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El sector agroalimentario español demuestra su solidez en plena crisis del coronavirus
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SEGÚN un informe de CAIXABANK RESEARCH

El sector agroalimentario español demuestra su solidez en plena crisis del coronavirus

Mientras los datos generales confirman la caída histórica del PIB nacional, el valor añadido bruto de la industria muestra un crecimiento contracíclico de un 6,3% interanual

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En el comienzo de la crisis sanitaria, se produjeron algunas situaciones potencialmente preocupantes que amenazaron con romper el equilibrio social. Uno de los momentos más delicados tuvo lugar cuando millones de ciudadanos acudieron a los supermercados en busca de abastecimiento para el inminente confinamiento. Muchos estantes quedaron vacíos de alimentos como si de una película apocalíptica se tratara. El escenario era inédito en tiempo reciente y no muy tranquilizador.

Sin embargo, aquella tesitura no duró mucho y quedó como algo anecdótico: tiendas y mercados repusieron rápidamente el género y, al margen de las dificultades, nunca faltó comida para la población. ¿Por qué, a pesar de los problemas y obstáculos, en ningún momento hubo carestía? ¿Cómo se pudo dar una respuesta tan eficiente ante un reto tan mayúsculo? La explicación hay que buscarla en la solidez del sector agroalimentario español, según el último informe de CaixaBank Research.

"El sector ha registrado una menor destrucción de empleo y menos trabajadores se han visto afectados por un ERTE"

Mientras los datos generales confirman la caída histórica del PIB nacional en los meses más duros de la cuarentena —con una disminución histórica de un 17,8% intertrimestral y un 21,5% interanual—, el valor añadido bruto del sector agroalimentario muestra un crecimiento contracíclico de un 3,6% y un 6,3%, respectivamente. El campo enseña su músculo y confirma que “gana peso en el segundo trimestre en el conjunto de la economía, aportando el 3,8% del PIB, en comparación a la contribución del 2,7% que registró en 2019”, tal y como se observa en los indicadores del estudio de la entidad bancaria.

Respecto al ajuste de empleo, este sector no ha quedado al margen de las bajadas generalizadas, aunque sí lo ha hecho con mucha menos intensidad. El análisis señala que “ha registrado una menor destrucción de empleo y menos trabajadores se han visto afectados por un ERTE. Además, la recuperación de la afiliación a la Seguridad Social se ha ido afianzando durante el pasado verano”. Tomando de nuevo como referencia los datos del segundo trimestre, el número de afiliados en este sector retrocedió un 1,9% interanual —frente al 4,4% del total de España—, mientras que en la industria agroalimentaria el descenso fue solo del 2,4%, en tanto que el declive total de la industria manufacturera fue del 3,7%.

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Cae la hostelería, sube el consumo doméstico

Como era de esperar, el informe también recoge un cambio drástico en el consumo debido a las estrictas medidas de movilidad. Antes de la pandemia, el gasto en alimentación fuera del hogar de las familias españolas era del 36,5%, de acuerdo con las cifras de 2019 (el 8,6% del gasto total de los hogares, lo que suponía en torno a 48.000 millones de euros). No obstante, “durante los meses de confinamiento, se produjo un cambio radical en los patrones de consumo, aumentando drásticamente el gasto en supermercados y grandes superficies”, según destaca CaixaBank Research basándose en los datos extraídos a través de los pagos realizados con sus TPV.

"Durante el confinamiento, se produjo un cambio radical en los patrones de consumo, aumentando el gasto en supermercados y grandes superficies"

Otro factor demoledor para la hostelería y la restauración es la caída del turismo internacional. Como referencia, en 2019, “el 21% del gasto en bares y restaurantes con tarjeta procedía de entidades extranjeras”, pero este porcentaje se derrumbó en la cuarentena. Pese a que el estudio reconoce cierta mejora en julio y agosto —un 60% de bajada interanual frente a una superior al 90% durante el estado de alarma—, en septiembre se produjo un nuevo e importante retroceso del 80% interanual.

Nuevos comportamientos: consumo electrónico

A pesar de que todos los canales de distribución alimentaria han incrementado sus ventas, es en el terreno del ‘e-commerce’ donde más se aprecia este progreso. “Los pagos en TPV virtuales de CaixaBank muestran tasas de refuerzo cercanas al 60%, a partir de la segunda quincena de abril”, apunta el análisis. Esta intensificación del comercio ‘online’ provocado por las restricciones contrasta con las cantidades manejadas por el Ministerio de Agricultura en 2019. Así, la cuota de mercado pasó del 1,6% el año pasado al 2,4% entre el 9 de marzo y el 6 de junio de 2020.

