La actividad empresarial repunta en Europa y desafía las previsiones de una desaceleración

Buenas noticias, a nivel económico y empresarial, en el mes de noviembre. Los PMIs preliminares de la eurozona, que en octubre cayeron a mínimos de seis meses, han repuntado con fuerza en noviembre pese a que la inflación prosigue al alza y la preocupación por el covid se ha recrudecido. Así, el PMI compuesto se ha incrementado desde los 54,2 hasta los 55,8 puntos gracias al repunte de dos puntos en el sector servicios (hasta los 56,6 puntos) ya que el sector manufacturero ha avanzado tres décimas y se sitúa en los 58,6 puntos. Por tanto, ponen a prueba las previsiones de los economistas, que destacan una desaceleración de la economía europea en la recta final de año.

La buena noticia es que la crisis de suministros ha provocado que el ritmo de creación de empleo sea el segundo más alto en 21 años. Las empresas buscan satisfacer la creciente demanda que hay por los productos, pese al fuerte crecimiento de los precios que han experimentado. No obstante, las perspectivas sobre la actividad empresarial son bastante pesimistas y han caído a mínimos en diez meses por la preocupación del covid y las persistentes limitaciones de bienes. De hecho, la producción del sector del automóvil ha caído por tercer mes consecutivo mientras que se han observado fuertes incrementos en la producción de equipos tecnológicos, alimentos y bebidas.

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Javier G. Jorrín

Chris Williamson, economista jefe de IHS Markit, ha destacado que "el repunte de la actividad en noviembre desafía las previsiones de los economistas de una desaceleración. No obstante, es poco probable que la eurozona evite un crecimiento más lento en el cuarto trimestre, sobre todo porque el aumento de los casos por el covid causarán trastornos en la economía en diciembre".

El economista ha señalado que "el sector manufacturero sigue acusando los retrasos en los suministros, lo que limita el crecimiento de la producción a tasas no vistas desde el primer trimestre de 2020, por lo que no será sorprendente que esta situación, unido al incremento de los costes y la preocupación por el covid haya hundido el optimismo empresarial y se sume a los riesgos a corto plazo para el crecimiento económico de la eurozona.