La UE presenta una nueva estrategia comercial ante un "entorno más hostil"

El poder global de la Unión Europea tiene nombre y apellido: política comercial. Es la forma en la que Bruselas y los Veintisiete proyectan su visión del mundo, sus reglas, sus estándares. Por eso la Comisión Europea cuida y mima con todo detalle la que es para ella su joya de la corona.

Por eso no es un asunto menor que el Ejecutivo comunitario presente un rediseño de alguno de los principales elementos de su política comercial. La nueva estrategia busca adaptarse a un mundo mucho más inestable y unilateral, como han demostrado los últimos cuatro años de Donald Trump en la Casa Blanca. Así, la Unión Europea “adoptará una postura más firme en la defensa de sus intereses y valores, incluso a través de nuevas herramientas”.

“Con una administración americana comprometida con el multilateralismo todo va a ser más sencillo”, señala una fuente comunitaria, que, sin embargo, subraya que la Comisión Europea debe estar “preparada para cualquier eventualidad”. “Tenemos que tener instrumentos para reaccionar en caso de que la situación en el futuro sea más turbulenta”, señala la fuente. Porque el trasfondo de esta nueva estrategia es la idea de que Joe Biden puede ser solamente un paréntesis. “No estamos poniendo todos los huevos en la cesta de Biden”, asegura la fuente.

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“La política comercial debe respaldar plenamente las transformaciones ecológicas y digitales de nuestra economía y liderar los esfuerzos mundiales para reformar la OMC. También debería darnos las herramientas para defendernos cuando nos enfrentamos a prácticas comerciales desleales”, ha señalado Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea a cargo de Comercio, que ha explicado que el objetivo de Bruselas es tener una política “abierta, estratégica y asertiva, que enfatiza la capacidad de la UE para tomar sus propias decisiones y dar forma al mundo que la rodea a través del liderazgo y el compromiso, reflejando nuestros intereses y valores”.

Objetivos y retos

La Comisión Europea explica abiertamente que el comercio es la forma de proyectar su forma de ver el mundo y sus prioridades. Y ahora mismo buena parte de ellas tienen que ver con el clima. “La nueva estrategia fortalecerá la capacidad del comercio para respaldar las transiciones digital y climática. Primero, contribuyendo a la consecución de los objetivos del Pacto Verde Europeo. En segundo lugar, eliminando las barreras comerciales injustificadas en la economía digital para aprovechar los beneficios de las tecnologías digitales en el comercio”, señala el Ejecutivo comunitario en un comunicado.

Los técnicos comunitarios han identificado una serie de retos que son los que dan forma a la nueva estrategia. El primero es “la globalización, las evoluciones tecnológicas y la creación de cadenas de valor mundiales” con su importante impacto en la economía y en las sociedades, y es precisamente el coste de la globalización una de las grandes preocupaciones de Bruselas. “Lo que se esperaba que fueran costos de ajuste transitorios a veces se han convertido en pérdidas permanentes en los niveles de vida, oportunidades de empleo o salarios y otras condiciones laborales. En muchos casos, se percibe que los gobiernos no han respondido suficientemente a los ajustes económicos”, señala el informe que ha adoptado el Ejecutivo comunitario.

El segundo reto que identifican es el ascenso de China “que demuestra ambiciones globales” y que “ha cambiado fundamentalmente el orden económico y político global. Esto plantea desafíos cada vez mayores para el sistema de gobernanza económica mundial establecido y afecta a la igualdad de condiciones para las empresas europeas que compiten a nivel mundial y en casa”. El tercer y cuarto reto son el cambio climático y la transición digital.

Bruselas intenta mostrar con esta estrategia que sigue siendo, tras la era Trump, la principal defensora del libre comercio. Pero que al mismo tiempo va a tener mano más dura a la hora de defender sus intereses y a la hora de hacer cumplir los acuerdos. “La UE adoptará un enfoque más firme y asertivo hacia la implementación y el cumplimiento de sus acuerdos comerciales, luchando contra el comercio injusto y abordando las preocupaciones de sostenibilidad. La UE está intensificando sus esfuerzos para garantizar que sus acuerdos generen los beneficios negociados para sus trabajadores, agricultores y ciudadanos”, señala el comunicado.

El futuro será difícil, y la Comisión Europea recuerda que la UE “deberá operar en un nuevo orden global multipolar marcado por las crecientes tensiones” por lo que “debe dotarse de herramientas para operar en un entorno internacional más hostil si es necesario”.