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La masa salarial regresa a niveles precrisis mientras las empresas ganan un 12% menos
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Una recuperación diferente

La masa salarial regresa a niveles precrisis mientras las empresas ganan un 12% menos

La salida de la crisis se está caracterizando por el aumento del empleo y los salarios. El crecimiento de los costes intermedios lastra la remuneración del capital

Foto: Un hostelero de Benidorm, donde el turismo siempre ha tenido gran importancia. (Sergio Beleña)
Un hostelero de Benidorm, donde el turismo siempre ha tenido gran importancia. (Sergio Beleña)
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La salida de la crisis se está caracterizando por ser intensiva en empleo. El número de horas trabajadas en el segundo trimestre del año creció un 4,4% respecto al primer trimestre del año, lo que implica que el empleo aumentó casi el doble que el PIB. Esta recuperación del mercado laboral se produjo por dos vías: la contratación de nuevos trabajadores y la reincorporación de trabajadores de los ERTE. Además, los salarios están subiendo, aunque a tasas más moderadas que la inflación.

La suma de todos estos factores explica que la masa salarial recuperara en el segundo trimestre los niveles existentes antes del estallido de la pandemia. Así lo muestra el avance de la contabilidad nacional publicado por el INE el viernes. La renta salarial total del segundo trimestre del año ascendió a 144.000 millones de euros (todos los datos están corregidos de estacionalidad y calendario), lo que supone igualar los registros del cuarto trimestre de 2019, el último antes del estallido de la pandemia.

Foto: Una mujer espera ante una oficina de empleo en Madrid. (EFE)

Si se descuenta el coste de las cotizaciones sociales los datos son algo peores. El motivo es que las empresas han tenido que soportar una parte de las contribuciones a la Seguridad Social por sus trabajadores en ERTE. Aunque las exoneraciones han sido cuantiosas, han tenido que pagar una parte de sus contribuciones (este porcentaje ha sido cambiante en el tiempo y diferente por sectores), lo que ha encarecido el empleo para estas empresas acogidas a expedientes temporales.

Si se excluye el gasto en cotizaciones, la renta destinada a sueldos y los diferentes complementos en el segundo trimestre fue apenas un 1% inferior a la existente antes de la crisis, de modo que fue prácticamente la misma. Esto no significa que todos los trabajadores estén en la misma situación que tenían antes de la crisis, ni mucho menos. Mientras los asalariados de los sectores esenciales o los que están en crecimiento han recuperado rápidamente los niveles de remuneración previos a la crisis, otros están todavía muy lejos.

El mayor ajuste se ha producido en la hostelería y el comercio, donde se han perdido más de 5.500 millones de euros en salarios. También la industria deja un balance negativo, con una caída de más de 1.000 millones. En su caso, la recuperación se ha visto frenada por los problemas de suministro de bienes intermedios, lo que ha ralentizado la producción en muchas cadenas de producción, llegando incluso a paralizar a algunas de ellas. Está siendo especialmente grave la escasez de semiconductores y chips, lo que entorpece la producción de bienes tecnológicos.

El sector público compensa casi toda la caída de la masa salarial incorporando casi 5.000 millones de euros de crecimiento. Las Administraciones han reforzado sus plantillas durante la pandemia para atender las necesidades de servicios públicos, en especial sanitarios y educativos. Como consecuencia, el gasto en salarios públicos superó los 37.200 millones de euros en el segundo trimestre del año.

El rápido rebote de los salarios contrasta con la precaria situación de los beneficios empresariales (medidos con la aproximación del EBE y las rentas mixtas en la contabilidad nacional). Su recuperación en esta fase de reapertura está siendo todavía muy leve, lo que se explica por el incremento de los costes salariales y de los bienes intermedios, los malos datos de facturación registrados en abril (primer mes del segundo trimestre), cuando todavía estaba vigente el estado de alarma y el aumento de la presión fiscal con la subida de impuestos aprobada por el Gobierno en los presupuestos generales del estado.

Como consecuencia, los beneficios se recuperaron mucho más lentamente que el PIB y cayó su participación en la economía nacional: mientras la masa salarial supuso algo más del 48,5% del PIB en el segundo trimestre (casi medio punto por encima de los niveles precrisis), los beneficios se quedaron en el 41,4% del PIB, el dato más bajo en más de 20 años.

Estos datos muestran el importante esfuerzo que está realizando el sector empresarial durante esta crisis para mantenerse abierto a pesar de las dificultades y las restricciones. Este esfuerzo tiene su reflejo en los datos de deuda, que no para de crecer. Según los datos del Banco de España, superó en mayo los 935.000 millones de euros, lo que supone un crecimiento de más de 63.000 millones de euros desde el inicio de la pandemia. Las empresas llegaron a la crisis en una situación financiera holgada, de modo que tenían músculo financiero asumir deuda. En paralelo, las políticas de estímulo del crédito (monetarias y fiscales), han permitido a la mayoría de las empresas asumir sus pagos, acumulando pasivos en su balance.

La deuda de las sociedades ha crecido más rápido que el ahorro de los hogares, lo que muestra cómo las empresas han soportado una buena parte del coste de la crisis. En las últimas semanas, el encarecimiento de los costes intermedios, básicamente energía y materias primas, ha sido superior al IPC, que mide los precios finales de los bienes. Esto significa que las empresas han soportado, en sus márgenes, una parte del aumento de los costes, agravando su situación en la salida de la crisis.

La salida de la crisis se está caracterizando por ser intensiva en empleo. El número de horas trabajadas en el segundo trimestre del año creció un 4,4% respecto al primer trimestre del año, lo que implica que el empleo aumentó casi el doble que el PIB. Esta recuperación del mercado laboral se produjo por dos vías: la contratación de nuevos trabajadores y la reincorporación de trabajadores de los ERTE. Además, los salarios están subiendo, aunque a tasas más moderadas que la inflación.

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