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Lo que la economía española se juega si Le Pen gana las elecciones francesas
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Lo que la economía española se juega si Le Pen gana las elecciones francesas

La carrera por la presidencia de Francia se presenta como un momento crítico para el futuro de las políticas económicas europeas y, por ende, para las perspectivas de España

Foto: Marine Le Pen, candidata a la presidencia de Francia. (Reuters/Albert Gea)
Marine Le Pen, candidata a la presidencia de Francia. (Reuters/Albert Gea)
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Francia elige nuevo presidente. Este domingo se celebra la primera vuelta de unos comicios en los que, dentro de dos semanas, se determinará quién presidirá la república francesa durante los próximos cinco años. El ocupante actual del Palacio del Elíseo, Emmanuel Macron, parte como favorito en las encuestas, pero en las últimas semanas su ventaja sobre la candidata de la Agrupación Nacional, Marine Le Pen, se ha ido reduciendo de forma considerable, alimentando las especulaciones de que la política de extrema derecha acabe asumiendo el poder.

"Las encuestas de opinión muestran a Macron por delante en la segunda ronda, pero por un margen mucho menor que en 2017. Y Le Pen tiene un impulso tras ella, por lo que es claramente posible una sorpresa. De hecho, las encuestas muestran que Marine Le Pen está hoy tan cerca de la victoria como lo estuvo la campaña 'Vote Leave' antes del referéndum del Brexit en Reino Unido y Donald Trump antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016", apuntan en Capital Economics.

Si hasta ahora, la previsible continuidad había hecho pasar desapercibidos los comicios franceses en el ámbito económico, la perspectiva de una posible victoria de Le Pen ha comenzado a alimentar un incipiente nerviosismo en los mercados financieros, donde la bolsa de París registró esta semana el peor saldo entre las grandes plazas europeas y la prima de riesgo gala escaló a máximos de dos años, por encima de los 55 puntos básicos.

Foto: Campaña de las presidenciales francesas en París. (Reuters/Gonzalo Fuentes)

Un hipotético relevo en el Elíseo se presentaría, 'a priori', con importantes variaciones en la política económica francesa, lo que, tratándose de uno de los principales socios comerciales de España, conllevaría repercusiones nada desdeñables para la economía nacional. Solo en 2020 (último año del que hay datos), España importó de Francia mercancías por valor de 28.522 millones de euros (tercer máximo proveedor, tras Alemania y China) y exportó 42.177 millones de euros al mercado galo (un 16% del total, siendo el principal destino), según los datos del Ministerio de Consumo.

Precisamente, la intensidad de esas relaciones es la principal garantía para España de que una victoria de Le Pen no supondría un cambio sustancial. "Existen vínculos muy fuertes entre ambos países, con intereses cruzados, que no sería fácil romper", explica al respecto Jesús Castillo, economista senior de Natixis para la región del sur de Europa.

Lo cierto es que los planes económicos de Le Pen a escala nacional comprenden una mezcla algo heterogénea de conceptos liberales y propuestas selectivas de corte intervencionista, con un claro aroma proteccionista. Este mix, no obstante, no puede entenderse, en cualquier caso, como un viraje significativo en las políticas económicas imperantes en Francia durante los últimos lustros. Al fin y al cabo, como recuerda Jorge Tamames, investigador en el Real Instituto Elcano, Francia se ha caracterizado, dentro de la escena europea, por regirse por "un modelo económico muy particular, con mucho peso del Estado".

placeholder El presidente francés, Emmanuel Macron, recibe a su homónimo español, Pedro Sánchez, en el Palacio del Elíseo. (EFE/Christophe Petit Tesson)
El presidente francés, Emmanuel Macron, recibe a su homónimo español, Pedro Sánchez, en el Palacio del Elíseo. (EFE/Christophe Petit Tesson)

Esto se ha plasmado a lo largo de los años, también durante la presidencia de Macron, en medidas decididas de impulso a la industria nacional, intentos de condicionar decisiones estratégicas de las empresas francesas o trabas a la compra de compañías galas por parte de inversores internacionales. Es significativa la limitada presencia directa de las grandes empresas españolas en suelo francés.

A la hora de considerar los puntos fundamentales de interés entre España y Francia en materia económica, la guerra de Ucrania ha puesto últimamente muy en boga la importancia de reforzar los puntos de interconexión eléctrica y gasista entre ambos países. Si la situación ha puesto especialmente en valor la relevancia que podría alcanzar España como suministrador clave de gas natural licuado a Europa, si contara con mayor capacidad de envío a través de Francia, expertos como Tamames insisten en subrayar el mayor valor de las interconexiones eléctricas para ayudar a que el país deje de ser una isla energética.

La idea de la interconexión eléctrica, promovida desde Bruselas, es, en esencia, garantizar un suministro de energía constante a precios asequibles. En el caso práctico de España y Francia supondría mayores posibilidades para España de exportar los excedentes de electricidad generados por sus renovables (lo que a su vez daría un mayor impulso al desarrollo de estas instalaciones) y tener un mayor acceso, en caso de necesidad, a la energía eléctrica producida por Francia, mucho más estable por su composición (con un mayor peso de energía nuclear).

