El año de la pandemia se cierra con 360.000 afiliados menos y 783.000 personas en ERTE

El mercado laboral despidió el año 2020 mostrando más síntomas de debilidad como consecuencia de los rebrotes del virus y una campaña navideña a medio gas. Aunque el mes suele ser positivo para el empleo gracias a las compras y al turismo de estas fechas, en 2020 apenas creció la afiliación y el paro subió por primera vez en un mes de diciembre desde el año 2009. Una despedida a un año para olvidar en el que la pandemia cambió por completo la marcha de la economía global. En total, a lo largo del ejercicio se han perdido 360.000 afiliados a la Seguridad Social. Un desplome que hubiese sido mucho peor sin los ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo) que han logrado contener el hundimiento del mercado laboral durante la crisis. En diciembre hubo 783.000 trabajadores en ERTE en media mensual, lo que supone un descenso de casi 82.800 personas respecto al mes anterior. Sin duda, la mejor noticia que dejó el mes de diciembre.

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En total, si se suma el empleo creado en diciembre, que fueron 26.400 nuevos cotizantes y los trabajadores que salieron del ERTE (82.800 personas), el número efectivo de afiliados aumentó en 109.000 personas. Se trata del mejor dato de la serie histórica en un mes de diciembre. Es importante tener en cuenta que el mes precedente, noviembre, fue muy malo para el empleo por la cantidad de restricciones a la actividad y la movilidad impuestas durante las primeras semanas del mes. En diciembre estas restricciones se relajaron para estimular la campaña de navidad, lo que permitió crear empleo, pero anticipa un inicio de año muy complicado por los rebrotes. A pesar de la mejora del empleo en diciembre, el número efectivo de trabajadores sigue por debajo de los registrados en octubre.

El paro registrado mostró su peor cara en el cierre del año, dejando 36.800 parados más a lo largo del mes. Diciembre suele ser un mes de reducción del desempleo gracias a la campaña navideña, pero, este año, el rebrote del virus dejó 36.800 nuevos desempleados. Se trata del primer aumento del desempleo en un mes de diciembre desde el año 2009, lo que sigue mostrando la debilidad del mercado laboral. Con esta subida, 2020 se despidió con 725.000 parados más, el primer aumento del paro desde el año 2012 y el peor registro desde 2009. El desajuste entre afiliación y paro volvió a producirse otro mes más, en parte porque los nuevos demandantes de empleo tienen muy difícil acceder al mercado laboral en esta coyuntura, de modo que se acumulan como parados.

En total, el número de trabajadores en paro en diciembre se situó cerca de los 3,9 millones, lo que supone el peor dato desde el inicio de la pandemia, superando los datos registrados en junio. Es importante tener en cuenta que muchos desempleados permanecen registrados en las oficinas de empleo gracias a las prestaciones extraordinarias que perciben gracias al escudo social aprobado desde el inicio de la crisis. En otras ocasiones, muchos parados no renovaban su demanda de empleo una vez agotadas las prestaciones, algo que no está ocurriendo en esta crisis. Además, los trabajadores que entran en el mercado laboral, especialmente jóvenes, se apuntan al desempleo, pero son incapaces de encontrar un trabajo, acumulándose así a la cola de parados.

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Si se suma el número de personas que han perdido el empleo a lo largo del año y el de trabajadores que están en ERTE, el resultado es que el empleo efectivo ha caído en 1,14 millones de personas. Un desplome nunca antes visto que supera con creces la destrucción de 841.000 empleos en el año 2008. Este dato muestra a la perfección la magnitud de la crisis que ha vivido España. Y no solo eso, también que los ERTE han conseguido salvar algo más de dos tercios de los contratos que se habrían destruido sin estas ayudas. Un gran alivio para el mercado laboral, aunque queda el reto por delante de conseguir reintegrar a estos trabajadores en sus empleos.

El grueso de los trabajadores en ERTE pertenecen al sector de la hostelería y de los transportes, que es el que peor lo está pasando durante la crisis como consecuencia de las restricciones a la actividad. Estas dos actividades concentran a casi 410.000 trabajadores en ERTE, lo que significa que suman más del 50% del total. Tal cuantía supone una presión adicional al Gobierno y los agentes sociales para prorrogar los ERTE más allá de su vigencia actual, que es hasta el 31 de enero. De hecho, con una situación tan delicada en la hostelería y los transportes, probablemente sea necesario que los expedientes temporales se alarguen hasta el verano.