La crisis económica del coronavirus será la más profunda que ha vivido España desde la Guerra Civil, pero su impacto será desigual por territorios y la clave estará en el tejido productivo

Texto y datos

Javier G. Jorrín
Jesús Escudero

Formato

Pablo L. Learte
Laura Martín
Luis Rodríguez
Carlos Muñoz

La pandemia del coronavirus provocará en España una caída de la producción como no se había visto desde la Guerra Civil. Las medidas de confinamiento de la población y el cierre de negocios y de centros de producción llevarán al límite la resistencia de la economía y muchos agentes económicos no podrán soportarlo. Las malas noticias comenzaron ya en marzo, cuando se produjo una destrucción de empleo nunca antes vista. Pero es solo la primera parte del golpe económico. A lo largo de las próximas semanas se conocerá la profundidad de la caída y, lo que es mucho más importante, la capacidad del tejido productivo para regenerarse.

Los indicadores de marzo y los primeros de abril muestran que la crisis ha alcanzado a todo el territorio nacional, pero también que su impacto es desigual. Algunas comunidades autónomas se preparan para una crisis duradera con una capacidad de respuesta muy limitada. Sin embargo, otras cuentan con los mimbres para limitar la escalada del paro y salir antes del ‘agujero’.

Los datos del mercado laboral de marzo dibujan una línea transversal en el mapa de España que divide al país en dos franjas: la noroeste y la sureste.

El mapa de España que deja la crisis está dividido en dos áreas diferenciadas por la composición del tejido productivo

Cambio del número de afiliados en marzo respecto a febrero

Fuente: Seguridad Social
0% a -2%
-2% a -4%
-4% a -6%
-6% a -8%
Más del -8%
0% a -2%
-2% a -4%
-4% a -6%
-6% a -8%
Más del -8%
Galicia
Coruña -3,1%
C
Lugo -1,9%
LU
Pontevedra -3,9%
PO
Ourense -2,6%
OU
Asturias
Asturias -3%
O
Cantabria
Cantabria -3,7%
S
País Vasco
Bizkaia -2,3%
BI
Araba -3,4%
VI
Gipuzkoa -1,9%
SS
Navarra
Navarra -2,4%
NA
Aragón
Huesca -6,1%
HU
Zaragoza -3,8%
Z
Teruel -2,1%
TE
Cataluña
Lleida -4,6%
L
Girona -3,8%
GI
Barcelona -3,7%
B
Tarragona -3,9%
T
La Rioja
La Rioja -3,3%
LO
Castilla y León
CL
León -2,8%
LE
Palencia -3,3%
P
Burgos -3,3%
BU
Zamora -2,7%
ZA
Valladolid -3,8%
VA
Segovia -1,9%
SE
Soria -2,5%
SO
Salamanca -3,7%
SA
Ávila -3,3%
AV
Madrid
Madrid -4,1%
M
Com. Valenciana
Castellón -4,8%
CS
Valencia -4,6%
V
Alicante -6,7%
A
Islas Baleares
Islas Baleares -1,1%
IB
Extremadura
Cáceres -3,4%
CC
Badajoz -4,1%
BA
Castilla La Mancha
C-L. M.
Guadalajara -4,2%
GU
Toledo -4,5%
TO
Cuenca -3,8%
CU
Ciudad Real -5,6%
CR
Albacete -4,4%
AB
Andalucía
Huelva -0,7%
H
Sevilla -6,4%
SE
Córdoba -6,3%
CO
Jaén -6,3%
J
Cádiz -8,3%
CA
Málaga -7,3%
MA
Granada -6,4%
GR
Almería -4,5%
AL
Murcia
Murcia -4,4%
MU
Canarias
S. C. Tenerife -6,6%
TF
Las Palmas -6,4%
GC
Ceuta
Ceuta -3,7%
C
Melilla
Melilla -2,5%
ML

La mayor destrucción de empleo en marzo se produjo en Cádiz, Málaga y Alicante, con pérdidas de afiliación superiores al 6%, pese a que el Covid-19 no ha tenido tanta incidencia en estas provincias. Andalucía acumuló uno de cada cuatro empleos destruidos (su peso en el empleo total es inferior al 17%). Por el contrario, en el norte, Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla y León, País Vasco y La Rioja sufrieron caídas del empleo del 3% o inferiores, a pesar de que el coronavirus ha golpeado más duramente a las tres últimas comunidades.

