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Así lo ven los eurodiputados españoles: el objetivo es salvar la propuesta de Bruselas
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Así lo ven los eurodiputados españoles: el objetivo es salvar la propuesta de Bruselas

Eurodiputados españoles señalan que el objetivo de Pedro Sánchez debe ser defender la propuesta de la Comisión Europea como su objetivo principal

Foto: Un funcionario camina entre los escaños del Parlamento Europeo. (EFE)
Un funcionario camina entre los escaños del Parlamento Europeo. (EFE)

Este viernes y sábado, los líderes europeos vuelven a verse las caras en una cumbre en Bruselas por primera vez desde febrero. En aquella ocasión, tras 30 horas de reunión, fueron incapaces de ponerse de acuerdo respecto al Marco Financiero Plurianual (MFP) de los próximos siete años. Esta vez, la negociación no será más sencilla, ya que también debe acordarse el fondo de recuperación para la reactivación de la economía tras el covid-19.

Desde el Parlamento Europeo, se sigue de cerca la negociación, pero siempre desde la barrera. En el peloteo entre la Comisión Europea y el Consejo, la Eurocámara acude como público, y ese es uno de los problemas que los eurodiputados ven en el fondo. La propuesta que Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, puso sobre la mesa la semana pasada servirá como base para la negociación: un MFP de 1,074 billones de euros y un fondo de recuperación de 750.000 millones, como el propuesto por la Comisión, aunque con algunos cambios en el reparto y la gobernanza.

Foto: Charles Michel

Y, en general, los eurodiputados de distintas familias políticas comparten una serie de ideas claras respecto al fondo de recuperación: que hay que proteger el medio billón de euros en transferencias, que hay que defender una gobernanza correcta y romper la dinámica establecida ahora mismo, que da cada vez más poder al Consejo sobre la ejecución del mismo, y que hay que evitar que la negociación se dilate más allá de julio.

Los intereses de España están claros para los eurodiputados: defender que la propuesta sea lo más parecida posible a la original, tanto en tamaño como en gobernanza y en condicionalidad. “El objetivo primero es conseguir que no haya recortes en las transferencias”, explica Luis Garicano, eurodiputado de Ciudadanos. Para el socialista Jonás Fernández, el objetivo debe ser “seguir defendiendo la propuesta de la Comisión Europea” y subraya la importancia de aumentar los recursos propios “para que se pueda ir amortizando” la emisión de deuda con que se financiará el fondo.

Dolors Montserrat, eurodiputada del Partido Popular, insiste en que la Comisión y el Parlamento Europeo han hecho ya sus deberes al hacer propuestas ambiciosas. “Ahora le toca al Consejo. Y el único español sentado en el Consejo es Sánchez, así que le pedimos que se remangue y que vuelva a España con las ayudas que ya se han propuesto desde el Parlamento y en la Comisión”, asegura la eurodiputada catalana.

placeholder El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, atiende a la prensa en Bruselas. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, atiende a la prensa en Bruselas. (EFE)

Ernest Urtasun, eurodiputado de En Comú Podem integrado en la familia ecologista de la Eurocámara, opina que “la cuestión de las magnitudes y el reparto de transferencias y préstamos empieza a ser admitida por todo el mundo”. El catalán advierte de otras prioridades para España. “Debe centrarse en que no se refuerce la condicionalidad”, asegura Urtasun, que explica que el segundo objetivo de Pedro Sánchez en la cumbre debe ser asegurarse de “que la gobernanza sea lo más democrática posible, y eso significa alejarnos lo máximo posible de la unanimidad que está pidiendo Rutte [primer ministro de Países Bajos]”.

La última propuesta, realizada por Michel la semana pasada, modifica la de la Comisión Europea, en la que se dejaba en manos del propio Ejecutivo comunitario la aprobación de los planes nacionales de reformas por los que las capitales europeas recibirían los fondos, y pone este paso en manos del Consejo, que aprobaría los planes con una mayoría cualificada. Países Bajos busca poder tener veto, pero fuentes diplomáticas explican que La Haya está bastante aislada en este punto.

