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Los ERTE 'atrapan' a 150.000 trabajadores en empresas zombis
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A la espera de una solución

Los ERTE 'atrapan' a 150.000 trabajadores en empresas zombis

Se trata de trabajadores que siguen en ERTE en sectores que ya no están protegidos y que deberían estar recuperando la normalidad. Casi 50.000 empresas están en esta situación

Foto: Una oficina de empleo, en una imagen de archivo. (EFE)
Una oficina de empleo, en una imagen de archivo. (EFE)

Los ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo) llegaron a proteger a algo más de tres millones y medio de empleos durante las peores semanas de la pandemia, cuando todo el país estaba paralizado. Este instrumento sirvió para salvar millones de empleos, ya que casi el 90% de los trabajadores se han reincorporado al empleo desde entonces. Sin embargo, queda una bolsa de trabajadores con el contrato todavía suspendido que difícilmente podrán volver a la actividad.

Al cierre del mes de junio quedaban en ERTE casi 450.000 trabajadores. De estos, la gran mayoría (el 70%) tiene el contrato suspendido; esto es, no trabajan ni una sola hora. El ritmo de reincorporación de los trabajadores fue rápido desde el final de la tercera ola y se intensificó con el final del estado de alarma. Sin embargo, esta mejoría se frenó bruscamente a mediados del mes de junio, tras la reapertura de muchos hoteles y negocios turísticos.

Foto: El turismo nacional impulsa la creación de empleo. (Efe)

Este parón en la salida de los ERTE muestra que la bolsa de trabajadores que queda ahí estancada, cada vez es más difícil de recuperar. Así, si en la primera semana de junio salieron 26.000 trabajadores de los ERTE, en la última semana del mes apenas se reincorporaron 3.200.

Una parte de estos 450.000 trabajadores en ERTE todavía podría recuperarse en los próximos meses, ya que forman parte de los sectores 'ultraprotegidos' que siguen muy afectados por la pandemia. Se trata, principalmente, de actividades turísticas en zonas donde hay una elevada dependencia de los viajeros internacionales, los transportes, el ocio nocturno y actividades de entretenimiento para turistas.

Si los viajes internacionales se recuperan a partir de este mes de julio, gracias al 'pasaporte covid', es posible que una parte de estos trabajadores pueda volver a su empleo. Por ejemplo, solo en establecimientos de alojamiento (desde hoteles hasta cámpines) hay todavía 79.000 trabajadores en ERTE, y en el sector de los restaurantes y bares, más de 114.000. Su recuperación dependerá del ritmo de llegada de viajeros durante este verano.

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Sin embargo, también es necesario asumir que una parte de estos establecimientos no reabrirá jamás. No hay más que comparar la evolución de los ERTE con la afiliación para comprender que una parte de la hostelería sigue atascada, mientras otra crece rápidamente. Durante el mes de junio, la hostelería creó nada menos que 126.000 puestos de trabajo nuevos a pesar de que quedan más de 192.000 trabajadores en ERTE en este sector. Esto significa que mientras algunos negocios y regiones están ya camino de normalizar su actividad hostelera, otros siguen todavía atascados y con escasas expectativas de mejora.

Pero la principal preocupación se concentra ahora en las empresas que ya deberían estar funcionando a un ritmo de actividad relativamente normal y con sus trabajadores ya fuera de los ERTE. Son los sectores que ya no tienen limitaciones a la actividad. Se trata de actividades como la industria, la construcción, los servicios tecnológicos de alto valor añadido o el comercio. Estos sectores ya no tienen exoneraciones en las cuotas a la Seguridad Social de sus trabajadores en ERTE, pero, aun así, los mantienen con el contrato suspendido.

El pago de los ERTE para empresas sin actividad implica aumentar sus pérdidas. Se han visto atrapadas en estos expedientes temporales, ya que ahora no pueden despedir a sus trabajadores porque la cláusula de mantenimiento del empleo les obliga a devolver todas las ayudas recibidas hasta la fecha. De facto se trata de una prohibición del despido que obliga a estas empresas a mantenerse sin actividad y acumulando pérdidas hasta poder resolver su situación.

Tampoco sus proveedores pueden impulsar un concurso de acreedores para liquidar a estas empresas o reestructurarlas, ya que la moratoria concursal sigue operando. De modo que se han convertido en empresas zombis que en algún momento el Gobierno tendrá que decidir cómo se liquidarán, previsiblemente después del verano.

En esta situación se encontrarán casi 50.000 empresas, según los registros de la Seguridad Social. Son empresas (medidas a través de los códigos de cuenta de cotización a la Seguridad Social) que pertenecen a todos los sectores que ya no tienen exoneraciones de cotización y que forman parte de sectores que ya están reactivados. Estas empresas tienen a casi 150.000 trabajadores en ERTE que, si no han recuperado aún, difícilmente podrán hacerlo en el futuro.

Cuando el Gobierno puso en marcha la regulación de los ERTE, al inicio de la crisis, era evidente que una parte de las empresas acogidas no reabriría sus puertas nunca. Así lo muestran otras experiencias internacionales similares. Sin embargo, la cantidad de empleos salvados fue fundamental para conseguir un rebote fuerte de la actividad tras el levantamiento de las restricciones. Ahora el Gobierno tendrá que afrontar cómo reestructurar ese remanente de empresas zombis que ha dejado la pandemia y qué hacer con sus trabajadores, desde el pago de las indemnizaciones por despido hasta su recolocación en el mercado laboral.

Los ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo) llegaron a proteger a algo más de tres millones y medio de empleos durante las peores semanas de la pandemia, cuando todo el país estaba paralizado. Este instrumento sirvió para salvar millones de empleos, ya que casi el 90% de los trabajadores se han reincorporado al empleo desde entonces. Sin embargo, queda una bolsa de trabajadores con el contrato todavía suspendido que difícilmente podrán volver a la actividad.

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