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El derrumbe del petróleo pone en peligro el plan de transición energética del Gobierno
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En torno a 4.000 M menos de PIB en 2030

El derrumbe del petróleo pone en peligro el plan de transición energética del Gobierno

El propio Ejecutivo reconoce que un descenso en el precio de los combustibles fósiles frenará el crecimiento del PIB asociado al PNIEC y dificulta la generación de empleos netos por la transición

Foto: Apertura de la cumbre del clima en Madrid, con la participación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. (EFE)
Apertura de la cumbre del clima en Madrid, con la participación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. (EFE)

El derrumbe del petróleo producido por la crisis del coronavirus (menor demanda) y las guerras geopolíticas entre Rusia y Arabia Saudí (mayor oferta) puede debilitar sobremanera el plan del Gobierno para la transición ecológica en los próximos años. Desde el fiasco de la OPEP+ el viernes pasado, cuando el cartel de países exportadores de petróleo no se puso de acuerdo para bajar la producción, el Brent se ha dejado casi un 30%. Ha pasado del entorno de los 50 dólares por barril a alrededor de 35 dólares.

Diversos expertos advierten a El Confidencial de que unos precios de los carburantes más bajos de forma sostenida en el tiempo pueden suponer un fuerte desincentivo para los agentes económicos a la hora de cambiar el 'statu quo' energético actual, lo que lastraría las intenciones del Ejecutivo, que ha realizado un ambicioso plan de revolución verde para la próxima década.

El desplome del crudo "ejercerá una presión a la baja sobre el apetito por una transición energética más limpia", señalaba esta semana el director de la Agencia Internacional de la Energía, Fatih Birol.

PNIEC: "Se observa que un menor aumento de los precios de los combustibles fósiles supone una reducción del impacto en términos del PIB"

El propio Plan Integrado de Energía y Clima (PNIEC), remitido por el Ministerio para la Transición Ecológica a la Comisión Europea, reconoce que unos precios bajos de los combustibles debilitan el impacto positivo sobre la economía. España ha apostado muy fuerte en este sentido. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguraba que serán necesarios en los próximos años más de 240.000 millones de euros para llevar a cabo esta transición energética.

Las previsiones que manejaba hasta ahora el Ejecutivo difieren claramente de la situación actual. En el cuadro macroeconómico que envió a Bruselas en octubre de 2019 para el plan presupuestario de 2020, se contemplaba un precio del barril de Brent de 60,2 dólares. Es decir, que actualmente el crudo se encuentra cerca de la mitad de ese pronóstico.

placeholder Foto de archivo de un parque eólico. (Reuters)
Foto de archivo de un parque eólico. (Reuters)

Así, en sus análisis de sensibilidad, asume que una desviación del 25% del precio del carburante a la baja respecto a su escenario base llevará asociado un menor crecimiento del PIB en alrededor de 4.000 millones de euros para 2030. Además, este mismo escenario de precios de los combustibles fósiles a la baja supondrá que se creen 30.000 puestos de trabajo menos asociados a la transición energética cada año.

Según detalla el departamento dirigido por la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, en la memoria económica del PNIEC: "Se observa que un menor aumento de los precios de los combustibles fósiles supone una reducción del impacto en términos del PIB, y viceversa. Una reducción de los precios de un 25% genera una reducción del 18% en el impacto del plan en términos de PIB".

Más dudas de los inversores

Pese a que la crisis del petróleo acaba de estallar, ya hay algunos indicadores de que la revolución verde se está frenando. Fuentes del sector señalan que la pronunciada caída de la luz de las últimas semanas, derivada en gran parte del bajo precio del gas, está intensificando las dudas de los inversores en energías renovables, que ven cómo su fuente de ingresos —el mercado 'pool'— se ha reducido drásticamente.

Eso también se está notando en la firma de contratos de compraventa de energía a largo plazo (PPA). Las fuentes consultadas detallan que los precios están cayendo respecto de lo que se ofrecía hace tan solo unos meses. Empieza ya a sobrevolar el mercado si las actuales inversiones van a generar las rentabilidades que hasta hace poco se estaban prometiendo.

