No es sólo el turismo: la industria española sufre el segundo mayor desplome de Europa
La producción de junio seguía un 14% por debajo de los niveles de un año atrás, el segundo peor dato de la eurozona, como consecuencia del parón del automóvil y el textil
En las últimas semanas el turismo ha monopolizado la preocupación por el futuro de la economía española. Es comprensible que sea así dado el desplome que está sufriendo el sector. Sin embargo, no es el único motor económico que está gripado. La industria nacional ha sufrido un fuerte parón que la sitúa a la cola de Europa, según los últimos datos publicados por Eurostat.
El volumen de producción del total de la industria española en junio fue un 14,3% inferior al del mismo mes del año anterior. Se trata del peor dato de toda la eurozona, solo mejor que Portugal apenas con unas décimas más de caída (del 14,6%). La caída del conjunto del continente se sitúa en el entorno del 11%, una cifra claramente mejor a la española y que muestra cómo el turismo no es la única preocupación en esta fase de la recuperación.
Estos resultados son consecuencia de dos factores principalmente: la gravedad de la propagación del virus y la dependencia de sectores muy afectados por la crisis. De ahí que la cantidad de rebrotes que está sufriendo el país suponga un mal augurio de cara a los próximos meses. ¿Será el país capaz de controlar la expansión del virus antes de que sea demasiado tarde?
El confinamiento en España fue estricto, pero, sobre todo, fue largo. Las restricciones a la movilidad y la actividad económica se prolongaron desde mediados de marzo hasta finales de mayo. Esto provocó que tanto la oferta como la demanda funcionaran a medio gas durante muchas semanas, agravando la crisis y retrasando la recuperación. Esto explica por qué en junio las cifras de España se situaban a la cola de Europa.
En abril, cuando toda Europa estaba confinada, el hundimiento de la producción industrial en España no fue peor que la de Francia o Italia. Sin embargo, en mayo, cuando empezó la desescalada, la recuperación en España fue más lenta y esta brecha se extendió también a junio.
Pero la distribución de la producción también está jugando un peso determinante. Dos sectores de los que España tiene una elevada dependencia han sufrido durante la crisis y todavía siguen sin recuperarse. El primero es el del automóvil, que ha sufrido un duro golpe del que está por ver cómo saldrá. En junio la producción de las fábricas de vehículos fue todavía un 23% inferior a la del mismo mes del año anterior y la del resto de equipos de transporte registró un descenso del 26%.
Esta actividad del transporte daba empleo directo a más de 300.000 trabajadores antes de la pandemia, sin contar con el empleo de la industria auxiliar. Su parón explica en buena medida los malos datos de la industria nacional, pero no es una situación exclusiva de España. De hecho, en el conjunto de la eurozona la producción de vehículos sigue hundida, casi un 30% por debajo de los niveles de un año atrás. De esta forma, aunque la caída en España sea más leve, su elevada exposición a este sector hace que sea más vulnerable.
Una situación similar ocurre con la industria textil, que sigue sufriendo los estragos del hundimiento de la demanda. Durante los meses del confinamiento la producción en las fábricas se hundió casi un 80% y ahora, con la entrada en la nueva normalidad, todavía sigue un 38% por debajo de los niveles de un año antes. Este dato sí que es claramente peor que el de Europa, donde el descenso es inferior al 20%. En España hay más de 150.000 trabajadores en el sector textil (incluyendo el cuero y el calzado), lo que contribuye a agravar la caída de la producción industrial.
A pesar de la crisis, algunos sectores resisten con buena nota. El primero es el farmacéutico y de productos sanitarios, cuya producción es casi un 7% superior a la de junio de 2019. También la industria química aguanta el tipo con una caída del 5%. Datos muy positivos para este sector que es uno de los más relevantes de la industria manufacturera española.
En las últimas semanas el turismo ha monopolizado la preocupación por el futuro de la economía española. Es comprensible que sea así dado el desplome que está sufriendo el sector. Sin embargo, no es el único motor económico que está gripado. La industria nacional ha sufrido un fuerte parón que la sitúa a la cola de Europa, según los últimos datos publicados por Eurostat.
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