La rebaja del IVA a la luz no llegó a los hogares: los precios se comieron la mitad del recorte
El precio de la electricidad antes de impuestos subió más de un 4% en julio, de modo que se llevó la mitad del efecto de la rebaja del IVA. En agosto habrá desaparecido por completo
La bajada del IVA a la electricidad aprobada a finales de junio debería haber permitido un importante ahorro para los hogares en la factura del mes de julio. Sin embargo, los datos publicados este viernes por el INE muestran que el ahorro fue muy escaso, de apenas el 5%, una leve tregua en medio de una subida histórica en los precios de la luz. La caída de precios debería haber sido próxima al 10%, sin embargo, se quedó en la mitad. El motivo es que los predios mantuvieron su escalada en julio, con un alza superior al 4% a impuestos constantes. Esto explica que la inflación se comiera casi la mitad de la rebaja del IVA y, por tanto, los hogares apenas sintieron el efecto de esta ayuda fiscal.
Los datos del INE muestran que el precio de la electricidad que pagan los hogares a impuestos constantes subió un 4,2% en julio respecto al mes anterior, de modo que mantuvo el fuerte ritmo inflacionista registrado en las semanas anteriores a la bajada del IVA. En concreto, la bajada del IVA que aprobó el Gobierno hizo que la electricidad pasara de tributar al tipo general, esto es, el 21%, al tipo reducido del 10%. Sin embargo, la realidad para los hogares es que su factura apenas se redujo un 5% respecto al mes de junio. Y lo que es peor, la factura de agosto ya habrá neutralizado por completo la bajada de impuestos, ya que la escalada de precios de los últimos días se ha comido ese escaso margen del 5% ganado en julio. Esto implica que, a la vuelta del verano, los consumidores recibirán una factura en el que el coste del megavatio ya será superior al que pagaron en junio.
El problema de este beneficio fiscal es que no sirve para atajar los problemas de fondo del sistema eléctrico nacional. De hecho, las soluciones adoptadas o propuestas hasta la fecha no han tenido ningún impacto favorable sobre la factura que pagan los consumidores cada mes. Esto implica que los precios siguen determinados por la evolución de los mercados mayoristas y por el sistema de formación de precios que tiene España. La rebaja de impuestos habrá sido sólo un alto en la escalada de los precios.
De hecho, si se comparan los precios de julio con los del mismo mes del año anterior se aprecia la magnitud de la subida. El coste de la luz subió un 27% en el último año, un incremento que habría sido del 39% sin la bajada de impuestos.
En julio también se puso en marcha el sistema de franjas horarias para intentar frenar la escalada de los precios. Sin embargo, los datos del IPC muestran que no ha dado resultado. La subida del precio del 4,6% a impuestos constantes es una de las mayores subidas mensuales de la serie histórica.
Con este avance, los precios de la electricidad marcaron ya en julio máximos históricos, cifra que previsiblemente se volverá a superar en agosto. Los datos habrían sido peores sin la rebaja del IVA, pero lo que muestran las cifras del IPC es que esta medida es totalmente insuficiente para dar la vuelta a este grave problema al que se enfrenta el país. Los precios del gas se consolidan en una situación más competitiva que los de la electricidad, ya que en el último año han subido un 4%, esto es, una novena parte de la subida experimentada por la electricidad. Y eso a pesar de la rebaja de impuestos.
La bajada del IVA a la electricidad aprobada a finales de junio debería haber permitido un importante ahorro para los hogares en la factura del mes de julio. Sin embargo, los datos publicados este viernes por el INE muestran que el ahorro fue muy escaso, de apenas el 5%, una leve tregua en medio de una subida histórica en los precios de la luz. La caída de precios debería haber sido próxima al 10%, sin embargo, se quedó en la mitad. El motivo es que los predios mantuvieron su escalada en julio, con un alza superior al 4% a impuestos constantes. Esto explica que la inflación se comiera casi la mitad de la rebaja del IVA y, por tanto, los hogares apenas sintieron el efecto de esta ayuda fiscal.