Ante este panorama, patronales del sector de renovables piden al Gobierno que acelere la convocatoria de subastas, para asegurarse así el desarrollo de nueva capacidad verde. No obstante, para poder hacer subastas en las que se puje a precio es necesario cambiar la ley, algo que no se contempla que pueda llegar antes de 2021. Si se hace una subasta con las reglas actuales, los bancos no van a financiar los proyectos, detalla otra fuente bancaria.

En este contexto, las consecuencias del coronavirus para el sector renovable van más allá. General Electric Renewable Energy, proveedor de aerogeneradores, advirtió de un impacto por los trastornos en la cadena de suministro. Su homóloga hispano-alemana, Siemens Gamesa, ha perdido un 15% en bolsa en lo que va de semana y es de los valores más castigados del Ibex 35.

Con este panorama, los agentes del sector se preguntan hasta dónde puede llegar el 'shock' de demanda que ha traído el coronavirus y hasta dónde se extenderá el 'shock' de oferta por la mayor puesta en circulación de crudo de los grandes países petroleros, que en suma están deprimiendo el precio del petróleo.

Más presión para el coche eléctrico

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima también contempla la puesta en circulación de cinco millones de vehículos eléctricos para el año 2030. La fuerte caída del crudo es, de nuevo, un claro desincentivo a optar por esta tecnología que a día de hoy sigue siendo más cara que los vehículos de combustión. Una reducción en el precio del crudo sostenida podría desbaratar también este plan del Ejecutivo socialista.

A corto plazo, además, supone una fuerte presión para los fabricantes. Bruselas ha anunciado duras sanciones para las marcas que ya desde este año 2020 no logren una media de emisiones de 95 gramos de CO2 por kilómetro en el cómputo global de los vehículos que matriculen, cuando en España 2019 se ha cerrado con una media de emisiones de más de 120 gramos de CO2/km. Eso obliga a las automovilísticas a vender muchos más coches eléctricos este año.

Foto: Electrónicos avisan de altos niveles de contaminación en Madrid. (EFE)

Esta es, según fuentes del sector, la principal razón de las fuertes campañas de publicidad y 'marketing' del vehículo eléctrico que se están haciendo desde principios de año. No obstante, si los usuarios observan una caída de los combustibles, tendrán menos incentivos para cambiar de automóvil. Habrá que ver hasta dónde puede llegar el Plan Moves de ayudas al vehículo alternativo, que Transición Ecológica quería impulsar y aumentar su cuantía hasta los 200 millones de euros en los Presupuestos Generales del Estado, pero finalmente se quedará en 65 millones, en vista de que los 45 millones liberados en 2019 no se han agotado. En cualquier caso, tras la crisis del coronavirus, los nuevos Presupuestos son una incógnita.

Si se cronifican los precios bajos del petróleo, la transición verde será mucho más difícil de llevar a cabo. Los expertos consultados creen que solo una decidida labor gubernamental, con subidas de impuestos sobre las tecnologías más contaminantes y la eliminación de subsidios a los combustibles fósiles, podrá mantener el pulso. Sin embargo, son conscientes de que ello conlleva medidas muy impopulares desde el punto de vista político. Máxime, en un escenario de deterioro económico global, incluso de recesión, como ya vaticinan algunos.

El derrumbe del petróleo producido por la crisis del coronavirus (menor demanda) y las guerras geopolíticas entre Rusia y Arabia Saudí (mayor oferta) puede debilitar sobremanera el plan del Gobierno para la transición ecológica en los próximos años. Desde el fiasco de la OPEP+ el viernes pasado, cuando el cartel de países exportadores de petróleo no se puso de acuerdo para bajar la producción, el Brent se ha dejado casi un 30%. Ha pasado del entorno de los 50 dólares por barril a alrededor de 35 dólares.

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