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Los perdedores de la crisis del coronavirus: jóvenes y trabajadores sin cualificación
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Vuelven a ser los más afectados

Los perdedores de la crisis del coronavirus: jóvenes y trabajadores sin cualificación

La crisis vuelve a golpear los colectivos que resultaron más afectados en la crisis de 2008. Por el contrario, el empleo aumentó en los grupos más sénior

Foto: Imagen: Learte
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El impacto de la crisis del coronavirus ha vuelto a mostrar las costuras del modelo económico y social de España. Una vez más, los jóvenes se han vuelto a quedar al margen y ni siquiera la recuperación les ha permitido reengancharse aún al mercado laboral. Los datos de la Encuesta de Población Activa publicados la semana pasada muestran la fractura de las ‘dos Españas’ durante la recesión y los meses de recuperación del verano. Desde el cuarto trimestre de 2019, el último previo a la crisis, y el verano se perdieron casi 800.000 empleos. Sin embargo, mientras los trabajadores sénior y los de alta cualificación han conseguido evitar el golpe de la crisis, los jóvenes y los trabajadores sin cualificación han sido los claros perdedores.

La desigualdad entre estos dos grupos sociales es incluso más amplia de lo que muestran estos datos, si se tiene en cuenta que los jóvenes y trabajadores sin cualificación tienen peores carreras de cotización, por lo que las prestaciones públicas que han cobrado durante este periodo también habrán sido menores. Es el resultado de un sistema de protección social muy centrado en la contributividad y las pensiones y con escasas ayudas a jóvenes y familias.

Foto: Una oficina de empleo cerrada durante el confinamiento. (EFE)

Los datos por franjas de edad muestran una destrucción de empleo muy intensa entre los trabajadores más jóvenes, que se va moderando progresivamente hasta llegar al umbral de los 55 años, a partir del cual aumentó la ocupación. En concreto, el número de ocupados de menos de 25 años ha caído un 13%, casi cuatro veces más que el total nacional, que experimentó un descenso del 3,6%. En estos primeros meses de la crisis, casi 140.000 trabajadores de menos de 25 años han perdido su empleo.

La caída ha sido también más acusada entre la población de 25 a 34 años, con un 7,6% menos, y entre aquellos que tienen entre 35 y 44 años, con un descenso del 6,2%. En total, se han destruido casi 780.000 empleos entre la población menor de 45 años. Una cifra que contrasta con el crecimiento de la ocupación a partir de los 55 años de más de 100.000 nuevos trabajadores. Hay dos factores que explican este aumento del empleo entre los trabajadores sénior. El primero es que cuentan con carreras largas en las empresas y contratos estables, de modo que es muy costoso despedirlos. De ahí que los empleadores hayan optado por los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) como vía de ajuste sin romper la relación laboral. El segundo es que durante los últimos meses se ha frenado el número de jubilaciones. Muchos trabajadores han optado por prolongar su vida laboral, ya sea por estar dentro de un ERTE o por mejorar su pensión futura.

Por último, el proceso de envejecimiento de la población hace que cada vez haya más personas en esta franja de edad. De esta forma, la ralentización de las salidas hacia la jubilación y el ‘blindaje’ de sus contratos han provocado que la destrucción de empleo en esta franja de edad fuera leve durante el confinamiento y que con la recuperación experimentada durante el verano ya se sitúen en niveles de empleo superiores a los que tenían antes del inicio de la pandemia.

Los sectores más afectados

El impacto de la pandemia sobre la economía ha sido muy desigual por sectores y ha afectado especialmente actividades en las que están muy representados los jóvenes y los trabajadores sin cualificación. Si bien la caída en la ocupación es generalizada, el sector hostelero se sitúa a la cabeza de los malos datos de ocupación desde que comenzó el año, con una caída del 12,2%, cuatro veces peor que el conjunto de España. También fue muy intensa la destrucción de empleo en los trabajadores del hogar (-9%) y en el sector de actividades artísticas y ocio, muy relacionado con el turismo (-7,8%), o en el comercio (-5%).

En todos estos sectores, el comportamiento del empleo por franjas de edad ha sido muy diferente. En el comercio, por ejemplo, el 52% del empleo destruido era de menores de 30 años, sin embargo, este grupo social representaba menos del 17% del empleo en esta actividad antes del estallido de la pandemia. Y la siguiente franja de edad, la de los treintañeros, ha sufrido casi el 40% de los despidos cuando apenas representaba el 25% del empleo. Sin embargo, este sector sí ha creado empleo entre los mayores de 60 años, ya que la ocupación ha crecido en casi 16.000 personas, un 7,5% más.

Foto: La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE)

Lo mismo ocurre en otros sectores importantes, como el transporte, la educación o la construcción. Los jóvenes son los primeros trabajadores ‘sacrificados’ cuando empieza una crisis, porque sus contratos son más precarios y su despido es más barato. Así lo demuestran los datos de destrucción de empleo por tipo de contrato. Desde el estallido de la crisis, el número de asalariados con contrato indefinido se ha reducido apenas un 1,8%, mientras que el empleo temporal ha caído un 11,4%.

[El consumo en España cayó un 13% en la primera semana del estado de alarma]

Todos estos sectores muy afectados por la crisis tienen en común que el perfil de empleo que crean es de baja cualificación. Esto explica que los trabajadores sin formación sean los que más han sufrido la pérdida de empleo, sea cual sea su edad. Eso sí, siempre los datos son peores para los jóvenes que para los mayores.

El número de ocupados sin estudios (hasta la ESO) se ha hundido un 9% durante esta crisis, mientras que el número de ocupados con estudios universitarios ha caído un 1%. Sin embargo, el mejor resultado lo ha logrado el grupo de trabajadores con FP, que ha crecido un tímido 0,2% en plena crisis.

Las diferencias por edad se observan con claridad en el grupo de trabajadores con estudios universitarios. Mientras que el empleo entre los treintañeros ha caído casi un 6%, el de los mayores de 60 años se ha disparado un 19%.

La debacle del sector de la hostelería tiene también su reflejo a nivel territorial. En ese sentido, Canarias es la comunidad autónoma que más ocupados ha perdido en proporción, con una caída del 12,8%, teniendo en cuenta que el último trimestre del año, con el que se hace esta comparación, forma parte de la temporada alta turística en estas islas gracias principalmente al turismo exterior.

El impacto de la crisis del coronavirus ha vuelto a mostrar las costuras del modelo económico y social de España. Una vez más, los jóvenes se han vuelto a quedar al margen y ni siquiera la recuperación les ha permitido reengancharse aún al mercado laboral. Los datos de la Encuesta de Población Activa publicados la semana pasada muestran la fractura de las ‘dos Españas’ durante la recesión y los meses de recuperación del verano. Desde el cuarto trimestre de 2019, el último previo a la crisis, y el verano se perdieron casi 800.000 empleos. Sin embargo, mientras los trabajadores sénior y los de alta cualificación han conseguido evitar el golpe de la crisis, los jóvenes y los trabajadores sin cualificación han sido los claros perdedores.

Encuesta de Población Activa (EPA)
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