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El 'experimento' de Madrid: doblega la curva de contagios sin frustrar la recuperación del empleo
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Resultados de su estrategia sanitaria

El 'experimento' de Madrid: doblega la curva de contagios sin frustrar la recuperación del empleo

Es la única comunidad autónoma que crea empleo efectivo en el actual estado de alarma, una estrategia que ha implicado más contagios que otras regiones pero no más muertes

Foto: Aspecto de las terrazas en la plaza Mayor de Madrid en febrero. (EFE)
Aspecto de las terrazas en la plaza Mayor de Madrid en febrero. (EFE)
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La gestión sanitaria de la pandemia que ha realizado la Comunidad de Madrid ha seguido un patrón diferente al de la mayoría de regiones. El Gobierno autonómico ha presumido de no tomar medidas tan estrictas como las de otras regiones para evitar un nuevo parón económico; sin embargo, en las semanas en las que se dispararon los contagios por la tercera ola, también se vio obligada a establecer limitaciones severas como el toque de queda o la prohibición de encuentros sociales con no convivientes.

No es cierto que en Madrid se permita todo lo que no se permite en el resto de España, pero en general sí hay una mayor permisividad. La principal diferencia con el resto del país se ha visto reflejada en la negativa a cerrar la hostelería (o al menos los interiores), la medida que se ha mostrado más eficaz. Ya han pasado cuatro meses del segundo estado de alarma, más de la mitad, el tiempo suficiente para obtener las primeras conclusiones sobre la estrategia seguida por la comunidad. La mayor permisividad de Madrid ha provocado que el número de contagios haya sido más elevado y también ha favorecido la recuperación económica de la región. Un resultado que no por intuitivo deja de ser relevante.

Foto: Vacunación de una persona mayor dependiente en Valencia. (EFE)

En términos sanitarios, la relajación de las medidas ha provocado que a Madrid le haya costado más bajar la curva de contagios. Sucedió en la segunda ola, que se adelantó en la región, y está pasando ahora: su pico no fue tan alto como el de Extremadura, por ejemplo, pero ahora mismo le quintuplica en casos por 100.000 habitantes.

Esa lentitud en el descenso provoca que el área bajo la curva sea mayor, lo que se traduce en más casos. Desde el 1 de julio al 28 de febrero, en Madrid se ha contagiado el 7,6% de su población, mientras que en el resto del país el porcentaje ha sido del 5,8%. El número de hospitalizados también ha sido mayor: desde el 1 de septiembre, fecha en la que el Ministerio de Sanidad comenzó a publicar los datos comunicados por los hospitales, el 0,57% de los madrileños ha sido ingresado por covid-19, un porcentaje superior al del resto del país (0,43%).

Sin embargo, la comparación es diferente en los datos de fallecimientos: entre julio de 2020 y febrero de 2021, en la comunidad ha muerto el 0,079% de la población, mientras que en el resto del país ha fallecido el 0,086%. Esto es, el número de fallecimientos en Madrid se ha mantenido por debajo de la media nacional a pesar de que los contagios han sido superiores, dato que se debe, entre otros motivos, a que la población madrileña no está tan envejecida, ya que repone sus generaciones de jóvenes continuamente con inmigración nacional e internacional.

También ha jugado un papel clave la atención sanitaria de Madrid y que explica por qué la comunidad ha podido permitirse su estrategia. Uno de los objetivos de las medidas es aliviar la presión en los hospitales, cuya saturación no solo afecta a los enfermos por covid-19, sino que tiene un impacto en el resto de pacientes. El Gobierno regional ha destacado siempre la gran capacidad hospitalaria de la comunidad, sobre todo tras la construcción del hospital Isabel Zendal.

Desde septiembre, la ocupación de las UCI por pacientes de coronavirus no ha bajado del 25%. Es decir: la ocupación de las unidades de cuidados intensivos en Madrid lleva más de medio año siendo de nivel de riesgo muy alto. El total de hospitalizados por esa enfermedad nunca ha sido inferior a 1.500. Eso significa que la atención a otros pacientes ha podido ser deficitaria en comparación con otras regiones para hacer hueco a los pacientes de coronavirus. Si esta estrategia ha agravado otras patologías solo se podrá analizar con el tiempo.

La recuperación continúa

Madrid es la única comunidad autónoma que ha creado empleo en el estado de alarma actual, y junto con Baleares son las únicas en las que el empleo ha evolucionado mejor que en el mismo periodo de 2019, según los últimos datos de afiliación correspondientes al mes de febrero. El dato se extrae descontando los trabajadores en ERTE del número de afiliados, para obtener la afiliación efectiva por regiones. Madrid tuvo casi 3,1 millones de trabajadores activos durante el mes de febrero (media del mes), lo que supone un incremento de 26.600 personas respecto al nivel previo al segundo estado de alarma (media de octubre).