Estos datos, que recogen el primer impacto de la pandemia del coronavirus sobre el empleo, ofrecen un primer indicio: la estructura productiva de cada territorio determina la magnitud de la caída y no tanto la expansión de la pandemia.

El noroeste tiene un tejido productivo más diversificado y una demanda interna más sólida, lo que genera un soporte en plena caída y favorecerá la recuperación posterior. El suroeste, por el contrario, viene de un ‘boom’ de crecimiento en la última década gracias a su especialización en servicios de bajo valor añadido (turismo, hostelería y ocio) y la construcción. Actividades que son procíclicas, de modo que aprovechan al máximo las expansiones, pero se contraen con dureza en las crisis.

El norte está más industrializado y tiene una demanda interna más sólida. El sureste tiene una gran dependencia del turismo y la construcción

La estadística de códigos de cuenta de cotización de la Seguridad Social recopila las empresas activas con trabajadores a su cargo, lo que sirve para medir la salud del tejido productivo. En marzo se produjo la mayor caída de empresas activas con trabajadores desde que existen registros con 122.000 bajas. Este descenso excluye a las empresas que hayan mandado a todos sus trabajadores a un ERTE, lo que da buena muestra del nivel de afectación de la crisis sobre los agentes económicos.

La caída del número de empresas fue generalizada en todo el territorio español, pero con grandes diferencias entre provincias. Los peores datos se concentraron en la mitad sur de España. Jaén, la peor de todas, perdió nada menos que el 17% de sus empresas; Córdoba, el 13% y Granada, Cádiz y Huelva, más del 11%. Por el contrario, las provincias situadas en la franja noroeste experimentaron un descenso mucho menor, como es el caso de Guipúzcoa o Navarra, con caídas inferiores al 3%.

A 31 de marzo, Andalucía registraba 65,8 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes, mientras que País Vasco y Navarra tenían 266 y 323 casos, respectivamente.

Cambio en el número de empresas con trabajadores en marzo, en %

Fuente: Seguridad Social

10 peores

10 mejores

Jaén
-17%
-17%
-2,1%
Guipúzcoa
-2,1%
Córdoba
-13,2%
-13,2%
-2,6%
Navarra
-2,6%
Granada
-11,7%
-11,7%
-3,2%
Vizcaya
-3,2%
Cádiz
-11,3%
-11,3%
-3,3%
Segovia
-3,3%
Huelva
-11,3%
-11,3%
-3,3%
Lugo
-3,3%
Málaga
-10,8%
-10,8%
-3,4%
Palencia
-3,4%
Sevilla
-10,4%
-10,4%
-3,4%
Burgos
-3,4%
Ciudad Real
-9,2%
-9,2%
-3,5%
Teruel
-3,5%
S. C. Tenerife
-8,8%
-8,8%
-3,5%
Ourense
-3,5%
Badajoz
-8,2%
-8,2%
-3,9%
Girona
-3,9%

Aunque estas empresas que han cerrado podrán retomar su actividad en el futuro y contratar a sus trabajadores, a medida que se alarga el estado de alarma es más difícil que vuelvan a hacerlo. Por el contrario, cada día de confinamiento aumenta las posibilidades de que más empresas entren en situación de hibernación. Cuanto mayor sea el porcentaje de cierre de empresas, mayor será la caída de producción durante la crisis y más lenta será la recuperación.

En las últimas semanas varios organismos internacionales y casas de análisis han publicado sus previsiones de crecimiento para los distintos países. Si hay un punto en el que coinciden todas es en que la crisis será especialmente dura en España e Italia. Este pesimismo no se debe a que la pandemia del coronavirus se haya extendido más por estos países, ya que las medidas de confinamiento están siendo similares en toda Europa. La clave de la crisis está en la estructura del tejido productivo y aquí, tanto España como Italia, presentan grandes vulnerabilidades.

