por eso no es de extrañar que los combustibles sigan siendo uno de los factores que más presionan en la inflación, que se sitúa por encima del 10%, el dato más alto desde los años ochenta. La fuerte subida del IPC, tanto en España como en Europa, que está por encima del 9% —máximo histórico—, ha llevado al Banco Central Europeo a adoptar una política monetaria más restrictiva, hasta el punto de que este jueves ha anunciado una subida de los tipos de interés del 0,75%, la mayor de la historia.

Esto supondrá un fuerte encarecimiento de las hipotecas y préstamos en España, país altamente endeudado. La deuda pública está en 1.475 millones de euros, máximo histórico, con lo que la financiación de las administraciones públicas seguirá encareciéndose y detrayendo recursos para otros fines.