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España carece de infraestructura para enviar gas a Italia y Francia al mismo tiempo
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ENAGÁS ENVÍA SU PROPUESTA A BRUSELAS

España carece de infraestructura para enviar gas a Italia y Francia al mismo tiempo

El plan para convertir nuestro país en 'hub' energético prioriza el Midcat frente a la conexión mediterránea: no hay capacidad suficiente para que ambas funcionen a la vez

Foto: Gasoducto que alimenta una central térmica. (iStock)
Gasoducto que alimenta una central térmica. (iStock)
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El plan para que España se convierta en un 'hub' energético de Europa ya está en manos de Bruselas. El 24 de junio acababa el plazo, y el operador nacional ha presentado sus proyectos de infraestructuras en colaboración con sus equivalentes de Francia, Italia y Portugal. Tras muchos meses de especulaciones, la hoja de ruta se ha plasmado negro sobre blanco: Enagás propone que el Midcat esté operativo en 2025 y que un gasoducto submarino hacia Italia le tome el relevo en el abastecimiento a nuestros socios comunitarios a partir de 2028, cuando la conexión a través de los Pirineos se empiece a utilizar para transportar hidrógeno verde.

Pese a que España cuenta con la mayor capacidad de regasificación de toda la Unión, gracias a sus seis plantas de gas natural licuado (GNL), la red nacional no está preparada para enviar gas a Italia y Francia al mismo tiempo. Hay que priorizar, siempre que no se acometan nuevas inversiones que mejoren el potencial del sistema actual. De ahí que el operador del sistema no contemple en su propuesta —cuyos detalles se han conocido este martes durante la presentación del plan estratégico 2022-2030— que nuestro país abastezca a ambos socios europeos a la vez. Al menos sobre el papel, ya que el destino último de las nuevas infraestructuras es garantizar el suministro de todo el bloque, más que de la nación con la que se establezcan las interconexiones.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer ministro italiano, Mario Draghi. (EFE/Brais Lorenzo)

Si Bruselas valida las propuestas el próximo marzo, el primer paso contemplado por Enagás es el más intuitivo: rematar el Midcat. A la tercera puede ser la vencida para una infraestructura que ya figuró en la lista de proyectos de interés común, pero que fue guardada en un cajón en 2019, después de que los reguladores francés y español no la considerasen rentable. Para la finalización de la obra, que conectaría Cataluña con Francia y ya está construida hasta Hostalric (Girona), el operador del sistema contempla una inversión de 370 millones de euros. El objetivo es que esté operativa en 2025, con un potencial de 7.000 millones de metros cúbicos anuales (7 bcm, en la jerga del sector). Sin embargo, solo transportaría gas durante tres años: a partir de 2028, y de forma progresiva hasta 2030, se iría transformando en un conducto para el hidrógeno verde.

La energía del futuro, a la que la Unión Europea fía buena parte de su estrategia a largo plazo para independizarse del suministro ruso y cumplir los objetivos climáticos, también es el objetivo final del gasoducto submarino que unirá Italia y España, cuyo trazado todavía se desconoce. Siempre según el plan estratégico de la compañía, el tubo supondrá una inversión de 1.500 millones de euros: 365 millones en el periodo 2022-2026 y 1.135 millones en el 2027-2030. La cantidad es notablemente superior en el segundo tramo, ya que no está previsto que entre en funcionamiento hasta 2028. La infraestructura está pensada para transportar anualmente 10 bcm de gas durante la década que esté en funcionamiento, antes de dedicarse al hidrógeno verde a partir de 2039.

Los datos avalan la estrategia del operador del sistema, que ha informado en todo momento al Gobierno sobre sus planes

El calendario de ambas infraestructuras no resulta casual, como dejó claro el consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo, en una presentación ante los periodistas: "Los volúmenes no pueden fluir al mismo tiempo". En otras palabras: el Midcat y el gasoducto hacia Italia son incompatibles, al menos si se pretende que funcionen al máximo de su capacidad. Por eso el segundo empezará a transportar gas cuando el primero comience su transformación hacia el hidrógeno.

