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Las empresas españolas en Reino Unido temen la divergencia regulatoria tras el Brexit
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II BARÓMETRO DE LA CÁMARA DE COMERCIO

Las empresas españolas en Reino Unido temen la divergencia regulatoria tras el Brexit

Sin embargo más de la mitad de las más de cien empresas encuestadas reconocen no haber cambiado su estrategia de inversión en el mercado británico desde el histórico referéndum

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A poco más de dos meses de que termine el periodo de transición y los británicos salgan ya a efectos prácticos del bloque, al 61% de las empresas españolas presentes en el Reino Unido les preocupa una posible divergencia regulatoria entre Londres y Bruselas. Con todo, el 78% espera que se alcance un acuerdo comercial para evitar el bautizado Brexit duro económico.

Así lo demuestra el II Barómetro sobre clima y perspectivas de la inversión española, realizado por la Cámara de Comercio de España en el Reino Unido. A pesar de que más de la mitad de las más de cien empresas encuestadas reconocen no haber cambiado su estrategia de inversión en el mercado británico desde el histórico referéndum de 2016, el informe, presentado este miércoles en la Embajada de España en Londres, sí refleja un cierto agotamiento por la incertidumbre de un complejo periodo político que ha llevado a la celebración de dos elecciones generales y el paso de hasta tres inquilinos diferentes por Downing Street.

Cuatro de cada cinco empresas españolas perciben un deterioro, durante el último año, en el clima de negocios británico. No obstante, otorgan una valoración, en general, más favorable que el año pasado, a los distintos aspectos analizados, entre ellos, el grado de digitalización.

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“El Brexit va a afectar de un modo muy distinto a las empresas españolas. Dependerá, por ejemplo, de si tienen inversión directa, de si son empresas de exportación y de qué productos exporta. Es un fenómeno complejo y poliédrico”, asegura a El Confidencial el presidente de la Cámara, Eduardo Barrachina.

“Habrá que esperar a ver qué se acuerda. Parece que puede ser un pacto de mínimos. O quizá podría ser un acuerdo sobre principios, parecido a la Declaración Política [que acompañó al Acuerdo de Retirada y esbozaba las relaciones futuras]”, matiza.

Pese a la preocupación sobre la posible divergencia regulatoria, Barrachina descarta que el Reino Unido se vaya a convertir en un Singapur al otro lado del Canal de la Mancha. “Esa idea tiene más que ver con la gesticulación política que con un plan serio y un programa que pueda alcanzar un consenso entre las distintas fuerzas parlamentarias”, añade.

Más de la mitad de las más de cien empresas encuestadas reconocen no haber cambiado su estrategia de inversión tras el referéndum

En definitiva, según Barrachina, la inversión española no se ha visto afectada a raíz del divorcio británico. “No ha habido un aumento, pero tampoco ha habido salidas significativas”, recalca.

Precisamente este miércoles, el negociador comunitario Michael Barnier, regresará a Bruselas tras una intensa semana de negociaciones en Londres junto con su homólogo británico David Frost. Pese a que ninguna de las dos partes ha llegado a levantarse nunca de la mesa, las conversaciones entraron en un punto muerto tras la última cumbre europea. Cuando los Veintisiete no cedieron en su postura, el “premier” Boris Johnson llegó a decir a los empresarios que debían prepararse para una salida del bloque “a la australiana”, lo que supone cuotas y aranceles.

Teatrillos políticos aparte, las aguas han vuelto ahora a su cauce. En cualquier caso, es importante recalcar que se han acercado posturas en el continente, pero no en el contenido. Es decir, el diálogo se intensifica y, tal y como demandaba Londres, se comenzará a redactar un texto con los puntos en los que sí se hay entendimiento. Pero en cuestión de la materia en sí, continúan las tres cuestiones que básicamente desde el inicio han imposibilitado ningún avance: pesca, ayudas estatales y gobernanza.

Foto: Michel Barnier, negociador jefe de la Comisión Europea, ante el Pleno del Parlamento Europeo. (Reuters)

Y tampoco es que se cuente con demasiado tiempo de maniobra. El 31 de diciembre termina el periodo de transición y esta vez no hay posibilidad alguna de extensión en el último momento. Sin pacto comercial, la relación entre ambas partes se regiría únicamente bajo las reglas de la Organización Mundial del Comercio, lo que supone cuotas y aranceles.

El secretario de Estado de Inversiones del Ejecutivo británico, Lord Grimstone, se mostró “realmente optimista” ante el escenario del acuerdo. “El ambiente que se respira es el más positivo que he visto en mucho tiempo”, matizó a El Confidencial. Aunque reconoce que aún hay divergencias.

La pesca sigue siendo uno de los puntos que genera más tensión. Se trata de un sector que representa solo el 0,12% del PIB del Reino Unido, que es casi 60 veces menos que el de los servicios financieros. Pero a nivel político tiene una relevancia totémica, ya que para los euroescépticos, la promesa de recuperar el control de las aguas británicas fue crucial. En este sentido, Lord Grimstone considera que “dejando politización aparte” se puede tener como referencia los acuerdos ya existentes en esta materia de la UE con Noruega y Groenlandia.

El ambiente que se respira es el más positivo que he visto en mucho tiempo

Entre los participantes al evento estuvo también la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez, quien destacó que las empresas españolas están “mucho mejor preparadas que en 2018” para la ya inevitable salida del Reino Unido del bloque.

Las perspectivas empresariales sobre la actividad en el mercado británico para 2020 – 2021 apuntan a una reducción de la actividad este año, tanto en términos de facturación, como de empleo e inversión; y una mejora en 2021. Así, para el próximo año, un 45% de las empresas encuestadas prevé incrementar su facturación en el Reino Unido y un 26% espera ampliar sus inversiones en el país. La expansión de las líneas de negocio actuales sería el principal objetivo para acometer nuevas inversiones.

Aparte del Brexit, el entorno de este segundo Barómetro está marcado por la pandemia del covid-19, una crisis sanitaria que está provocando descensos en el PIB inéditos en tiempos de paz. La situación ha llevado a una reducción de la actividad global en el 64% de las empresas, durante la primera mitad de 2020; y el 49% ha recurrido a programas públicos de apoyo. Un 56% de las empresas ha modificado sus planes de inversión en el Reino Unido, debido al impacto del coronavirus.

En cualquier caso, el Reino Unido continúa siendo, junto los Estados Unidos, uno de los dos destinos más importantes para la Inversión Extranjera Directa (IED) española alcanzando los 77.539 millones de euros en 2018, un 16,9% del total de la inversión española en el extranjero y el mayor volumen desde el inicio de la serie histórica en 1993. La IED española en el Reino Unido ha contribuido a la generación de 162.725 empleos, lo que supone el 0,51% del total del empleo nacional, incrementándose en 36.500 personas con respecto al barómetro de 2019.

A poco más de dos meses de que termine el periodo de transición y los británicos salgan ya a efectos prácticos del bloque, al 61% de las empresas españolas presentes en el Reino Unido les preocupa una posible divergencia regulatoria entre Londres y Bruselas. Con todo, el 78% espera que se alcance un acuerdo comercial para evitar el bautizado Brexit duro económico.

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