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El misterio de las horas trabajadas en España y la encrucijada del INE con el cálculo del PIB
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Se han disparado un 5%

El misterio de las horas trabajadas en España y la encrucijada del INE con el cálculo del PIB

En el primer trimestre del año, se superaron las horas trabajadas que había antes de la pandemia según la EPA, pero el PIB sigue muy por debajo. ¿Nos espera una sorpresa con el PIB?

Foto: Imagen de un mecánico en un taller. (EFE/Biel Aliño)
Imagen de un mecánico en un taller. (EFE/Biel Aliño)
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El encaje de los datos de empleo y los de contabilidad nacional ha sido un quebradero de cabeza para el Instituto Nacional de Estadística (INE) durante todo el covid. A las dificultades de la pandemia para recopilar las estadísticas se han sumado muchos otros factores: destrucción de economía sumergida, errores de cálculo en las empresas entre perspectivas de facturación y resultados reales (que han llevado a adoptar malas decisiones en materia de gestión de las plantillas), reducciones de jornada a través de los ERTE, etc.

El resultado es que los indicadores del mercado laboral han ido por delante del PIB durante la mayor parte de la pandemia y el INE ha realizado el ajuste por la vía de la productividad (cada hora de trabajo generaba menor PIB que antes de la pandemia). En el cuarto trimestre de 2021, los indicadores de trabajo y producción volvieron a encajar, lo que parecía apuntar a una normalización de la medición, pero la EPA (Encuesta de Población Activa) del primer trimestre ha puesto al INE otra vez en la encrucijada.

Según los registros de la EPA, el número de horas trabajadas en el primer trimestre del año se disparó un 5% respecto al trimestre anterior. Se trata del mayor crecimiento histórico de las horas trabajadas en un primer trimestre del año. Y eso a pesar de que la ocupación se redujo en algo más de 100.000 personas. Este incremento en las horas trabajadas se produce en parte porque trabajadores que estaban en ERTE de reducción de jornada ya se han incorporado completamente al empleo, lo que implica que, con los mismos ocupados, se registre mayor carga de trabajo.

Foto: Imagen de una oficina de empleo. (EFE/Manuel Bruque)

Pero este incremento tan fuerte del empleo en términos de horas trabajadas sitúa al INE en una encrucijada para el cálculo de la contabilidad nacional. El crecimiento del trabajo anticiparía un gran avance del PIB este trimestre. De hecho, el indicador de horas trabajadas es uno de los más importantes en el cálculo del PIB, y lo que dice es que ya se habrían recuperado los niveles de actividad previos a la pandemia. Sin embargo, el resto de indicadores no están apuntando a un crecimiento del PIB del orden del 5% que sería necesario para igualar el avance de las horas trabajadas.

Un buen ejemplo es el de las ventas declaradas por las grandes empresas (descontando la electricidad) a la Agencia Tributaria. En el cuarto trimestre de 2021, declararon un incremento trimestral del 9,5% y el PIB avanzó un 2,2%. En este primer trimestre del año, han declarado un incremento de la facturación del 3%, esto es, apenas una tercera parte que en el trimestre anterior y eso a pesar de que los precios están subiendo mucho más (los datos están corregidos de estacionalidad y calendario, pero no deflactados). Es, por tanto, difícil pensar en un gran crecimiento del PIB en el inicio de 2022.

Antes de la publicación de la EPA, todas las previsiones apuntaban a un crecimiento trimestral del PIB por debajo del 1%. El Banco de España, por ejemplo, anticipaba un avance del 0,9%. Sin embargo, estos datos de la población activa apuntan a un avance superior. Hay margen, por tanto, para esperar un crecimiento del PIB superior al 1%. Lo que no parece realista es esperar que se cierre la brecha de producción tan rápido como la brecha de las horas de trabajo.

Foto: Un repartidor descarga mercancía en Madrid. (Efe)

Esto deja dos dudas. La primera, que no es sostenible que se mantenga durante mucho tiempo esta hipotética brecha entre los dos indicadores, de modo que se tendría que producir una corrección en alguno de los indicadores. Es difícil pensar que la EPA de los próximos trimestres vaya a reducir el número de horas trabajadas, por lo que lo más probable es que la estadística del PIB experimente un nuevo acelerón.

Este escenario permitiría aproximar a España a los datos del resto de Europa y dejar de ser así la excepción del continente. Con los datos hasta el tercer trimestre del año, España es el país que más retrasado va en la recuperación, con un volumen de producción un 3,8% inferior al que tenía antes de la pandemia. La mayor parte de países europeos ya habían cerrado este gap a finales de 2021. Y el segundo país que peor está después de España, Eslovaquia, está un 1,2% por debajo de los niveles prepandemia, una brecha tres veces menor que la de España.

El salto que ha dado el empleo medido en horas trabajadas en el inicio de 2022 es el indicador que faltaba para que la estimación del PIB pueda aproximarse finalmente a la media europea. Pero eso significa que el INE tendrá que calcular un importante avance del PIB en una coyuntura complicada como la actual. Una encrucijada en la que todo apunta a un crecimiento del PIB algo superior al previsto (por encima del 1%) y un importante ajuste de la productividad por hora trabajada. Mañana saldremos de dudas, porque el INE publica el adelanto de la contabilidad nacional a las 9:00 horas.

El encaje de los datos de empleo y los de contabilidad nacional ha sido un quebradero de cabeza para el Instituto Nacional de Estadística (INE) durante todo el covid. A las dificultades de la pandemia para recopilar las estadísticas se han sumado muchos otros factores: destrucción de economía sumergida, errores de cálculo en las empresas entre perspectivas de facturación y resultados reales (que han llevado a adoptar malas decisiones en materia de gestión de las plantillas), reducciones de jornada a través de los ERTE, etc.

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