Una situación similar se reproducirá, a pequeña escala, dentro de los territorios nacionales. Las regiones con economías más diversificadas y dependientes de la industria y los servicios de alto valor añadido, serán más resistentes a la crisis. Por el contrario, las regiones de empresas pequeñas y poco productivas serán las perdedoras. La gravedad del impacto del coronavirus en cada región apenas tendrá influencia en la magnitud de la crisis económica de este año.

España e Italia serán los países europeos con una crisis más profunda; no por la expansión del virus, sino por sus vulnerabilidades económicas

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País Vasco: Europa en España

Álava fue, junto a Madrid y La Rioja, el primer territorio en sufrir la pandemia del coronavirus. Durante varias semanas el País Vasco se mantuvo como la segunda comunidad con más casos de coronavirus. Incluso a mediados de abril se mantenía en los primeros puestos, por encima de la Comunidad Valenciana, que tiene el doble de habitantes, o de Andalucía, que tiene cuatro veces más.

Sin embargo, a pesar de sufrir un brote temprano e intenso, las tres provincias vascas están entre las regiones de España que menos empleo y empresas destruyeron durante este periodo. En Guipúzcoa, la pérdida de empleo fue inferior al 2%, menos de la mitad que en el conjunto de España, en Vizcaya se limitó al 2,4% y en Álava fue del 3,4%.

La clave de su resistencia económica al virus está en su tejido productivo, con abundancia de empresas medianas y grandes dedicadas a la industria y a los servicios de alto valor añadido. Todas ellas son más resistentes a los periodos de crisis y garantizan el mantenimiento del empleo. Eso fue lo que ocurrió en la crisis de 2008 y se vuelve a reproducir ahora: la productividad de las empresas vascas es un seguro anticrisis para sus ciudadanos.

Andalucía: sol y playa

Andalucía tiene la situación opuesta. La comunidad tardó varios días en registrar brotes similares a los de Madrid o País Vasco, sin embargo, sus datos de paro están entre los peores del país. La composición de su tejido productivo hace que sea muy vulnerable.

Almería, Huelva o Cádiz tienen más del 45% de sus trabajadores del sector privado no agrícola en actividades de bajo valor añadido: hostelería, comercio, transportes y almacenamiento. Justo estos son los sectores más débiles ante esta crisis, no solo porque la demanda se haya desplomado, sino también porque tardarán meses en volver a la normalidad. Por ejemplo, el sector turístico difícilmente pueda realizar la campaña de verano, y está por ver si el comercio puede aprovechar la campaña de navidad de compras masivas.

El escenario de restricciones con el que trabaja el Gobierno contempla controles en estos sectores de servicios que requieren de la aglomeración de consumidores hasta final de año. Eso significa que no solo perderían la campaña de verano, sino que Canarias tampoco realizará con normalidad su temporada de otoño e invierno, meses en los que concentra la mayor parte del turismo extranjero a España.

El pulmón industrial del norte

Los sectores industriales no han escapado de las restricciones, pero la mayor parte de fábricas han mantenido la producción en mayor o menor medida. El tráfico de mercancías sigue abierto a pesar de las medidas de confinamiento y todas las dificultades que existen. De ahí que las regiones más industrializadas estén sufriendo una caída del empleo leve.

No solo eso: este sector tendrá un bonus al crecimiento durante la recuperación, ya que la diversificación de mercados gracias a la exportación minimizará su dependencia de la demanda interna de España. Si finalmente la crisis nacional es más grave que en el resto de países desarrollados, tal y como prevén todos los organismos internacionales, entonces la demanda externa será clave para la recuperación.

Navarra y La Rioja son las provincias más dependientes de la industria, con más del 30% de sus trabajadores del sector privado no agrícola empleados en esta actividad, en gran medida dedicados al automóvil. Pero hay otras provincias del norte muy industrializadas, como son Burgos, Palencia, Teruel o Soria, con más del 25% del empleo privado en fábricas.

Estas actividades se pueden realizar a distancia en su gran mayoría. Es el caso, por ejemplo, de las actividades profesionales (abogados, contables, asesores...), de informática, medios de comunicación, etc. De este modo, aunque se haya hundido la movilidad, la actividad se mantiene dentro de los hogares gracias al teletrabajo, lo que supone el salvavidas para Madrid.

