La CEOE rechaza negociar el pacto de rentas si los sindicatos exigen la cláusula del IPC

El nuevo curso político ha comenzado como terminó: crisis energética, inflación e incertidumbre. Sin embargo, hay una novedad, el Gobierno ha pasado a la ofensiva contra las empresas para que suban los salarios. Su objetivo es volver a impulsar el pacto de rentas que naufragó durante la pasada primavera para que los salarios suban por encima del 2,8% de los convenios firmados este año. “Vuelvo a decirle [a la CEOE] que vuelva a la mesa de negociación y sea capaz de llegar a un acuerdo salarial”, reclamó la vicepresidenta de Trabajo, Yolanda Díaz, la semana pasada.

Tanto la vicepresidenta como los sindicatos ya tienen la respuesta de la CEOE, que se la ha trasladado en contactos informales en los últimos días: no habrá negociación si la exigencia es la cláusula de revisión salarial. Esta es la línea roja que marcaron los sindicatos durante las negociaciones del inicio de año y, en última instancia, fue la que provocó la ruptura del diálogo. Una fuente de la patronal explica que no tiene sentido retomar la mesa de diálogo para volver a debatir posturas que no han cambiado desde mayo. La postura dentro de la CEOE es firme y no temblará, por mucho que el Gobierno redoble su presión: no habrá cláusula de revisión salarial.

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La cláusula de revisión salarial fue el órdago que lanzaron los sindicatos y que no consiguieron ganar. Lo que plantean es un pacto de renta parcial, en el que inicialmente los salarios subirían por debajo de la inflación, pero posteriormente (al finalizar el año) se ajustarían los salarios a los precios. En definitiva, no sería un pacto de rentas, sino el mantenimiento del poder adquisitivo ‘en diferido’. Se perdería así el gran beneficio del pacto de rentas que señalan algunos economistas, entre los que se encuentran los del Banco de España: un reparto de la factura energética entre trabajadores y empresas para tratar de contener la inflación.

La CEOE niega las acusaciones del Gobierno de que fue quien rompió las negociaciones en mayo. Sostiene que sindicatos y patronal chocaron por la cláusula de revisión salarial y las conversaciones terminaron encallando. Tras una serie de reuniones sin avances, ambas partes decidieron dar por rotas las negociaciones y los sindicatos advirtieron de que pondrían en marcha un proceso de movilización en las calles que todavía no ha llegado. En una nota que publicó CCOO tras el final de las negociaciones, reconocía que “la diferencia insalvable está en la cláusula de revisión salarial (...) las partes han dado por cerrada la mesa de negociación”.

La capacidad de movilización de las organizaciones sindicales ha sido mínima hasta la fecha, lo que explica que la CEOE no esté sintiendo presión por parte de los trabajadores para elevar los salarios. De hecho, la patronal pretende oponerse también a la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) que está preparando el Gobierno para el próximo año.

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Las posturas están encontradas a nivel estatal, pero la negociación en las empresas y los sectores sigue funcionando incluso sin AENC. En total, el número de trabajadores afectados por los nuevos convenios firmados este año (datos hasta julio) asciende a casi 1,1 millones de personas, una cifra próxima al promedio de los años previos a la pandemia (2016-2019): 1,2 millones. Y si se incluyen los convenios en vigor firmados en años anteriores, el total de trabajadores cubiertos asciende a casi siete millones, cifra similar a la de los años anteriores. Esto significa que la negociación colectiva sigue funcionando, con las dificultades propias de la última década.

Los resultados de esta negociación muestran las diferencias existentes entre empresas y sectores. Casi el 25% de los trabajadores afectados por convenio tiene una subida salarial superior al 3%, pero también hay un 32% que tiene una subida de entre el 1,5% y el 2% y para un 29% la revisión del salario es inferior al 1,5%. Todos ellos están perdiendo poder adquisitivo, ya que la inflación media del año está por encima del 8%. Pero también muchas empresas están sufriendo una merma de beneficios como consecuencia del aumento de los costes de producción.

En definitiva, se estaría produciendo ya un pacto de rentas, aunque no esté siendo ordenado y genere grandes diferencias entre trabajadores. Mientras los sindicatos no se bajen de la exigencia de la cláusula de revisión salarial, serán los trabajadores quienes sigan soportando la mayor parte del coste de la crisis energética.