La presidencia de Le Pen podría prolongar el bloqueo de las interconexiones energéticas

Una hipotética presidencia de Le Pen no parece especialmente propicia para dar un impulso a estas conexiones. Al fin y al cabo, en materia de política energética, la candidata de la Agrupación Nacional se ha mostrado crítica con el despliegue acelerado de renovables, al tiempo que es partidaria de garantizar la soberanía energética francesa, afianzando la apuesta por la energía nuclear. En cualquier caso, como observa Castillo, "en este campo, lo peor que puede pasarle a España es que las cosas se queden como están, ya que los presidentes anteriores tampoco han hecho mucho por avanzar en este terreno".

Más allá de estas cuestiones, el principal foco de preocupación en torno a una victoria de Le Pen hace referencia a sus posiciones en asuntos de índole europea. Aunque la opción de forzar la salida de Francia del euro ha desaparecido de entre sus principales propuestas, la líder de extrema derecha mantiene posturas críticas con las líneas de acción de Bruselas y hasta con la misma esencia de la unión, que considera incompatible con la soberanía francesa. No en vano, una de sus principales propuestas pasa por convocar un referéndum con el fin de eliminar la primacía de las leyes europeas respecto a las nacionales.

Es por eso por lo que Raymond Torres, director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas, considera que "una victoria de Le Pen marcaría un cambio importante en política europea, más proteccionismo, menos integración y tensiones con la visión del mercado único que defiende la Comisión". Una idea con la que coinciden los expertos de Barclays: "Las consecuencias de la victoria de Le Pen llevarían a que la integración de la UE se detuviera, posiblemente presagiando algún tipo de crisis institucional europea. Todo progreso hacia un enfoque común sobre política energética, defensa o una mayor integración fiscal se volvería mucho más complicado, en un momento en que se necesita un liderazgo europeo efectivo para abordar estos problemas urgentes", señalan en un informe reciente.

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Entre otras cuestiones, esta grieta en el bloque común europeo podría hacerse visible a través de una pérdida de confianza de los inversores en el euro, hasta el punto de que los expertos de Capital Economics ven probable que la moneda común europea se deprecie desde los 1,087 dólares a los que se intercambia actualmente hacia la paridad (un euro por un dólar), lo que podría agravar el actual problema inflacionario en la región. Además, la disparidad de criterios entre las potencias europeas "puede hacer mella en la confianza de los inversores y en la capacidad de los responsables políticos para evitar un nuevo aumento de los diferenciales de los bonos periféricos a medida que el BCE endurece la política monetaria", observan en la firma británica.

Como recuerda Castillo, Francia, como la segunda mayor economía del bloque comunitario, ha actuado en los últimos años como abanderada de las propuestas más favorables a una mayor flexibilidad fiscal y un mayor impulso de las políticas de integración económica, en cooperación con el resto de países del sur de Europa, como España, Italia y Portugal, y en contraposición a las pretensiones más rígidas de las economías norteñas. Bajo la presidencia de Le Pen no cabría esperar que Francia se cambiara de bando, pero sí que sus planteamientos fueran menos constructivos y menos dados a la cooperación, ya que sus objetivos pasarían más por asegurar la libertad de acción de Francia que unos mecanismos adecuados de solidaridad interregional.

Los expertos de Capital Economics ven probable que el euro se deprecie desde los 1,087 dólares a los que se intercambia ahora hacia la paridad

Esta falta de sintonía con Bruselas podría ponerse de manifiesto en un área tan de relieve en la actualidad como es el desarrollo de un frente común contra el gobierno ruso de Vladímir Putin y el establecimiento consiguiente de sanciones. A lo largo de los últimos años, Le Pen ha mostrado en distintas ocasiones sus simpatías hacia el presidente de Rusia, y aunque la reciente invasión de Ucrania le ha llevado a ocultar sus relaciones, existen razones para pensar que desde el Elíseo trataría de poner en marcha una política menos beligerante. "Seguramente sería un freno para el desarrollo de políticas comunes contra Putin y Rusia", observa Castillo.

En última instancia, como observa Tamames, una victoria de Le Pen también tendría repercusiones en la política interna de España que podrían, fácilmente, trasladarse al ámbito económico, a través de una mayor inestabilidad que penalizara la imagen internacional del país como destino seguro de inversiones. El experto del Real Instituto Elcano considera que, "si ganara Le Pen, podría ser un impulso para Vox, que vería reforzadas sus aspiraciones, mientras perjudicaría las perspectivas del PP de establecerse como un partido más centrado y precursor de políticas más responsables y con vocación europea", indica.

Francia elige nuevo presidente. Este domingo se celebra la primera vuelta de unos comicios en los que, dentro de dos semanas, se determinará quién presidirá la república francesa durante los próximos cinco años. El ocupante actual del Palacio del Elíseo, Emmanuel Macron, parte como favorito en las encuestas, pero en las últimas semanas su ventaja sobre la candidata de la Agrupación Nacional, Marine Le Pen, se ha ido reduciendo de forma considerable, alimentando las especulaciones de que la política de extrema derecha acabe asumiendo el poder.

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