Los datos avalan la estrategia del operador del sistema, que ha informado en todo momento al Gobierno sobre sus planes. Actualmente, España cuenta con una capacidad de regasificación de unos 60 bcm, pero solo puede exportar la tercera parte, ya que el resto se dedica al consumo interno y a la garantía de suministro hacia Portugal. De esos 20 bcm que podrían salir hacia Europa, unos siete ya lo hacen a través de las interconexiones de Larrau (Navarra) e Irún (País Vasco) con Francia, una cifra que se doblaría si finalmente se finaliza el Midcat. Solo quedarían 6 bcm ociosos, y el tubo con Italia está contemplado para transportar 10. Eso significa que su puesta en marcha se hará esperar, al menos según la propuesta inicial remitida a Bruselas.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el primer ministro italiano, Mario Draghi. (EFE)

Gonzalo matizó que no se trata de un problema en la construcción de la infraestructura, que podría estar finalizada en apenas dos años. Simplemente, hay que esperar a 2028 para que la capacidad "esté disponible". Los números mandan, aunque existen dos alternativas. La primera es que ambos conductos funcionen a la vez, pero a medio gas; la segunda, que se aumente el potencial del sistema. Fuentes del mercado consideran posible que el plan se modifique si la Unión Europea se ve sitiada por un corte del suministro ruso y acelera sus planes para buscar otros suministradores. En ese caso, España podría invertir en aumentar todavía más su capacidad regasificadora —ya representa el 34% del total comunitario—, de tal manera que se alcanzasen los 24 bcm necesarios para que las interconexiones actuales, el Midcat y el conducto con Italia funcionasen a la vez a pleno rendimiento.

Foto: Una estación de compresión de gas. (Reuters/Vasily Fedosenko)

Como es lógico, Enagás no ha contemplado ese escenario en su plan estratégico, ya que la rentabilidad actual no está asegurada, sobre todo si al final Bruselas anticipa el giro hacia el hidrógeno verde. Además, España reabrirá a principios del año que viene la planta de GNL del puerto de El Musel (Gijón, Asturias), que permitirá almacenar hasta 8 bcm antes de que sean enviados hacia regasificadoras europeas (no es un tubo, pero también servirá para abastecer a nuestros socios).

Sin embargo, hay un segundo factor que también pesa en la decisión de la compañía: España no tiene actualmente un sistema interno lo suficientemente robusto como para surtir a todas las interconexiones a plena capacidad. Aunque regasifiquemos los 24 bcm que se pueden enviar por tubo al resto de Europa, trasladar el gas desde los puertos hasta los enlaces con nuestros socios requeriría de nuevas inversiones para no llevar al límite la red nacional, según apuntan las mismas fuentes.

La realidad es tozuda: Madrid no puede surtir de gas a París y Roma al mismo tiempo con las infraestructuras actuales, al menos al nivel que requerirían las conexiones proyectadas. Eso no significa que nuestro país haya renunciado a convertirse en un 'hub' energético para la Unión Europea, pero quizá no de la manera que algunos creían. Ahora que ya hay un plan pragmático sobre la mesa, solo hace falta el espaldarazo de Bruselas. Si este llega, los proyectos se llevarán a cabo, aseguran las mismas fuentes. Con más o menos financiación comunitaria, pero se harán.

El plan para que España se convierta en un 'hub' energético de Europa ya está en manos de Bruselas. El 24 de junio acababa el plazo, y el operador nacional ha presentado sus proyectos de infraestructuras en colaboración con sus equivalentes de Francia, Italia y Portugal. Tras muchos meses de especulaciones, la hoja de ruta se ha plasmado negro sobre blanco: Enagás propone que el Midcat esté operativo en 2025 y que un gasoducto submarino hacia Italia le tome el relevo en el abastecimiento a nuestros socios comunitarios a partir de 2028, cuando la conexión a través de los Pirineos se empiece a utilizar para transportar hidrógeno verde.

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