Barcelona, por su parte, tiene una de las economías más diversificadas de España. Los servicios de alto valor añadido que se concentran en torno a la capital y la industria serán el contrapeso al hundimiento que se prevé para el turismo.

El turismo de interior

Las provincias más turísticas del interior de España también sufrirán meses complicados como consecuencia del coronavirus. Es el caso, por ejemplo, de Ávila, Segovia o Cuenca, que tienen más del 40% de sus trabajadores del sector privado en servicios de bajo valor añadido.

Estas regiones del interior tienen una mayor dependencia del turismo nacional, por lo que podrían resistir mejor ante un escenario de restricciones de la movilidad internacional. Sin embargo, si las rentas domésticas sufren una fuerte contracción, podrían ser especialmente vulnerables.

La estructura productiva de cada provincia determinará la magnitud de la caída de la actividad este año. La destrucción de empleo será más intensa en los servicios de bajo valor añadido (hostelería y restauración, comercio y transporte), lo que afectará a los territorios más expuestos a estas actividades.

El panorama para las empresas es desolador por el hundimiento de la oferta y la demanda y por la incertidumbre sobre el momento en el que se podrá recuperar la normalidad. Estas dudas han contribuido a desplomar la confianza, lo que anticipa un parón de la inversión y un aumento de los despidos. Esta caída de los indicadores de sentimiento ha sido desigual por sectores y el mayor desplome se ha producido en la hostelería, el transporte y la construcción.

Esto explica que las comunidades en las que ha cundido el pesimismo empresarial sean aquellas que concentran mucho turismo y construcción, esto es, en el sureste. Por el contrario, los territorios industrializados del noroeste tienen un panorama más favorable.

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Los sectores de especialización de cada región determinan el tamaño de las empresas y, a su vez, la calidad del empleo. En las actividades de servicios hay mayor presencia de microempresas, mientras que la industria está conformada por pequeñas y grandes firmas. Esta diferencia es muy importante, ya que la fortaleza financiera para sobrevivir a una crisis es mayor en las empresas grandes: “Cabe esperar que las pymes experimenten mayores dificultades de acceso a la financiación que las sociedades de mayor tamaño, lo que eleva el riesgo de desaparición de empresas como consecuencia de la crisis”, explica el Banco de España en sus últimas previsiones.

El sector servicios de bajo valor añadido se caracteriza, además, por crear trabajos temporales con un elevado componente estacional. Localiza, por tanto, el empleo más vulnerable a la crisis actual. España es el país de Europa con mayor nivel de temporalidad, superior al 25% de los asalariados, esto es, 4,4 millones de trabajadores, lo que muestra la magnitud del problema.

De ahí que la calidad del empleo vaya a ser determinante en cada provincia para superar la crisis. Casi el 90% del empleo destruido en marzo fue de trabajadores con contrato temporal. Esto explica la correlación existente entre el porcentaje de empleo temporal y la destrucción de empleo durante las dos primeras semanas de la crisis del coronavirus.

El objetivo de los gobiernos de todo el mundo ha sido mantener las rentas de los hogares para favorecer una rápida recuperación económica cuando puedan volver a consumir. Si lo consiguen y la demanda vuelve al nivel de partida, la oferta se verá arrastrada rápidamente para cubrir esa brecha. De ahí que las regiones que consigan mantener el mayor nivel de renta, partirán de un punto más favorable para la posterior recuperación.

Las rentas de los hogares dependen básicamente del empleo, pero en las crisis adquieren una gran importancia las pensiones. Eso fue justo lo que ocurrió tras la quiebra de Lehman Brothers: los jubilados soportaron las rentas de muchos hogares porque el avance del paro y la disminución de la protección social secó el resto de rentas. En esta crisis las pensiones volverán a ganar importancia por la caída del resto de rentas. Esto permitirá que los territorios envejecidos vayan a resistir mejor a la caída de ingresos de la crisis.

En este indicador, el noroeste de España vuelve a salir beneficiado, dado el elevado porcentaje de población mayor de 65 años y la cuantía elevada de cada prestación como consecuencia de las cotizaciones realizadas.