Asimismo, el barómetro del CIS confirma esta cuestión. En su informe correspondiente al pasado mes de mayo, en el que incluyó varias preguntas sobre los hábitos y tendencias de consumo durante el confinamiento, “un 20% de los encuestados había comprado alimentación a través de canales electrónicos en ese periodo”. El mismo estudio mostró que “un 67% de los encuestados hacía la compra presencial de forma menos frecuente”.

Las exportaciones como sostén económico

En materia de envíos al exterior, el sector agroalimentario también saca pecho y se reivindica como uno de los pilares de la economía española. Ya en 2019, las ventas allende nuestras fronteras se elevaron en un 5,9% con respecto al año anterior. Sin embargo, entre enero y julio de 2020, volvieron a crecer “un 4,9% interanual, en contraposición al retroceso general del total de exportaciones de bienes, cifrado en un descenso del 14,6%”, según recalca la publicación de CaixaBank Research. Además, España es la séptima potencia exportadora mundial y la cuarta en la UE, tan solo por detrás de Países Bajos, Alemania y Francia.

El dosier sectorial concreta que es el sector cárnico el que lidera este tipo de transacciones, “con un avance entre enero y julio del 25% interanual, gracias al aumento en la venta de porcino, un 35% superior”. Por el contrario, el grupo de pescado y mariscos baja un 15,7%, así como los de bebidas y vino, cuya caída supera el 5% para cada grupo. Del mismo modo, descienden las ventas al extranjero de aceite de oliva en más de un 7%. Entre los bienes exportados que sí intensificaron su presencia internacional, se encuentran las conservas (+13,2%) o las frutas (+9,4%), entre otros.

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Por comunidades autónomas, el mayor incremento en su comercio exterior lo experimenta Aragón, con una subida de casi el 34% en los primeros siete meses. Sin embargo, al otro lado de la balanza se encuentran las regiones insulares, con intensas bajadas del 28,4% para Baleares y del 25% para Canarias. Por otra parte, los principales destinos de nuestros productos son Francia (con un aumento del 4,7%), Alemania (+9,5%), Italia (-5,1%) y Portugal (-1,2%), seguidos por el Reino Unido (+6,8%), Países Bajos (+3,2%), China (+94,1%) y Estados Unidos (-1%).

Hacia la cadena alimentaria 4.0

Otro aspecto importante que destaca CaixaBank Research es que “la implantación de la tecnología aplicada al agroalimentario está experimentando un ritmo frenético”, algo que se ha puesto de manifiesto especialmente durante el confinamiento. Un claro ejemplo es que “las empresas más digitalizadas pudieron continuar con sus actividades con más facilidad que el resto”. Para llegar a esta conclusión, el análisis se apoya en los datos manejados tanto por el INE como por el portal de inteligencia artificial Citibeats en relación con la red social Twitter. De esta forma, el porcentaje de tuits vinculados al sector primario es del 0,6%, muy próximo al 0,7% de las actividades profesionales, científicas y técnicas, y superior al 0,2% de otros ámbitos como el de las manufacturas básicas.

“Una gran parte de los tuits sobre digitalización en este sector suele incluir temas relacionados con el ‘big data”

Llama la atención que “una gran parte de los tuits sobre digitalización en este sector suele incluir temas relacionados con el ‘big data”, concretamente, el 45%. Por otra parte, el sector también se interesa por tecnologías como el internet de las cosas (con un 16% de tuits), así como la robótica y drones (un 10%). En lo que se refiere a la industria agroalimentaria, el interés se centra en el Blockchain, con un 30%, debido principalmente a “sus numerosas aplicaciones, tales como la trazabilidad de los productos, que permite aportar transparencia sobre el origen, calidad y seguridad, o la limitación del desperdicio alimentario”. El informe concluye destacando “la popularidad relativa que tienen la nanotecnología y la realidad virtual para este sector, si se compara con el menor interés mostrado por otras industrias hacia estas tecnologías”.

En última instancia, más allá de los futuros retos y la resiliencia demostrada por las compañías que han apostado por la digitalización, CaixaBank Research pone en evidencia que “las cifras generales confirman de manera contundente que el sector agroalimentario es esencial en la economía española”. Además, del estudio se desprende que no solo se ha visto menos afectado por la crisis sino que su adaptación a los nuevos tiempos es ejemplar. “El esfuerzo de internacionalización de los últimos años refleja un elevado nivel de competitividad”, subraya el dosier, que también pone de manifiesto “un contexto de crecimiento” y destaca “la excelente respuesta para superar un reto tan inédito como fue el confinamiento”.

En el comienzo de la crisis sanitaria, se produjeron algunas situaciones potencialmente preocupantes que amenazaron con romper el equilibrio social. Uno de los momentos más delicados tuvo lugar cuando millones de ciudadanos acudieron a los supermercados en busca de abastecimiento para el inminente confinamiento. Muchos estantes quedaron vacíos de alimentos como si de una película apocalíptica se tratara. El escenario era inédito en tiempo reciente y no muy tranquilizador.

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