El Eurogrupo deja a los líderes el pulso para usar el fondo de rescate ante el Covid-19

Todas las puertas están abiertas, aunque algunas más que otras. Sin un comunicado conjunto, muestra de la falta de capacidad de acordar el documento entre los distintos ministros, el Eurogrupo digital de este martes ha concluido con los titulares de Finanzas de la UE dejando en manos de los líderes la decisión final sobre qué instrumentos utilizar para hacer frente a la crisis del coronavirus. Los jefes de Estado y de Gobierno mantienen una cumbre digital el jueves, y tendrán que recoger el testigo que este martes les da el Eurogrupo.

Durante el fin de semana y este lunes, la Comisión Europea y las capitales trabajaron en distintas opciones para presentar a los líderes el jueves. Algunas de estas medidas ya estaban muy encaminadas, como era la suspensión de las normas fiscales europeas, algo que quedó confirmado este lunes, y otras son mucho más conflictivas, en las que los Estados miembros no están para nada de acuerdo, con visiones muy distintas y enfrentadas.

Paolo Gentiloni, comisario de Economía, explicó este lunes que el Ejecutivo comunitario trabajaba en tres vías. Por un lado, que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) facilite una línea de crédito para aquellos países que lo puedan necesitar; un segunda opción es que el MEDE ponga en marcha un programa a todos los países, sujeto a la condicionalidad de que se dediquen los fondos a la lucha contra el coronavirus, lo que eliminaría el lenguaje tóxico y los malos recuerdos de la crisis para los países que se sometieron a programas, ya que requieren condicionalidad recogida en un memorando de entendimiento (MoU), y una tercera opción, señalada por Gentiloni y también por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, es la opción de que el MEDE u otra institución europea emita eurobonos, en este caso bautizados como coronabonos, al ser temporales y destinados al pulso contra el virus.

Tras la reunión de este martes, Mário Centeno, presidente del Eurogrupo, ha señalado que hay un "amplio apoyo" a que el MEDE despliegue uno de sus instrumentos, la línea de crédito con condiciones mejoradas (ECCL) para que la puedan solicitar los Estados miembros que lo necesiten, que obtendrían fondos que representarían hasta el 2% de su PIB. Esa cifra “podría ajustarse a la luz de la severidad de la crisis del coronavirus y sus efectos”, ha explicado Klaus Regling, directo ejecutivo del MEDE, que ha señalado que, efectivamente, una ECCL sería el instrumento más "ajustado" a las circunstancias.

No ha cuajado la petición de los que sugerían que cualquier programa del MEDE se aplicara a todos los países, con un MoU idéntico para todos, de forma que se esquivara el posible 'estigma' de haber necesitado acceder al instrumento del mecanismo, algo que, en cierto modo, señalaría a la capital que lo hiciera. Centeno ha explicado que la condicionalidad de esta línea precautoria sería, en el corto plazo, luchar contra el coronavirus, y en el largo volver a la estabilidad económica y financiera. Regling ha señalado que el 2% del PIB es lo que, de media, están gastando los Estados miembros por el momento para hacer frente a la crisis, por lo que el MEDE podría "cubrir" lo que se ha usado hasta ahora.

TE PUEDE INTERESAR

Conte aumenta la presión sobre la UE y pide movilizar el fondo de rescate ante el Covid-19

Nacho Alarcón. Bruselas

Antes del encuentro, Centeno señaló que no se trataba de llegar a un acuerdo entre ministros este martes, sino que el objetivo era allanar el camino y facilitar el trabajo a los líderes de cara a la reunión del jueves. "Estamos sentando las bases del acuerdo sin cortar ninguna vía posible", señaló el portugués, explicando que se pretendían dejar todas las opciones abiertas. El presidente del Eurogrupo enviará una carta al presidente del Consejo Europeo para que sirva de base de trabajo a los jefes de Estado y de Gobierno.

Hacia el choque

Durante las últimas horas, y ante la ofensiva de la Comisión Europea, Francia y París, a los que también se ha acabado sumando España, piden más coordinación europea e incluso señalan los coronabonos, pero Países Bajos y Alemania, los principales opositores a cualquier medida que represente una mutualización, se han apresurado a intentar matar la propuesta. Este martes por la mañana, Peter Altmaier, ministro de Economía alemán, señalaba en una entrevista que es importante tener “prudencia cuando aparecen conceptos presuntamente geniales que son el regreso de otras ideas que ya se han desechado en el pasado”.

Y es que los coronabonos son solo una derivada de la palabra tabú para Berlín y La Haya: eurobonos. En su momento, Angela Merkel, canciller alemana, aseguró que los eurobonos no verían la luz del día “mientras viva”. En una teleconferencia la semana pasada, la canciller se mostró menos contundente, señalando que serían problemáticos para Berlín, lo que disparó el optimismo en Roma, París y lanzó a Madrid hacia el discurso a favor de los coronabonos.

