Tres de cada cinco euros del crecimiento del PIB se destinan a elevar la masa salarial
Las rentas del trabajo fueron las grandes perjudicadas de la crisis al ser sustituidas por impuestos y beneficios del capital. En esta fase de la recuperación están ganando parte del terreno perdido
Cuando estalló la crisis económica, tras la burbuja inmobiliaria, la principal vía de ajuste fue la masa salarial. Los despidos y las reducciones de salarios provocaron un hundimiento de las retribuciones del 14%, esto es, de nada menos que 78.000 millones de euros (incluyendo cotizaciones a la Seguridad Social). Esta fuerte caída de la masa salarial comenzó a recuperarse levemente a partir de 2014, pero no fue hasta 2018 cuando empezó a ganar terreno.
Ahora, en pleno 2019 y con la fase del ciclo bien avanzada, es cuando la mayor parte del crecimiento económico se está dirigiendo a elevar la masa salarial. El PIB de España aumentó en 41.700 millones de euros y, de esa cuantía, el 61% se fue directamente a remuneraciones de los trabajadores (todos los datos están en precios corrientes).
La masa salarial total ha aumentado en más de 25.300 millones de euros en el último año (desde el cuarto trimestre de 2018 hasta el tercero de 2019) según los datos de contabilidad nacional del INE. Se trata del mayor crecimiento de las rentas del trabajo desde el año 2009, con los últimos coletazos de la burbuja inmobiliaria. De esta forma, tres de cada cinco euros del crecimiento económico se están yendo a mejorar las retribuciones, lo que permite que recuperen peso en el PIB.
La recuperación de las retribuciones coincide con una de la economía y del empleo. De esta forma, aunque la creación de empleo es más moderada, la subida de sueldos está permitiendo este incremento de la masa salarial. La firma del IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) firmado en la primavera de 2018 entre los sindicatos y las patronales abrió el camino para mejorar los convenios en España.
[La pobreza salarial en España se concentra en las micropymes]
Empresarios y trabajadores acordaron que ya no se podía dilatar más la recuperación de los salarios tras una década de crisis. En algunos sectores también ha empezado a restringirse la oferta de profesionales, lo que ha obligado a las empresas a competir en salarios. El aumento de las vacantes muestra claramente cómo hay ramas de actividad en pleno empleo, lo que genera presiones alcistas sobre los sueldos.
La masa salarial, que suponía el 48% del PIB en 2002 (último año en el que la economía española estuvo en equilibrio cíclico), fue ganando terreno durante los años de la burbuja hasta alcanzar el 50% en 2009. A partir de ese momento empezó el ajuste y perdió cinco puntos, hasta el 45%. Este desplome empezó a revertirse en 2018, y en el tercer trimestre de 2019 ya suponía el 45,7% del PIB.
Sin embargo, este año y medio de recuperación ha sido claramente insuficiente y las rentas del trabajo están lejos de recuperar el peso que tenían hace años. Ni el número de trabajadores ha recuperado las cifras de 2008 ni tampoco la retribución media. En su lugar, ha crecido rápidamente el gasto en pensiones, lo que ha obligado a un importante aumento de los impuestos sobre el PIB. También han crecido las rentas del capital, que se han destinado a mejorar la situación financiera de las empresas.
La mayor parte de la nueva masa salarial procede de las empresas no financieras. Sus retribuciones han aumentado en 17.500 millones en el último año, el mayor incremento desde 2008. En tasa interanual, el crecimiento de los salarios de las empresas es del 5%, esto es, un punto y medio superior al crecimiento del PIB.
También está subiendo la masa salarial del sector financiero, y eso a pesar de que ha vuelto a destruir empleo como consecuencia de la reducción de las redes comerciales. En concreto, su subida es del 2,4%, inferior al PIB pero superior a la inflación. Esta divergencia entre salarios y empleo se explica por que la destrucción de empleo afecta principalmente a trabajadores de las oficinas, que tienen salarios bajos. Por el contrario, los equipos de las sedes, que son quienes más ganan, siguen mejorando su situación. Además, es importante tener en cuenta que una parte de la subida de la masa salarial de la banca responde al incremento de las bases máximas de cotización, ya que es uno de los sectores con salarios más altos.
En los últimos trimestres ha tomado la delantera el sector público, tanto por las subidas de salarios superiores al 2%, como por la contratación de nuevos trabajadores. La masa salarial a cargo de las administraciones ha crecido en 6.500 millones en el último año, una subida del 5,1%.
Cuando estalló la crisis económica, tras la burbuja inmobiliaria, la principal vía de ajuste fue la masa salarial. Los despidos y las reducciones de salarios provocaron un hundimiento de las retribuciones del 14%, esto es, de nada menos que 78.000 millones de euros (incluyendo cotizaciones a la Seguridad Social). Esta fuerte caída de la masa salarial comenzó a recuperarse levemente a partir de 2014, pero no fue hasta 2018 cuando empezó a ganar terreno.