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El INE retrasa 'sine die' la actualización del cálculo del IPC pese a la escalada de la inflación
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Está en niveles no vistos en 37 años

El INE retrasa 'sine die' la actualización del cálculo del IPC pese a la escalada de la inflación

Fuentes de las eléctricas y del Gobierno apuntan a 2023 como la fecha en que entraría la nueva fórmula, pese a la amenaza que supone para la economía estar sobreestimando el impacto de la electricidad

Foto: Sobreestimar la luz incrementa aún más la inflación. (EFE/Javier Belver)
Sobreestimar la luz incrementa aún más la inflación. (EFE/Javier Belver)
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El Instituto Nacional de Estadística (INE) está teniendo dificultades para actualizar el cálculo del IPC (índice de precios de consumo), ya que todavía no ha podido afinar la medición de los precios de la electricidad. Actualmente, el INE está midiendo el precio solo con los contratos más volátiles, lo que estaría inflando el cálculo de la inflación, según los cálculos de los expertos. El Instituto aseguró en octubre de 2021 que cambiaría la base de contratos que utiliza para incorporar también al mercado liberalizado y que lo haría en enero de 2022 en el marco de la revisión quinquenal de la cesta del IPC. Sin embargo, dicha modificación aún no ha llegado y sigue sin fecha prevista para su puesta en marcha.

El INE explica que los trabajos técnicos están sufriendo retrasos por la dificultad que está teniendo para recopilar toda la información que necesita y con el nivel de desagregación requerido por la metodología comunitaria. Estos problemas ya obligaron al INE a retrasar la actualización del cálculo prevista para el inicio del año y tres meses después sigue sin fecha prevista para la culminación de los trabajos. El objetivo del INE es tomar una muestra más representativa para afinar el impacto de la electricidad en la cesta de la compra de la que venía usando en los últimos años y que en este momento está influyendo al alza en el IPC, tal y como adelantó El Confidencial en octubre de 2021 y constató el servicio de estudios de CaixaBank en febrero de 2022.

Foto: El precio de los carburantes tira del IPC. (EFE/Emilio Naranjo)

En una coyuntura económica normal, este retraso tendría efectos limitados, sin embargo, el mundo está viviendo un 'shock' de precios de la energía como no se veía desde los años setenta. El resultado es que cualquier error en el cálculo de los precios de la electricidad tiene un impacto clave sobre el resultado final del IPC. De hecho, casi el 75% de la subida de los precios de marzo es consecuencia del encarecimiento de la energía.

Pese a que la inflación se ha desbocado en marzo con el peor dato desde hace 37 años (+9,8%, sobre todo por la electricidad y los carburantes), el organismo adscrito al Ministerio de Economía aún no ha finalizado los trabajos para poder cambiar la fórmula que moderaría en una parte importante los actuales y dañinos datos para la economía, según fuentes al tanto de la situación. El INE no sabe cuándo podrá culminar los trabajos para afinar el cálculo, pero entre las eléctricas ha cundido el pesimismo. Fuentes de las empresas que están al tanto de los trabajos apuntan a que hasta 2023 no se produciría dicho cambio, lo que retrasaría un año más el conocimiento exacto del precio real que están pagando los hogares por la electricidad.

Fuentes de las eléctricas y del Gobierno apuntan a que hasta 2023 no se produciría el cambio, que aportaría un dato de IPC más real que el actual

Fuentes del Gobierno apuntan que hay un problema añadido con la actualización: elegir el momento adecuado. Si se actualiza la cesta de la electricidad en medio de la crisis energética con un resultado favorable, pueden surgir críticas de manipulación de la metodología. Por lo tanto, la elección del momento también sería importante para preservar la reputación del INE. Pero eso implica mantener por más tiempo un cálculo sesgado de los precios de la electricidad y, por tanto, de uno de los indicadores oficiales más relevantes. No hay que olvidar que al IPC se indexan decenas de rentas y precios en España, desde las pensiones hasta los alquileres.

Uno de los indicadores que insinúan el error de cálculo del INE es la diferencia entre el IPC general y el IPC excluyendo la energía. Con los datos de febrero (los últimos disponibles), el IPC general en España era del 7,6% y el IPC sin la energía, del 3,4%. Esto significa que entre los dos indicadores hay una distancia de 4,2 puntos porcentuales, el peor dato de toda Europa, solo superado por Bélgica. Si se compara con la media de la eurozona, el IPC sin energía es casi el mismo que el de España (3,1%), pero cuando se incluye la energía la subida es muy inferior, hasta el 5,9%. Esto es, la entrada del cálculo de la energía amplía la brecha de precios en casi dos puntos respecto a Europa. Si el cálculo de la energía estuviese sesgado al alza, esto explicaría que la diferencia entre el IPC general y el IPC sin la energía fuese tan elevada.