Garicano insiste también en que una gobernanza demasiado compleja dificultará la ejecución del fondo. “Es muy poco tiempo en el que vamos a poder gastar una cantidad muy alta de dinero, España no ha sido capaz de absorber el dinero comunitario en niveles muchísimo más bajos”, explica el eurodiputado naranja, que advierte sobre el riesgo de acabar con “un mecanismo que se tarda mucho en aprobar y que requiere unanimidad”, algo que le quitaría a España “agilidad” en el gasto.

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El tercer punto que destaca Urtasun es uno en el que coincide todo el mundo: hay que evitar que, para mantener el fondo, se admitan recortes en el MFP. “No podemos vaciar el presupuesto plurianual de la UE, hay que conseguir mantener el MFP lo más robusto posible y como mínimo que no baje”, explica Garicano, mientras que el catalán añade que hay que esquivar el 'quid pro quo': admitir ajustes en el marco financiero a cambio de que los nórdicos suavicen el tono contra el fondo. “España debería vigilar exactamente qué tipo de recortes y en qué programas se van a producir, y particularmente los fondos agrícolas son un tema importante”, explica Urtasun.

Fernández señala que ya hay una tendencia a reducir el MFP, pero que hasta ahora se veía de alguna forma equilibrado con partes del fondo que iban a parar a partidas tradicionales del presupuesto europeo. Pero el socialista advierte sobre recortes que vayan más allá. “Si se recortan partidas clave como el Horizonte 2020 o Erasmus… No podemos tener un instrumento que se llama Next Generation EU y acabemos recortando las partidas del MFP dirigidas a las próximas generaciones”, asegura Fernández.

Todos los eurodiputados coinciden en la necesidad de proteger las transferencias en el pulso entre subvenciones y créditos. “Lo más importante es salvaguardar la parte de transferencias del paquete”, asegura Jonás Fernández. Urtasun explica que no hay problema de acceso al crédito, con un Banco Central Europeo (BCE) comprando y nuevos instrumentos como el de apoyo al empleo o la nueva herramienta del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). “Préstamos tenemos suficientes. A eso podemos renunciar y podemos volver al plan franco-alemán. A lo que no debemos renunciar es a los 500.000 millones de transferencias”, explica Garicano.

Acuerdo en julio

“Habrá acuerdo en julio”, asegura tajante el eurodiputado socialista, que considera que hay demasiados asuntos pendientes en la agenda como para dejar el asunto para después del verano. “Es un riesgo enorme, porque los frugales juegan a aplazarlo todo para que se diluya el 'momentum”, asegura Urtasun, explicando que los países que se oponen al fondo pueden esperar que en septiembre u octubre, al haberse reactivado la actividad económica, el debate se mueva a su favor y se diluya la urgencia.

“Todo el mundo comparte la visión de que el acuerdo debe cerrarse en julio, irnos más allá pone todo el plan en riesgo. Con lo fluida que es la situación, a saber cuál es la situación en septiembre”, asegura Garicano.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (Reuters)

“Espero sinceramente que se llegue a un acuerdo este mes de julio, pero vamos a buscar celebrar un nuevo pleno en el Parlamento Europeo para presionar al Consejo Europeo para que se alcance un acuerdo. Los ciudadanos europeos están esperando del Consejo lo que ya hicimos el Parlamento y la Comisión”, asegura Montserrat.

Parece difícil que este fin de semana se alcance un acuerdo. Países Bajos sabe que el tiempo juega a su favor, y que los países sureños pueden estar dispuestos a hacer más cesiones con tal de cerrar el pacto antes de que termine el mes. Pero la presidencia alemana y prácticamente todas las capitales están de acuerdo en la idea de que debe haber un paquete cerrado a finales de julio.

Este viernes y sábado, los líderes europeos vuelven a verse las caras en una cumbre en Bruselas por primera vez desde febrero. En aquella ocasión, tras 30 horas de reunión, fueron incapaces de ponerse de acuerdo respecto al Marco Financiero Plurianual (MFP) de los próximos siete años. Esta vez, la negociación no será más sencilla, ya que también debe acordarse el fondo de recuperación para la reactivación de la economía tras el covid-19.

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