El Gobierno deja fuera del plan anticrisis el ahorro de combustible y da alas a la recaudación

El Gobierno ha descartado implementar medidas que contribuyan a la reducción del consumo de hidrocarburos y, por tanto, de las importaciones de petróleo o gas natural, cuyo precio está en máximos históricos, dentro del denominado Plan de Choque contra el Impacto Económico y Social de la Guerra, que se traducirá en un real decreto ley que entrará en vigor el 1 de abril.

Muy al contrario, el Ejecutivo ha anunciado una subvención de 20 céntimos por litro de combustible que, a ojos de diversos expertos en la materia, incentivará el consumo. Esto, según detallan, además de retrasar la descarbonización y la transición energética y ser regresivo, redundará en un aumento de la recaudación de impuestos. Por otro lado, contribuirá a mantener los precios de las materias primas altos en los mercados internacionales, lo que impulsa los ingresos de Rusia y permite a Vladímir Putin financiar la invasión de Ucrania, donde se están denunciando crímenes de guerra bajo la responsabilidad del Kremlin y ataques indiscriminados contra la población civil.

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Es decir, que dicha subvención al combustible genera justo el efecto contrario anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de combatir a Putin y ayudar a Ucrania. "Lo grave es no entender dónde estamos, es una guerra económica, cuanto más petróleo, más financiamos, y cuanto mayor es la demanda, mayor el precio internacional y más dinero gana Putin para financiar la guerra", señala Ignacio Conde-Ruiz, miembro del Consejo Asesor de Asuntos Económicos —órgano consultivo presidido por la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital (Nadia Calviño)— y consejero del Consejo Económico y Social.

"Los subsidios a los combustibles son esencialmente un subsidio para Vladímir Putin, y perjudicaron el esfuerzo por poner fin a la guerra en Ucrania", señala Javier Blas, experto en energía de Bloomberg. "Si el petróleo se vuelve más asequible, el consumo aumenta. La mayor demanda de petróleo y los precios del petróleo más altos generan más dinero al Kremlin. Esos petrodólares extra pueden ir para matar a más ucranianos", concluye Blas. "Si quieres ahogar financieramente a Rusia y todos los países subvencionamos esto para que la demanda esté artificialmente alta, es ridículo", añade Conde Ruiz.

La Agencia Internacional de la Energía lanzó hace pocos días un plan de respuesta rápida por parte de los países de Occidente frente a Putin que pide rebajar el consumo de hidrocarburos para así contribuir a que bajen los precios y obstaculizar que Rusia financie la guerra y la matanza de ucranianos. Tales medidas de ahorro pedidas por la IEA serían de adopción inmediata. Entre las mismas, destacan reducir los límites de velocidad en carreteras en 10 kilómetros por hora para hacer la conducción más eficiente, permitir a quien pueda implementarlo tres días a la semana de teletrabajo y reuniones 'online' en lugar de viajes de negocios, hacer los domingos días libres de automóvil privado en las ciudades, incentivar el uso del transporte común, público y electrificado, como el tren, o apoyar el uso de vehículos compartidos.

Se trata de medidas que el propio Gobierno puso encima de la mesa hace menos de un mes. Concretamente, el borrador de temas a tratar en la Conferencia de Presidentes celebrada en La Palma el 13 de marzo con las comunidades autónomas. Se abordará la concienciación al conjunto de la ciudadanía "acerca de la importancia" del ahorro energético, a través de medidas como "el incentivo de un uso más racional de los vehículos privados o una moderación del uso de energía dedicado a la climatización". También el alto representante de la Unión Europea, el socialista Josep Borrell, se pronunció en el mismo sentido. Al igual que, recientemente, la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, pidió rebajar la temperatura de la calefacción para depender menos de Rusia.

Ninguna de las medidas propuestas por la AIE han sido contempladas por el Gobierno en su batería de medidas presentadas esta semana, pese a que el propio presidente del Gobierno reconocía el lunes la importancia del ahorro energético. Y no ha puesto encima de la mesa ninguna de estas medidas, pese a que los dirigentes en España en el pasado han recurrido a ellas.

"Si quieres ahogar financieramente a Rusia y todos los países subvencionamos esto para que la demanda esté artificialmente alta, es ridículo"

En 2011, el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, junto con Alfredo Pérez Rubalcaba, implementó una reducción de 10 kilómetros por hora en las carreteras para ahorrar energía, a la vez que rebajó el precio de los billetes de tren, como respuesta al alza de precios derivada de la Primavera Árabe. Desde hace varios años, el Ayuntamiento de Madrid reduce los límites de velocidad en sus arterias de alta afluencia para luchar contra la contaminación. Por otro lado, la pandemia del coronavirus ha permitido el Ejecutivo de Sánchez mantener gran parte de la actividad con teletrabajo por la pandemia. Es decir, que muchas de las medidas de ahorro de petróleo y gas ya están testadas.

Sin embargo, según reconocen diversos expertos, estas medidas tienen un alto coste político, dado que se trata de limitaciones impuestas a la población y, por otro lado, suponen una reducción de ingresos para las arcas públicas. Un desgaste que ya sufrió Zapatero. "Es necesario ayudar a los colectivos y sectores más afectados, pero sin reducir el poder de los precios para incentivar el ahorro energético mediante el uso del transporte público, la moderación de la velocidad y la compra de vehículos más ecológicos", advierte desde Funcas Juan José Ganuza, catedrático del Departamento de Economía y Empresa de la Universitat Pompeu Fabra.

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Al margen del carácter regresivo de la medida que ha descrito, entre otros, el Banco de España, la rebaja de 20 céntimos (15 céntimos a cargo del Estado y cinco céntimos de las petroleras) que entrará en vigor este viernes permitirá aumentar la recaudación. "Con la ayuda generalizada, lo que vas a hacer es que caiga la señal de precios, que aumente la demanda y vas a ayudar a Rusia", explica Conde-Ruiz, que apostilla que "va a haber mayor demanda de gasolina y esto va a alimentar a Rusia". Por su parte, José Luis García Molina, inspector de Hacienda, señala que "en este contexto de incremento del precio de los carburantes, la recaudación por el impuesto especial de hidrocarburos no habrá crecido, sino que, al contrario, habrá disminuido, al haberse reducido el consumo de carburante".

Ya existen datos de cómo los elevados precios han reducido el consumo y por ende la recaudación. Según los datos de Cores, en enero el gasto en carburantes fue un 9,5% inferior al de enero de 2020, un mes comparable que aún no estaba influenciado por las restricciones de la pandemia. Eso significa que, a pesar de los precios más altos de ahora —1,4 euros por litro frente a 1,2 euros por litro—, la recaudación fue inferior que en enero de este año, pese a la mayor base imponible del IVA ahora. La situación aún se notará más en febrero y marzo (vea el análisis de datos).

Además, tal y como coinciden Ignacio Conde-Ruiz (Fedea) y Javier Blas (Bloomberg), tanto bajar impuestos como dar subsidios a toda la población son medidas de gran aceptación y reconocimiento por parte de la mayoría de los ciudadanos y electores.