El problema de cálculo

Estadística toma como muestra para calcular el impacto de la electricidad en la inflación solo los contratos regulados (PVPC). Estos usuarios, hasta principios de la década pasada, eran una parte muy representativa del mercado español. Sin embargo, en los últimos tiempos su peso ha menguado con fuerza y actualmente apenas representan el 40% del mercado, máxime en la situación actual, con cada vez menos usuarios por sus elevados precios, según detalló recientemente la CNMC.

La tarifa regulada está indexada al mercado mayorista, que desde el pasado otoño está en una situación de récord histórico que no ha parado de empeorar. De hecho, los datos más elevados y negativos para el consumidor se han producido este mes de marzo, debido a la influencia del gas, que también ha alcanzado niveles nunca vistos tras la invasión rusa de Ucrania. El mercado eléctrico al por mayor alcanzó los 700 euros por MWh en determinadas horas de este mes, cuando hasta 2021 nunca había superado los 100 euros por MWh.

Foto: La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. (EFE)

Hay un 60% de usuarios en España en mercado libre (casi 18 millones frente a los 10 millones del PVPC) que no están influidos por esta elevada volatilidad de precios, cuya factura, en muchos casos, ha bajado desde mediados del pasado año por la reducción de impuestos y cargos que ha llevado a cabo el Gobierno y que aún mantiene.

Pero el INE no tiene en cuenta estos 18 millones de usuarios, problema que fue detectado hace ya muchos meses. Para cambiarlo, las eléctricas están aportando información de los contratos del libre mercado para de esa manera ofrecer un dato de IPC más acorde con la realidad.

placeholder Fuente: CaixaBank Research.
Fuente: CaixaBank Research.

Ahora, fuentes al tanto de las negociaciones aseguran que no acaban de dar con la tecla que afine de manera definitiva el nuevo cálculo, de ahí que aún no se haya actualizado, pese a que tenía que haber entrado en vigor hace ya tres meses. Pese a todo lo anterior y el retraso en la actualización, Eurostat, servicio estadístico de la Comisión Europea, toma datos de España proporcionados por el Ministerio para la Transición Ecológica que sí tienen en cuenta esta realidad que, sin embargo, el INE aún no contempla. Es más, Pedro Sánchez se acogió a estos datos de Eurostat para cumplir con su promesa de que la luz en 2021 estaría al nivel de 2018. Solo contando el PVPC, no hubiera cumplido.

Foto: Foto: EFE/Jens Wolf.

El problema económico de esta sobreestimación del IPC es de primer nivel. Hay grandes partidas de gasto como las pensiones, los alquileres o muchos convenios de empresa que se actualizan con el dato inflado del INE. Con el cálculo actual, sobreestimado para los expertos, se están añadiendo efectos de segunda ronda, lo que contribuye a la espiral inflacionista que tanto temen los analistas de macroeconomía.

Según explican, la situación de altos precios actual, que se estima coyuntural por los precios energéticos, podría acabar volviéndose estructural. La inflación subyacente, la que no considera energía ni alimentos frescos, ya está en el 3,4%, muy por encima del 2% que recomiendan los bancos centrales. Ya es el primer problema económico, y, para muchos, también político, que tiene este Gobierno encima de la mesa.

Grandes partidas de gasto como las pensiones, los alquileres o muchos convenios de empresa se actualizan con el dato inflado del INE

Tal y como avanzó este medio, CaixaBank Research ya advirtió del sesgo al alza que se está dando en los precios actualmente por la desviación del INE, aunque posteriormente fue matizado por el propio INE. Dicha desviación puede ser si cabe aún más pronunciada estos meses de febrero y marzo, cuando la tarifa PVPC con que se calcula parte de la inflación ha experimentado las mayores subidas interanuales nunca antes vistas.

Según Facua, la factura de febrero avanzó un 110% y en este mes de marzo el incremento va camino de ser aún mayor, influido por la guerra de Ucrania. El mercado mayorista, conocido como 'pool', ha pasado de 45 euros por MWh en marzo de 2021 a cerca de 300 euros por MWh en marzo de 2022. Este representa alrededor del 40% de la factura de un consumidor medio.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) está teniendo dificultades para actualizar el cálculo del IPC (índice de precios de consumo), ya que todavía no ha podido afinar la medición de los precios de la electricidad. Actualmente, el INE está midiendo el precio solo con los contratos más volátiles, lo que estaría inflando el cálculo de la inflación, según los cálculos de los expertos. El Instituto aseguró en octubre de 2021 que cambiaría la base de contratos que utiliza para incorporar también al mercado liberalizado y que lo haría en enero de 2022 en el marco de la revisión quinquenal de la cesta del IPC. Sin embargo, dicha modificación aún no ha llegado y sigue sin fecha prevista para su puesta en marcha.

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