Las pensiones son una de las pocas rentas que estarán garantizadas durante esta crisis, lo que supondrá un soporte para el consumo

Peso de las pensiones contributivas en el PIB, datos de 2017

Fuente: Seguridad Social
20% a 12%
12% a 11%
11% a 10%
10% a 8%
Menos del 8%
Asturias
Asturias 19,6%
Cantabria
Cantabria 13,6%
Castilla y León
CL
León 17,6%
Zamora 13,1%
Salamanca 12,3%
Palencia 12,2%
Ávila 12%
Valladolid 11,5%
Burgos 11,4%
Soria 11,3%
Segovia 10,4%
Galicia
Ourense 13,9%
Lugo 13,4%
Pontevedra 12,3%
Coruña 11,6%
País Vasco
Bizkaia 19,8%
Araba 9,8%
Gipuzkoa 8,1%
Aragón
Teruel 12,3%
Zaragoza 10,9%
Huesca 9,3%
Extremadura
Cáceres 11,4%
Badajoz 10,1%
Andalucía
Cádiz 11,9%
Jaén 11,8%
Córdoba 11,5%
Granada 11%
Sevilla 10,7%
Huelva 10,4%
Málaga 9,5%
Almería 6,7%
España
España 9,9%
Com. Valenciana
Valencia 10,6%
Castellón 9,1%
Alicante 9,1%
Cataluña
Barcelona 10,5%
Lleida 8,3%
Tarragona 8,3%
Girona 8,1%
Castilla La Mancha
C-L. M.
Guadalajara 10,6%
Ciudad Real 10,1%
Toledo 9,7%
Albacete 9,3%
Cuenca 9,1%
La Rioja
La Rioja 9,7%
Navarra
Navarra 9,7%
Murcia
Murcia 8,3%
Canarias
Las Palmas 7,9%
S. C. Tenerife 7,1%
Madrid
Madrid 7,5%
Islas Baleares
Islas Baleares 6,7%

En Asturias, el caso más extremo por las reconversiones de la minería, las pensiones públicas suponen casi el 20% del PIB anual. Una situación similar ocurre en varias provincias del norte. En Vizcaya también alcanzan el 20% de su PIB, en León superan el 17% y en Ourense, Lugo y Zamora superan ampliamente el 13%. Por el contrario, en las regiones turísticas del sur y el este, como Almería, Tenerife o Las Palmas, las pensiones no alcanzan el 8% del PIB.

De esta forma, el noroeste de España gozará de un soporte para la demanda interna que se complementará con las exportaciones industriales. Sin duda una situación mucho más favorable para afrontar la crisis. En el extremo opuesto se sitúan las regiones del sureste, que están sufriendo una importante caída de rentas, agravado por el hundimiento de la demanda exterior que genera el turismo.

El consumo se ha hundido más de un 70% en las comunidades costeras como consecuencia de la desaparición de los turistas

BBVA Research ha realizado un seguimiento del consumo por comunidades autónomas en función del gasto público de sus clientes de tarjeta de crédito y de TPV. Aunque sean datos de una sola empresa, su presencia generalizada por todo el territorio nacional hace que sea un buen barómetro para analizar el comportamiento del consumo privado.

Variación del consumo medido en las tarjetas y TPV de BBVA respecto al año anterior

Fuente: BBVA
España
Asturias
Baleares
Canarias
Cataluña

Los datos son concluyentes: el hundimiento de la demanda ha sido más profundo en las regiones muy turísticas. Es lógico que así sea, ya que el consumo de los visitantes ha desaparecido. Así de fácil. Por ejemplo, en Baleares, el gasto está cayendo más de un 70% respecto al año pasado, mientras que en Asturias, el descenso no llega al 50%. Una brecha que asciende a 20 puntos y que será clave para que muchas empresas tengan que despedir o, incluso, cerrar.

Nadie sabe cómo evolucionará la pandemia del coronavirus, lo que hace que cualquier previsión esté sujeta a una gran incertidumbre. Pero lo que está claro es que España conoce bien cuáles son sus vulnerabilidades que agravan las crisis. Si la pandemia no provoca también un impacto desigual que afecte más a la franja noroeste y compense así los desequilibrios del sur, volverá la España a dos velocidades.