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El teletrabajo afecta ya al 32% de los empleos, pero aumenta la desigualdad
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ADVIERTE DE UN AUMENTO DE LA DESIGUALDAD

El teletrabajo afecta ya al 32% de los empleos, pero aumenta la desigualdad

El covid-19 ha acelerado la tendencia a trabajar desde casa. Sin embargo, España está muy atrasada respecto de la UE. Aun así, el 32% de los trabajos se pueden hacer ya desde casa

Foto: España sigue a la cola en cultura de teletrabajo. (Pexels)
España sigue a la cola en cultura de teletrabajo. (Pexels)

La noticia buena es que la pandemia ha obligado a acelerar una tendencia creciente en los últimos años: la extensión del teletrabajo a nuevas actividades profesionales, lo que tiene efectos positivos sobre la conciliación (menos presentismo) o sobre el cambio climático (menos uso del transporte). Todavía no está clara su influencia sobre la productividad, ya que se pierden economías de escala.

La mala es que España, pese a contar con una de las mayores redes de fibra óptica de Europa, es uno de los países peor preparados de Europa para trabajar desde casa. No por razones tecnológicas sino porque el modelo productivo tiene una clara inclinación hacia actividades en que se necesita la presencia física del trabajador en su empresa.

Foto: Videoconferencia con periodistas esta semana desde el Palacio de la Moncloa. (EFE)

Así lo revela un estudio académico que se presentará en los próximos días, y que pone cifras a una realidad a la que se puede llegar de forma intuitiva. La economía española es especialmente vulnerable debido a que es muy dependientes de actividades como el turismo, la hostelería o la construcción, lo que hace que su propensión al teletrabajo sea menor. Aun así, y según el estudio, el 32% de los trabajos puede ser realizado enteramente desde casa.

El ‘paper’ ha sido elaborado por los investigadores Juan César Palomino, Universidad de Oxford, Juan Gabriel Rodríguez y Raquel Sebastián, de la Universidad Complutense de Madrid, y estima que España es el quinto país de la Unión Europea (UE) peor preparado para el teletrabajo, ya que solo supera a Rumanía, Bulgaria, Eslovaquia y Hungría. Por el contrario, los países que están en mejores condiciones para teletrabajar son Luxemburgo, Suiza, Suecia y el Reino Unido.

placeholder Índice de teletrabajo por países en Europa.
Índice de teletrabajo por países en Europa.

La principal aportación del estudio, sin embargo, es que construye un índice sobre la posibilidad de trabajar desde casa en función de diferentes parámetros: la región en que se habita, la edad, el sexo, el tipo de contrato o la formación. Y así, por ejemplo, la Comunidad de Madrid, con un índice de teletrabajo de 0,43 es la única región que está por encima de la media europea (0,38), encontrándose después, aunque a bastante distancia, Cataluña (0,36), Canarias (0,33) y País Vasco (0,33).

placeholder Teletrabajo por comunidades autónomas. (Eurostat)
Teletrabajo por comunidades autónomas. (Eurostat)

Modelo productivo

Por el contrario, las posibilidades de trabajar fuera de la oficina son menores en Castilla y León (0,24), Extremadura (0,25) e Islas Baleares (0,25). Estas cifras, según los autores del estudio, muestran que la dispersión territorial es “alta”, lo que indica que si se acelera esta tendencia en los próximos años, se abrirá una brecha que no tiene que ver con el tradicional eje norte-sur sino con factores más complejos, como la formación o la exposición del modelo productivo a determinadas actividades.

Según Raquel Sebastián, una de las autoras del estudio, todavía no hay datos empíricos, pero ya se está observando que cada vez más trabajadores lo hacen desde sus casas, situadas fuera de las grandes urbes. Esta tendencia irá creciendo en los próximos años, lo que puede ser de gran ayuda para enfrentarse al despoblamiento que sufre buena parte del territorio. “Creemos que está siendo así”, asegura Sebastián a falta de una comprobación científica.

El estudio llega a la conclusión de que las mujeres son menos vulnerables al distanciamiento que los hombres en todo el territorio español. No obstante, la dispersión por regiones es de nuevo elevada, así, la diferencia entre ambos sexos va desde los seis puntos porcentuales en Madrid hasta los 45 puntos porcentuales en Navarra. De nuevo, la exposición de cada territorio a determinadas actividades productivas influye en el resultado.

Aumento de la desigualdad

Por tipo de trabajo, y como cabría esperar de forma intuitiva, los trabajadores a tiempo parcial o con contratos temporales presentan probabilidades de teletrabajar mucho menores que sus compañeros a tiempo completo o con contratos indefinidos.

Igualmente, sostiene el estudio, se observa una “fortísima relación positiva” entre el nivel educativo y la probabilidad de teletrabajar en todo el país. Mientras que la probabilidad de trabajar desde casa de un empleado que cuente únicamente con educación primaria es como máximo de 0,13 (Madrid), la de un trabajador con estudios secundarios es de 0,28 (Cataluña), y con estudios universitarios, de 0,61 (Madrid). A mayor formación, más teletrabajo.

El estudio —adelantado por Nada es Gratis— va más allá y observa una enorme correlación entre nivel salarial y teletrabajo. Estima, en concreto, que los sueldos más elevados son menos vulnerables al distanciamiento físico exigido a causa de la pandemia del coronavirus. En concreto, los directivos, profesionales, técnicos y personal de apoyo administrativo son los colectivos menos vulnerables al distanciamiento.

placeholder Teletrabajo en función de la distribución salarial. (Eurostat)
Teletrabajo en función de la distribución salarial. (Eurostat)

Por el contrario, los trabajadores con salarios más bajos son precisamente aquellos que tienen más difícil teletrabajar. Es decir, se encuentran en una peor situación económica y laboral en un contexto como el actual, que ha obligado a cerrar multitud de actividades económicas.

Lo peor, sin embargo, puede estar por venir. Como sostiene Raquel Sebastián, coautora del estudio, el 'shock' de oferta inicial (confinamiento primero y distancia física después) “hará que la asimetría ocupacional de nuestro aparato productivo —muy volcado en actividades poco sustituibles por teletrabajo, como el turismo y la construcción— genere por sí misma un mayor grado de desigualdad salarial en España, tanto por trabajadores como por regiones”.

Foto: Una mujer teletrabajando en su casa. (EFE) Opinión

Es más, el 'shock' de demanda que ya se está produciendo por la caída del consumo privado “no hará sino amplificar esta tendencia hacia una mayor dispersión salarial, tanto personal como territorial”. Su conclusión no deja lugar a dudas. “No estamos hablando, por tanto, solo de una importante caída previsible de la renta per cápita, también de un incremento igualmente significativo de la desigualdad tanto a escala de los trabajadores como de las comunidades autónomas”.

La metodología de estudio se basa en un trabajo de dos investigadores, Jonathan I. Dingel y Brent Neiman, que llegó a la conclusión de que el 37% de los trabajos de EEUU puede ser realizado enteramente desde casa. Para adaptar el estudio al caso europeo y español, se ha utilizado la Encuesta de Población Activa que elabora Eurostat para el conjunto de la UE.

La noticia buena es que la pandemia ha obligado a acelerar una tendencia creciente en los últimos años: la extensión del teletrabajo a nuevas actividades profesionales, lo que tiene efectos positivos sobre la conciliación (menos presentismo) o sobre el cambio climático (menos uso del transporte). Todavía no está clara su influencia sobre la productividad, ya que se pierden economías de escala.

Encuesta de Población Activa (EPA) Productividad Paro Eurostat
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