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2022, el año en el que las divergencias económicas lastrarán a los países más rezagados
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España, entre los perjudicados

2022, el año en el que las divergencias económicas lastrarán a los países más rezagados

La retirada de estímulos monetarios y la vuelta de las restricciones fiscales coparán el debate público a partir de la próxima primavera, lo que será un riesgo adicional para los países que están más retrasados, como es España

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El año 2022 comenzará con una nueva desilusión para la economía española. La enésima ola del virus está provocando ya un paso atrás en la recuperación del turismo y, lo que es peor, es previsible que el ritmo de contagios aumente durante las vacaciones. Esto supondrá un nuevo golpe a la economía española que sufre especialmente el impacto negativo del turismo. La recuperación se ha convertido en una carrera de obstáculos en la que las continuas olas del virus vuelven a azotar a los sectores más castigados.

Esta coyuntura retrasa la vuelta a los niveles de actividad previos a la pandemia en los países del sur de Europa, sin embargo, los del centro y el norte ya recuperaron esta cota el pasado verano. Si bien es cierto que la nueva ola del virus provocará una leve recaída, rápidamente volverán a situarse en los niveles de 2019. Esto significa que con el 'output gap' ya cerrado y con una inflación en niveles elevados, el debate sobre la normalización de la política fiscal y monetaria estará servido.

Foto: La vicepresidenta económica, Nadia Calviño. (Reuters/James Lawler Duggan)

En Estados Unidos, que es la economía occidental que va más adelantada en la recuperación, la Reserva Federal anticipa tres subidas de los tipos de interés a lo largo del próximo año y otras dos el siguiente. Esta política monetaria contractiva tendrá un impacto claro sobre las economías emergentes, en especial en aquellas con mayor deuda exterior.

El momento clave será cuando los inversores comiencen a retirar sus dólares repartidos por todo el mundo ante el temor de que sus activos en divisas débiles se deprecien. Este será un momento clave para países como Turquía o los latinoamericanos, cuya posición exterior es muy endeble y cuyas divisas son muy volátiles ante las variaciones de los tipos de interés en Estados Unidos.

Foto: EC.

La clave en todo este proceso será la evolución de la inflación. Si las tensiones de precios se mantienen durante todo el año, en contra de las previsiones actuales, la Reserva Federal podría verse obligada a endurecer su política monetaria. Los nuevos brotes del virus podrían ser el catalizador de esta subida de precios, ya que la vuelta de las restricciones frenará la recuperación del transporte de mercancías y generará mayores cuellos de botella. Lo que indica la ola actual del virus, especialmente en los países occidentales, es que la vacunación no es suficiente para evitar los contagios, de modo que estos episodios de crisis de suministro podrían ser frecuentes hasta que exista un antiviral para tratar la enfermedad provocada por el covid.

La amenaza que supone la inestabilidad financiera de los países emergentes no es baladí. En especial porque todas las economías han acumulado mucha deuda pública durante la pandemia para financiar las políticas contra la pandemia, de modo que el riesgo de contagio de la volatilidad en los mercados puede poner a prueba al tesoro público de muchos países.

Las reglas fiscales

En Europa el debate sobre la normalización de la política todavía no ha comenzado. Y eso a pesar de los datos de inflación de los últimos meses y de que los países del norte del continente hayan recuperado ya los niveles de actividad previos a la pandemia. Las heridas de la crisis todavía se perciben en los sectores que necesitan contacto social en su negocio, especialmente la hostelería. De ahí que se mantengan las políticas expansivas de la pandemia. De hecho, en 2022 seguirán suspendidas las reglas fiscales en la Unión Europea, lo que dará margen a los países para mantener una política presupuestaria anticrisis.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (EFE/Armando Babani)

Sin embargo, el horizonte de los estímulos es limitado. En Europa volverán las reglas fiscales previsiblemente en 2023, lo que obligará a los países a planificar políticas fiscales restrictivas para corregir el déficit público. En el caso de España, estas medidas se centrarán en subidas de impuestos que el Gobierno diseñará a lo largo del año 2022.

La vuelta de las reglas fiscales y el endurecimiento de la política monetaria pondrá a prueba la recuperación de los países que van más rezagados, como es el caso de España. Con una deuda pública equivalente al 120% del PIB, la subida de los tipos encarecerá la factura de intereses de las administraciones públicas. Al contrario, lo que necesita España es el mantenimiento de una política monetaria expansiva que fomente el crédito, no solo al sector privado, también al público. Sin embargo, este viento favorable remitirá en los próximos trimestres, con riesgo de que en algún momento empiece a 'soplar en contra'. Es el coste de ser el país más rezagado en la salida de la crisis.

El año 2022 comenzará con una nueva desilusión para la economía española. La enésima ola del virus está provocando ya un paso atrás en la recuperación del turismo y, lo que es peor, es previsible que el ritmo de contagios aumente durante las vacaciones. Esto supondrá un nuevo golpe a la economía española que sufre especialmente el impacto negativo del turismo. La recuperación se ha convertido en una carrera de obstáculos en la que las continuas olas del virus vuelven a azotar a los sectores más castigados.

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