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Los fantasmas de crisis se disipan: la confianza repunta en el inicio del año
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La desaceleración toca a su fin

Los fantasmas de crisis se disipan: la confianza repunta en el inicio del año

Las encuestas de sentimiento muestran que la incertidumbre se disipa en el inicio del año. Las previsiones de los expertos apuntan a que la desaceleración está acabando

Foto: Foto: iStock.
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2020 pudo ser el año de la guerra comercial total, de la ruptura brusca de la Unión Europea por el Brexit o del conflicto entre EEUU e Irán, pero a medida que avanzan las semanas parece que ‘solo’ será el año del coronavirus y las protestas del campo. La incertidumbre económica se va despejando y, con ella, los riesgos a una crisis inminente. No significa que los riesgos hayan desaparecido, ni que la economía vaya a experimentar una gran aceleración en los próximos meses, pero el sentimiento económico apunta a que la desaceleración estaría tocando a su fin en el inicio del año y la actividad se mantendría en los niveles actuales.

Las encuestas del PMI a gestores de compras que elabora Markit suelen ser un buen termómetro para medir el sentimiento económico. El martes, publicó los datos de los principales países europeos correspondientes al mes de enero y estos apuntan hacia la estabilización de la actividad. La eurozona registró los mejores niveles de confianza desde agosto del año pasado, situándose ya claramente en la zona de expansión.

Foto: Imagen de la fábrica de Seat en Martorell. (EFE)

El índice compuesto (que mide el conjunto de sectores) avanzó hasta 51,3, por encima del umbral de 50, que es el que marca la diferencia entre expansión y contracción de la actividad. Alemania, Francia o Italia registraron los mejores niveles de crecimiento de los últimos meses, lo que anticiparía una leve aceleración de la actividad. Este avance del PMI “fortalece el indicio de que la tendencia puede estar cambiando para la economía de la zona euro”, explica Chris Williamson, economista jefe de IHS Markit, aunque recuerda que “el ritmo de crecimiento de la actividad es aún moderado y las empresas siguen preocupadas por los problemas existentes y por los nuevos riesgos”.

La lectura actual del PMI de 51,3 se correspondería con un ritmo de crecimiento del 0,2% trimestral y del 0,8% en tasa interanual. El sector servicios seguiría tirando de la actividad económica, mostrando así una importante resistencia a la desaceleración. Por su parte, el sector manufacturero habría comenzado el año con un repunte y, aunque todavía sigue en terreno contractivo, empieza a reaccionar gracias a la disminución de las tensiones globales que han lastrado gravemente el comercio.

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Para España, la recuperación de la eurozona es clave, ya que supone su principal mercado de bienes y servicios. El crecimiento de los países del euro se traduce prácticamente uno a uno a España (según los cálculos de BBVA Research), lo que significa que cada décima de aceleración en Europa tiene una traslación idéntica a la actividad en España. Se abre así una ventana de oportunidad en medio de la desaceleración para prolongar la fase expansiva.

La encuesta de confianza a los consumidores que elabora mensualmente el CIS apunta a que todos estos factores empiezan a sentirse en los hogares. El indicador de sentimiento mejoró en 9,4 puntos en enero y registró su mejor nivel desde el pasado mes de julio, durante las semanas en que la desaceleración económica se intensificó por el Brexit y la guerra comercial.

Un horizonte delicado

Las previsiones que manejan los analistas para la economía española apuntan a que la desaceleración se habría terminado ya. El INE avanzó la semana pasada que el PIB español habría crecido un 0,5% en el cuarto trimestre del año, una décima por encima del 0,4% de los dos trimestres previos. Este dato todavía está sujeto a revisión, ya que el avance se realiza solo con una parte de los datos trimestrales, pero sí apuntaría a una estabilización de la actividad.

Foto: Fotografía de archivo de una residencia para la tercera edad. (EFE)

Los analistas apuntan a que el crecimiento se estabilizará en 2020 en el 0,4% trimestral y el 1,6% interanual, según la última encuesta a expertos que elabora mensualmente FocusEconomics. La previsión de crecimiento de las 42 casas consultadas se sitúa en el 1,6% para 2020 y también 2021. Si se tiene en cuenta que el ritmo de crecimiento interanual cerró 2019 en el 1,8%, significaría que apenas queda ya margen de corrección y que las dos décimas de desaceleración se deben al ‘efecto base’ generado por el buen primer trimestre de 2019.

Estas previsiones se sostienen sobre un escenario de mantenimiento del consumo de los hogares, con ritmos de crecimiento del 1,6%, y de las exportaciones por encima del 2%. En otras palabras, será imprescindible que se mantenga la confianza de los hogares y la actividad en Europa. Dos premisas que están sujetas a una gran incertidumbre y que son susceptibles de saltar por los aires en cualquier momento.

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La incertidumbre todavía es elevada y la mejor muestra es el abanico de previsiones económicas de los analistas. El más optimista de la encuesta de FocusEconomics, la Economist Intelligence Unit del grupo The Economist, prevé un avance del PIB del 2,1% en 2020 y del 2% en 2021. Por el contrario, el más pesimista, Capital Economics, espera un crecimiento del 1,3% este año. Y de cara a 2021, el equipo de análisis de Julius Baer recorta las previsiones hasta el 0,7%.

La disparidad en las previsiones refleja la incertidumbre que existe en torno a la evolución de la economía en los próximos meses. Los últimos indicadores económicos apuntan a la estabilización de la actividad, pero el ciclo está ya suficientemente maduro como para ser vulnerable. El punto positivo es que España, y los principales países europeos, no ha tenido tiempo para acumular desequilibrios que puedan anticipar una grave crisis. Esta solidez es la que aleja los temores a una recesión. Pero ya se sabe, las crisis llegan por donde no se esperan.

2020 pudo ser el año de la guerra comercial total, de la ruptura brusca de la Unión Europea por el Brexit o del conflicto entre EEUU e Irán, pero a medida que avanzan las semanas parece que ‘solo’ será el año del coronavirus y las protestas del campo. La incertidumbre económica se va despejando y, con ella, los riesgos a una crisis inminente. No significa que los riesgos hayan desaparecido, ni que la economía vaya a experimentar una gran aceleración en los próximos meses, pero el sentimiento económico apunta a que la desaceleración estaría tocando a su fin en el inicio del año y la actividad se mantendría en los niveles actuales.

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