Este incremento del empleo es más del doble que en el mismo periodo previo a la crisis, en concreto, un 116% más. Este dato muestra cómo Madrid ha seguido creciendo en estos meses a pesar de las dificultades económicas. Baleares también ha experimentado una evolución del empleo mejor que en el mismo periodo del año anterior, aunque en su caso el motivo es que, como no hubo temporada de verano, no se produjeron los despidos habituales al terminar la campaña turística.

Foto: Ya hay más de cuatro millones de desempleados en España. (EFE)

En el resto de las comunidades autónomas, la evolución del empleo, además de haber sido negativa durante el actual estado de alarma, también ha sido peor que en el mismo periodo del año anterior. Estas cifras muestran que las restricciones permiten reducir el número de contagios pero tienen un coste elevado en términos económicos. Madrid fue la primera comunidad que empezó con la segunda ola; de hecho, durante casi todo el mes de octubre ya tuvo restricciones a la actividad. Para evitar este efecto, se puede realizar la comparativa con septiembre como mes inicial. Desde entonces, el conjunto de España ha destruido 183.000 empleos, más del doble que en el mismo periodo del año anterior; sin embargo, Madrid ha creado 82.000, un 50% más que en los mismos meses del año anterior.

Desde septiembre hay tres CCAA que han creado empleo: Madrid, Andalucía y Murcia, pero de estas tres solo Madrid ha vivido una evolución del empleo mejor que en el mismo periodo previo a la crisis. Otras regiones, como País Vasco, Comunidad Valenciana o Canarias, que habitualmente crean empleo en el periodo septiembre-febrero, este año lo han destruido.

Uno de los motivos que explican la mejora de Madrid es que esta región fue una de las que más sufrieron durante la primera ola del virus y, por tanto, tiene más espacio para la recuperación. Es lo mismo que ocurre con España si se compara con el resto de Europa: como la recesión fue más intensa durante el confinamiento, después ha tenido más margen de recuperación. El PIB Español cayó 6,9 puntos más que el europeo durante la pandemia (en tasa interanual), pero en el cierre del año ya estaba ‘solo’ 4,1 puntos por debajo.

La diferencia de Madrid en comparación con España no es que haya reducido la brecha de caída, sino que ya ha mejorado a la media nacional. En junio, con la entrada en la nueva normalidad, Madrid era la segunda comunidad peninsular (excluyendo las islas) que más empleo efectivo había perdido, casi el 17% del empleo, solo por delante de Cataluña. Sin embargo, en febrero ya mejora al conjunto de España, con una destrucción interanual de empleo de casi el 6%. En estos meses ha adelantado al País Vasco, Castilla y León, Galicia, Asturias, Comunidad Valenciana y La Rioja.

La mejora relativa de Madrid comenzó en noviembre, coincidiendo con el segundo estado de alarma a nivel nacional, y ha terminado de consolidarse en febrero, que ha sido uno de los peores febreros de la serie histórica.

Uno de los factores que explican la mejora de Madrid es precisamente el cierre de las fronteras de las comunidades autónomas, vigente casi desde las primeras semanas de octubre. La capital emite mucho turismo hacia otras regiones, tanto las de su alrededor en viajes de proximidad de fin de semana como las costeras, especialmente en los puentes. El cierre de Madrid ha provocado que toda esa demanda se haya quedado dentro de la región. Sin embargo, aunque esta ha sido una condición necesaria para la recuperación madrileña, no ha sido definitiva, ya que la apertura de locales ha sido clave para permitir que esa demanda se hiciera efectiva.

La situación de Madrid se puede comparar con la de Barcelona, otra metrópoli que irradia mucho turismo hacia las provincias vecinas, pero que ha establecido limitaciones a la actividad muy severas durante el actual estado de alarma. Entre octubre y febrero Barcelona perdió 18.000 empleos efectivos, y si se compara con septiembre son 11.700 empleos menos. Si se compara con el mismo periodo del año anterior se aprecia el impacto de las restricciones, ya que entre septiembre y febrero del año pasado la región creó algo más de 26.000 nuevos empleos. Este dato refleja cómo el cierre de las fronteras solo estimula la economía de las regiones emisoras de turismo cuando abren su hostelería.

La gestión sanitaria de la pandemia que ha realizado la Comunidad de Madrid ha seguido un patrón diferente al de la mayoría de regiones. El Gobierno autonómico ha presumido de no tomar medidas tan estrictas como las de otras regiones para evitar un nuevo parón económico; sin embargo, en las semanas en las que se dispararon los contagios por la tercera ola, también se vio obligada a establecer limitaciones severas como el toque de queda o la prohibición de encuentros sociales con no convivientes.

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