La pandemia del coronavirus provocará en España una caída de la producción como no se había visto desde la Guerra Civil. Las medidas de confinamiento de la población y el cierre de negocios y de centros de producción llevarán al límite la resistencia de la economía y muchos agentes económicos no podrán soportarlo. Las malas noticias comenzaron ya en marzo, cuando se produjo una destrucción de empleo nunca antes vista. Pero es solo la primera parte del golpe económico. A lo largo de las próximas semanas se conocerá la profundidad de la caída y, lo que es mucho más importante, la capacidad del tejido productivo para regenerarse.
Los indicadores de marzo y los primeros de abril muestran que la crisis ha alcanzado a todo el territorio nacional, pero también que su impacto es desigual. Algunas comunidades autónomas se preparan para una crisis duradera con una capacidad de respuesta muy limitada. Sin embargo, otras cuentan con los mimbres para limitar la escalada del paro y salir antes del ‘agujero’.
Los datos del mercado laboral de marzo dibujan una línea transversal en el mapa de España que divide al país en dos franjas: la noroeste y la sureste.