Aunque los coronabonos parecen perder fuerza ante la posibilidad de usar instrumentos precautorios del MEDE, Gentiloni ha seguido defendiendo la posibilidad de llegar a usarlos. “Tenemos muchos instrumentos sobre la mesa y los coronabonos son uno de los instrumentos que podemos tener. Tenemos que continuar con nuestra discusión y construir un consenso, porque todas las decisiones necesitan un nivel de coordinación y consenso como el que hemos mostrado hasta ahora”, ha asegurado el italiano.

Pero España y otros países rechazan que la respuesta se pueda quedar en la suspensión de las normas fiscales para poder aumentar el gasto público y en el paquete de compras de 750.000 millones anunciado por el Banco Central Europeo. Para Nadia Calviño, vicepresidenta económica, tampoco vale únicamente con poner en marcha algunas herramientas del MEDE, como puede ser la ECCL, sobre la que parece empezar a haber cierto consenso: “Esto no supone una verdadera respuesta europea desde el punto de vista fiscal”, ha criticado Calviño.

Eso sí, la vicepresidenta española, que sabe que ahora la UE juega con cierto margen después de que los mercados se hayan calmado en los últimos días, ha explicado que poner a funcionar el MEDE sí que es “un primer paso” como “medida transitoria” hacia una genuina respuesta europea. Es decir: si finalmente los líderes apoyan que el MEDE despliegue este instrumento para ayudar a los países en apuros, España y otros Estados miembros seguirán empujando al considerar que esto no es suficiente.

TE PUEDE INTERESAR

¿Coronabonos contra el virus? Merkel no dice que sí, pero tampoco que no

Nacho Alarcón. Bruselas Miquel Roig

Para Países Bajos, que lidera la familia de la Nueva Liga Hanseática, un grupo de países fiscalmente ortodoxos que se oponen a una mayor integración económica y a una reforma de la eurozona que lleve hacia una mutualización de riesgos, la historia es distinta y echa el freno. No es solo que no quieran hablar de coronabonos, es que directamente rechazan que el MEDE tenga un papel que jugar: se creó para ayudar a los Estados miembros que perdían acceso a los mercados y todavía ningún país lo ha perdido.

Su ministro de Finanzas, Wopke Hoekstra, ha mantenido la línea dura después del acuerdo, y ha señalado que ningún país considera estar en una "situación tan grave que necesite el MEDE" y que no se sabe si "ese momento llegará alguna vez", dando entender que el uso del mecanismo no solo no es un paso transitorio, como lo considera Calviño, sino que, en todo caso, sería la última opción.

Los holandeses son famosos por defender la política de que “cada palo aguante su vela”. Señalan que no necesitan la ayuda del MEDE ni necesitan coronabonos porque ellos han cumplido con la disciplina fiscal durante años y ahora tienen espacio fiscal para sacar la billetera. Uno de sus lugares comunes es el "riesgo moral" que representa mutualizar riesgos y compartir el peso de la responsabilidad: si no has hecho reformas es tu problema, y yo no debo cargar con él.

Por eso, Centeno ha lanzado un mensaje directo a La Haya al finalizar la reunión, recordando que, en esta ocasión, a diferencia de la crisis anterior, el 'shock' ha sido externo y simétrico. “Las consideraciones de riesgo moral no están justificadas aquí”, ha criticado el portugués, señalando que “esto es particularmente cierto para cualquier instrumento del MEDE”. Gentiloni también ha enviado una petición a Hoekstra: "Sabemos perfectamente que hemos heredado distintas visiones y divisiones de la anterior crisis, pero confío en que esta crisis nos permita superar estas visiones diferenciadas y estas divisiones, y creo que lo que ya hemos decidido en las últimas semanas demuestra que esto es posible"​.

Calviño también ha señalado que, aunque “es pronto para hacer estimaciones”, es seguro que España sufrirá “un impacto económico muy significativo”, por lo que subraya la importancia de dar, además de una respuesta sanitaria, una que sea económica y social con una acción coordinada a nivel europeo, recordando que esta crisis acabará golpeando a todos y su naturaleza no es asimétrica.

La vicepresidenta ha lanzado un mensaje de urgencia de cara a la reunión digital de líderes que se celebra este domingo, y de la que el Eurogrupo espera que salga una hoja de ruta. “Dada la gravedad de la situación, el momento [de actuar] es ya”, ha señalado Calviño. “No creo que haya tiempo que perder”, ha insistido la titular de Economía, que sí ha admitido que la necesidad de que las cosas se empiecen a mover no quita que “se pueda actuar en varias fases”.