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Deflación sí, deflación no: el BCE ultima una nueva artillería de 600.000 millones
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Deflación sí, deflación no: el BCE ultima una nueva artillería de 600.000 millones

La deflación acecha pese a los estímulos monetarios. El BCE prepara de nuevo su potencia de fuego. Pimco cree que pondrá sobre la mesa otros 600.000 millones

Foto: Sede del BCE en Fráncfort. (EFE)
Sede del BCE en Fráncfort. (EFE)

La economía española se asoma al precipicio de la deflación. Todavía está lejos de caer en el pozo, debido a que la inflación subyacente, que excluye energía y los alimentos no elaborados, los componentes más volátiles de la cesta de la compra, aún está en positivo (0,4% en septiembre), pero el rebrote de la pandemia supone una seria amenaza.

Y esto es así, como ha recordado el economista Olivier Blanchard, porque una mayor incertidumbre puede generar efectos adversos sobre el consumo y la inversión, lo que lleva a una menor demanda agregada y a una disminución potencialmente mayor de la producción. A ello hay que añadir, como suele recordar el BCE, la holgura en el mercado de trabajo, una manera amable de llamar a las altas tasas de paro y al subempleo existentes en la eurozona, en particular en países como España. La evolución de los precios les da la razón.

Foto: La tienda de Apple en Madrid, ya está temporalmente cerrada por el covid. (Efe)

Este jueves se conoció que, en el caso español, el IPC ha caído hasta el -0,9% en octubre, con lo que ya acumula siete meses en negativo. Es decir, todavía a cierta distancia de lo que sucedió en la anterior recesión, cuando la inflación llegó a estar en negativo durante 13 meses consecutivos. La diferencia respecto de aquel periodo estriba en que ahora no existen expectativas de recuperación económica, sino que, por el contrario, y a consecuencia del avance de la pandemia, la reactivación se ha frenado en seco. No solo en España, sino también en la eurozona, de donde la economía española ‘importa’ inflación.

El último dato de Estadística muestra, en concreto, que el índice de precios de importación (IPRIM) registró una tasa anual del -7,9% en agosto, dos décimas por debajo de la del mes anterior. Es decir, que la economía española, muy dependiente de las compras en el exterior, de ahí el crónico déficit comercial, sobre todo en periodo de expansión, estaría importando deflación, lo que mete presión a la baja a la evolución de los precios.

Nueva ronda, paga el BCE

Los precios industriales, en la misma línea, muestran una caída del 3,3%, lo que da idea de los problemas que tiene el Banco Central Europeo (BCE) para crear inflación, que es su principal objetivo en estos momentos, además de garantizar liquidez a los agentes económicos en un contexto de debilidad de la demanda a consecuencia de la pandemia.

El problema es tan agudo que el BCE está ya preparando los mercados para una nueva ronda de liquidez que podría llegar en diciembre, y que Pimco, la principal gestora de renta fija del mundo, estima en unos 600.000 millones de euros adicionales en compras, además de la ampliación del programa de compras seis meses más, hasta finales de 2021. En total, si se confirma esta estimación, la potencia de fuego en esta crisis del BCE sumaría 1,95 billones de euros, incluyendo las dos rondas anteriores (750.000 y 650.000, respectivamente). Pimco, igualmente, espera una extensión del tipo de interés preferencial del -1% hasta diciembre de 2021.

Foto: Reuters.

Como ha recordado el BCE tras la reunión de este jueves, el hundimiento de la inflación se explica, fundamentalmente, por los bajos precios del petróleo (38 dólares barril), pero también por la debilidad de la recuperación en el cuarto trimestre, que es cuando se notará el impacto del rebrote de los contagios en la economía.

Como consecuencia de ello, se espera que la inflación se mantenga en niveles negativos hasta principios de 2021. Es decir, como sostienen los economistas de Bankia Research a la luz de la intervención de Christine Lagarde en la reunión del BCE, “hasta que la pandemia no remita y mejore la demanda, no aumentarán las presiones a medio plazo sobre los precios”.

placeholder La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters)
La presidenta del BCE, Christine Lagarde. (Reuters)

El BCE, en cualquier caso, descarta un riesgo de deflación en la eurozona. Entre otras razones, porque la actual evolución tiene un componente coyuntural vinculado a la rebaja de algunos impuestos, sobre todo el IVA, en Alemania y otros países europeos. El otro factor significativo tiene que ver con la menor presión de los salarios en un contexto de baja demanda. El Gobierno español, de hecho, considera en los Presupuestos enviados al Congreso que la remuneración por asalariado (el coste total) crecerá apenas un 0,4% en 2021, lejos del 2,3% estimado para este año.

Pese a ello, Economía prevé que el deflactor del PIB (el conjunto de inflación que soporta un país) se incremente hasta el 0,9%, muy por encima del 0,0% estimado para este año, sin que el barril de crudo, que es un componente fundamental de los precios, crezca de forma relevante: 38,8 dólares barril. En todo caso, una inflación extraordinariamente baja, pese a que el BCE ha sacado a pasear su enorme potencia de juego. Ya van casi dos billones en la pandemia.

La economía española se asoma al precipicio de la deflación. Todavía está lejos de caer en el pozo, debido a que la inflación subyacente, que excluye energía y los alimentos no elaborados, los componentes más volátiles de la cesta de la compra, aún está en positivo (0,4% en septiembre), pero el rebrote de la pandemia supone una seria amenaza.

Inflación IPC Salarios de los españoles Banco Central Europeo (BCE)
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