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Accenture

Liderando el cambio

La receta para que España lidere la industria energética en Europa

Por EC Brands

Aunque casi cueste recordarlo, la batalla contra el cambio climático era una de las mayores preocupaciones internacionales antes de la pandemia. Pese a que el coronavirus y la crisis que ha desencadenado continúan copando la atención en todo el mundo, lo cierto es que la transición energética está recobrando fuerza en los últimos meses. Máxime, teniendo en cuenta los cambios que se están produciendo en el sector y la cada vez más próxima llegada del Fondo de Recuperación, el instrumento con el que la Unión Europea reimpulsará la economía en el viejo continente.

Para alcanzar el triple objetivo de crear empleo, desarrollar esta industria y lograr la neutralidad climática en el año 2050, España cuenta con el marco legislativo que ofrece el Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Este plan establece entre sus objetivos y previsiones movilizar 200.000 millones de euros de inversión —especialmente del ámbito privado—, incrementar el PIB entre 16.500 y 25.700 millones de euros al año como consecuencia de estas inversiones y mejorar la eficiencia energética en los distintos entornos económicos. Esto se traducirá, según el Ministerio para la Transición Ecológica, en la creación de entre 250.000 y 350.000 puestos de trabajo hasta el año 2030.

“España debe aprovechar los fondos europeos para liderar el mercado energético comunitario”

Ignacio Sánchez Serrano, managing director del área de Resources de Accenture en España, Portugal e Israel, explica que las ayudas europeas llegan en un momento “muy oportuno”, precisamente por la claridad y estabilidad del escenario. Desde su punto de vista, “nuestro país debería aprovecharlas para liderar el mercado energético comunitario”. Sin embargo, reconoce que, actualmente, “el principal reto continúa siendo la descarbonización del mix de generación de electricidad”. Para lograr este objetivo se requiere, entre otros aspectos, “incrementar la capacidad de producción renovable, así como solucionar el problema de su almacenamiento”. De esta forma, se podrá dotar de mayor estabilidad y flexibilidad al sistema”, apunta el experto.

Uno de los caminos más viables para conseguir el propósito de convertir a España en una potencia energética es la aplicación de la denominada “digitalización a escala”. La informatización del sistema podría jugar un papel determinante a la hora de permitir, por ejemplo, “reconfigurar automáticamente los activos en tiempo real”. Sánchez Serrano aclara que “una tecnología como la inteligencia artificial podría permitir generar y almacenar más electricidad”.

Imagen de placas solares

Conseguir una red inteligente, resiliente y digital

Dada la situación y con la transición energética ya en marcha, el sector tiene que focalizar su atención en hacer de la red de transporte y distribución el elemento integrador de las nuevas tecnologías —IoT, 5G, Edge, inteligencia artificial y ‘cloud’—, además de poner al consumidor en el centro de toda la nueva configuración, ya que el usuario tomará el control sobre cómo se genera y utiliza la electricidad en un futuro muy próximo. “Se priorizarán las microrredes vecinales y comunitarias para dotar de mayor flexibilidad y resiliencia a las infraestructuras. Esto nos preparará para reaccionar ante situaciones complejas como catástrofes climáticas o ciberataques”, subraya.

La idea consiste fundamentalmente en concebir la red como una plataforma de servicios. De esta forma, el cliente podrá hacer uso propio y, a la vez, también ser proveedor que vende o provee a terceros. Pero, ¿realmente existe posibilidad de llevar este planteamiento a la práctica? El managing director de Resources de Accenture confirma que, a día de hoy, “las principales ‘utilities’ han realizado pilotos, sin ser capaces de abordar la transformación a gran escala por aspectos fundamentalmente técnicos y económicos”, aunque todo indica que antes o después tendrán que materializar el proceso.

Imagen de vía urbana con tráfico en la noche

Los ingredientes para ser líderes

Actualmente, las empresas están centrando su atención en cambios tecnológicos de tipo industrial, dejando de lado el desarrollo de software y la mencionada informatización del sistema. Esto se debe, asegura Ignacio Sánchez Serrano, a que las compañías buscan “un retorno inmediato”, mientras que “la digitalización está enfocada a obtener datos e interactuar en tiempo real, lo que supone un sobrecoste adicional y, en numerosas ocasiones, requiere repensar el modelo de negocio”.

La dictadura de la inmediatez en la cuenta de resultados se traduce en que, en el presente, la digitalización a escala se está aplicando en el área de comercialización: “Es un requisito fundamental para fidelizar clientes, reducir costes y ofrecer servicios personalizados”, concreta el especialista. Sin embargo, el mercado está cambiando vertiginosamente y ya no solo se trata de vender electricidad u ofrecer instalación y mantenimiento, ya que estos servicios podrán ser prestados próximamente por nuevos actores como ‘retailers’, fabricantes de automóviles eléctricos o grandes corporaciones tecnológicas.

La energía tradicional crecerá un 1% en los próximos años, mientras que la conectada lo hará un 25%

El punto de inflexión en que se encuentra el sector se corrobora en el estudio New Energy Consumer elaborado por Accenture, donde se indica que la coyuntura existente ha acelerado la transición y, por lo tanto, los usuarios se están movilizando en torno a las propuestas sostenibles y ecológicas. Tanto es así, que el 60% de los encuestados es más consciente del cambio climático y su impacto ambiental desde que comenzó la crisis sanitaria. Del mismo modo, el informe señala que “el 50% de los consumidores tienen más probabilidades de invertir en energía eficiente hoy en día que antes de la pandemia”.

En este sentido, Ignacio Sánchez Serrano concluye que “las empresas de esta industria tienen que aprovechar su posición privilegiada y ofrecer un servicio global que abarque todo el proceso energético: desde el origen hasta el destino. Es lo que en Accenture denominamos ‘energía conectada’”. Tan importante será este concepto en los próximos años que la consultora establece una comparativa desigual entre el modelo de negocio tradicional de las compañías energéticas y las que se sumen a la nueva ola: las primeras crecerán únicamente un 1%, mientras que la ‘energía conectada’ lo hará en un 25%.