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Combustibles y energía siguen disparando la inflación pese a las medidas del Gobierno
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EXPLICAN LA MITAD DE LA SUBIDA

Combustibles y energía siguen disparando la inflación pese a las medidas del Gobierno

El IPC (10,2%) bate su récord desde 1985 y la inflación subyacente (5,5%), su máximo desde 1993. La ayuda a la gasolina y el tope al gas no detienen la espiral energética

Foto: Un carro de la compra. (EFE/Joédson Alves)
Un carro de la compra. (EFE/Joédson Alves)

El Gobierno sopla mientras ve cómo se acerca el tsunami. Pero la ola no vuelve hacia atrás. Las leyes de la economía se antojan tan inevitables como las de la naturaleza, y los datos de inflación en España lo demuestran cada mes. En junio, el primero en que estuvo en vigor al mismo tiempo la ayuda a los combustibles y el tope al gas —este último solo se aplicó durante la segunda quincena—, el IPC se disparó más del doble que en mayo. Y la mitad de esa subida mensual se debió, precisamente, a los carburantes y la electricidad.

La impotencia del Gobierno es la de las familias españolas, que ven cómo la luz se ha encarecido un 9,1% en los últimos 30 días, el gasóleo un 9,2% y la gasolina un 10,8%. Los dos últimos ya se comen toda la subvención aprobada por el Ejecutivo, mientras crecen los márgenes de las petroleras. La electricidad y los carburantes explican la mitad del incremento del IPC mensual de junio, que escaló hasta el 1,9%, su mayor aumento en ese mes desde 1977.

Tras el respiro de abril, la energía alimenta la espiral inflacionista, que vuelve a reforzarse por segundo mes consecutivo. Los datos interanuales, aunque muy condicionados por el efecto base —en junio del año pasado todavía no había empezado la crisis actual—, dibujan un escenario aterrador: el IPC se ha disparado un 10,2% en los últimos 12 meses, 1,5 puntos más que en mayo y su récord desde abril de 1985, según ha confirmado este miércoles el Instituto Nacional de Estadística (INE).

En este periodo, la electricidad ha subido un 33,4%, el gasóleo un 42,7% y la gasolina, un 34,4%. El organismo calcula que las rebajas fiscales del Ejecutivo han permitido reducir el alza de la luz en 20 puntos y la de la inflación en casi uno. Pero ya no hay más margen: en julio se notará el efecto de una nueva reducción del IVA de la electricidad, que era la última bala que le quedaba al Gobierno para contener la factura.

Como sucede en toda Europa, la guerra en Ucrania ha provocado un terremoto en los precios de las materias primas, pero también se empieza a contagiar al resto de la economía. La inflación subyacente, que elimina el efecto de los elementos más volátiles —entre los que se encuentran la propia energía y los alimentos frescos— ya escala al 5,5%, seis décimas más que en mayo. Es su dato más alto desde agosto de 1993.

Foto: Imagen de productos en el mercado de Es Claustre de Mahón, Menorca. (EFE)

Además de la energía y el transporte, empieza a preocupar el precio de la comida. Es cierto que 'solo' se encarece un 1,9% en el último mes, en la media del índice general. Pero la percepción de la calle de que el dinero cada vez cunde menos cuando se va al supermercado sí se traduce en números contundentes cuando se cogen las cifras interanuales. Los alimentos se encarecieron un 12,9% en los últimos 12 meses, con las frutas, legumbres y hortalizas, la carne, el pan, los cereales, la leche, el queso y los huevos a la cabeza. Muchos de ellos registran repuntes de dos dígitos. El dato de junio es el más elevado desde el comienzo de la serie, en enero de 1994.

Quedarse en casa sale caro; salir, también

A las puertas de un verano histórico tras dos años de pandemia, otra de las percepciones que se confirman es que cada vez resulta más caro irse de vacaciones. Los precios de la hostelería se han incrementado un 7,2% desde junio del año pasado, su récord en tres décadas, mientras que los del transporte se disparan un 19,2%. Un dato: el elemento que más subió en junio respecto al mes anterior fueron los paquetes turísticos nacionales (17%). Quedarse en casa sale caro; salir, también.

El Gobierno sopla mientras ve cómo se acerca el tsunami. Pero la ola no vuelve hacia atrás. Las leyes de la economía se antojan tan inevitables como las de la naturaleza, y los datos de inflación en España lo demuestran cada mes. En junio, el primero en que estuvo en vigor al mismo tiempo la ayuda a los combustibles y el tope al gas —este último solo se aplicó durante la segunda quincena—, el IPC se disparó más del doble que en mayo. Y la mitad de esa subida mensual se debió, precisamente, a los carburantes y la electricidad.

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