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Los primeros datos macro de septiembre aguan todo atisbo de recuperación rápida
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LAS MANUFACTURAS NO LEVANTAN CABEZA

Los primeros datos macro de septiembre aguan todo atisbo de recuperación rápida

Con la vuelta del nuevo curso, Europa se prepara para afrontar los numerosos retos que la pandemia del covid-19 aún mantiene en el horizonte. Las buenas

Foto: Fábrica de Volkswagen en Navarra, el 16 de marzo. (EFE)
Fábrica de Volkswagen en Navarra, el 16 de marzo. (EFE)

Con la llegada del nuevo curso, Europa se prepara para afrontar los numerosos retos que la pandemia del covid-19 aún mantiene en el horizonte. Las buenas nuevas con que se acogieron los datos de inicio del verano, que apuntaban a una recuperación mucho más rápida de lo inicialmente previsto, han resultado aplastadas en las últimas semanas por las evidencias de que el virus vuelve a propagarse de forma peligrosa dentro de las fronteras del continente.

Foto: Una oficina de empleo en Madrid. (EFE)

En ese escenario, las buenas noticias conocidas este lunes —como la mejora de las previsiones económicas de Alemania (que ahora espera contraerse un 5,8%, frente al 6,3% anterior); un dato de empleo ligeramente mejor de lo esperado en la eurozona, y unas cifras de manufacturas que confirman que, aunque a un ritmo más modesto, la actividad manufacturera se mantuvo en agosto en fase expansiva— apenas permiten compensar los temores crecientes a que una nueva ola del coronavirus acabe echando por tierra la incipiente recuperación.

A este respecto, no puede obviarse que España vuelve a mostrarse como el ejemplo a evitar dentro de la región. Con los peores datos de empleo y con un PMI de manufacturas que llegó a situarse por la mínima en terreno de contracción, echando por tierra los esperanzadores números del mes de julio. La débil demanda, la rebaja de los precios por la fuerte competencia o el recorte de empleos en el sector son algunos de los indicadores que evidencian una tendencia poco alentadora en el sector, que en poco ayuda a afianzar el discurso de la recuperación en ciernes.

La débil demanda, la rebaja de los precios por la fuerte competencia o el recorte del empleo son señales de un cambio de tendencia poco alentador

"Hubo pocos motivos para el optimismo en el frente del empleo, ya que el empleo se redujo a un ritmo más rápido y los datos sugirieron que las empresas aún podían lidiar cómodamente con las cargas de trabajo actuales", advirtió el director económico de IHS Markit, Andrew Harper.

La mejor noticia para España radica en que son datos referidos al sector manufacturero, de una importancia muy inferior a los servicios, cuya referencia se dará a conocer este jueves. Pero lo cierto es que hay pocas razones para esperar una mejor evolución en esta rama, vital para la economía española. El descalabro del 80% que experimentaron los gastos turísticos en el mes de julio representa un indicador suficientemente grave de una situación que, difícilmente, ha podido mejorar en los últimos meses, ante el repunte de las infecciones, que llevó a muchos países a desaconsejar los viajes a España.

Foto: Foto: EC.

La preocupante evolución de los datos sanitarios, que vuelven a situar España a la vanguardia en la expansión del covid-19, amenaza con hacer real el escenario más temido por los expertos cuando se empezaron a levantar los bloqueos, la pasada primavera. Se decía entonces que cualquier paso en falso en el ámbito sanitario resultaría fatal para la actividad económica y, en efecto, las incertidumbres generadas por los nuevos brotes empiezan a cargar una onerosa factura al país.

La prolongación de las dificultades pone contra las cuerdas a un creciente número de empresas, ya dañadas por los largos meses de sequía de ingresos; las inversiones se posponen y la amenaza de los ajustes instala la cautela entre las familias, evidenciada en una llamativa disposición al ahorro, y las oscuras perspectivas hacen inevitable un endurecimiento de las condiciones financieras, una vez agotado el grueso de los avales desplegados por el Gobierno.

La creciente divergencia con el resto de Europa encierra riesgos a medio y largo plazo para un país tan dependiente de los estímulos del BCE

Y todo esto en una dinámica que, al menos de momento, parece divergir de la imperante en el resto de Europa, agrandando una peligrosa brecha que no deja de encerrar peligros a medio y largo plazo para una España abocada a precisar durante mucho tiempo de un amplio respaldo por parte del BCE para asegurar la sostenibilidad de su deuda.

Europa abre el curso con muchas tareas pendientes, que en el caso español pronto pueden llegar a resultar acuciantes. De las cifras de manufacturas de este martes, sale, cierto es, un dato alentador, como es la confianza de los empresarios en que la situación mejorará en los próximos meses. Una esperanza que para arraigar precisará de pasos positivos en el ámbito sanitario, como corroboran en Oxford Economics.

"Sin embargo, cualquier mejora significativa en la economía sigue dependiendo en gran medida de la evolución de la situación sanitaria, y el reciente aumento de las infecciones por covid-19 sigue siendo el principal riesgo a la baja para las perspectivas", confirman los economistas de la firma británica.

Con la llegada del nuevo curso, Europa se prepara para afrontar los numerosos retos que la pandemia del covid-19 aún mantiene en el horizonte. Las buenas nuevas con que se acogieron los datos de inicio del verano, que apuntaban a una recuperación mucho más rápida de lo inicialmente previsto, han resultado aplastadas en las últimas semanas por las evidencias de que el virus vuelve a propagarse de forma peligrosa dentro de las fronteras del continente.

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