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La separación de Trabajo y Seguridad Social levanta ampollas en PSOE y sindicatos
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TEMEN QUE SE ROMPA LA ACTUAL INTEGRACIÓN

La separación de Trabajo y Seguridad Social levanta ampollas en PSOE y sindicatos

La segregación en dos carteras del actual Ministerio de Trabajo y Seguridad Social tiene contestación. Sindicatos e incluso dirigentes del PSOE creen que es una mala idea

Foto: Pedro Sánchez y Magdalena Valerio, en un encuentro con los líderes sindicales en Moncloa. (EFE)
Pedro Sánchez y Magdalena Valerio, en un encuentro con los líderes sindicales en Moncloa. (EFE)

No hay nada cerrado todavía, al menos oficialmente, pero la segregación prevista del actual Ministerio de Trabajo y Seguridad Social es vista con mucho recelo por parte de los sindicatos e, incluso, de miembros de la dirección del propio Partido Socialista. No se discute que una de las carteras pueda ser ocupada por Unidas Podemos, sino la conveniencia de dividir un departamento que históricamente ha ido unido.

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Lo que temen es que al dividirse el ministerio, se visualice políticamente que una cosa es el empleo (la ‘pata’ de Trabajo) y otra distinta las pensiones, cuando estas se financian, precisamente, con las cotizaciones que pagan los trabajadores. En palabras de un líder sindical, “estamos, desde el respeto, preocupados por la posible separación, pero no sabemos nada de lo que se haya podido negociar, ni nosotros ni el actual Ministerio de Trabajo, con quienes hemos hablado y nos dicen que no saben nada”.

Las discrepancias son significativas. Lo que se critica es que se pretenda romper la integridad del actual ministerio en materias como la inspección de trabajo, que entiende de asuntos que tienen que ver indistintamente con ambas carteras, como la contratación fraudulenta, la salud laboral o aquellas normas relacionadas con las altas y bajas de los trabajadores, además del control de las cuotas de la Seguridad Social. Los sindicatos de inspectores, de hecho, ya han mostrado su malestar con la posible segregación.

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Fuentes bien informadas apuntan, incluso, que resultaría incongruente separar el actual SEPE (que gestiona las políticas activas de empleo y el pago de las prestaciones) del sistema de pensiones, cuando las cuotas que pagan los trabajadores por desempleo son consideradas cotizaciones de la Seguridad Social. “Sería un paso atrás desligar empleo y pensiones”, se asegura. El Servicio Público de Empleo Estatal, por ejemplo, depende actualmente de la Secretaría de Estado de Empleo, y está obligado a ingresar en la Seguridad Social las cuotas correspondientes a las prestaciones de desempleo.

La probable segregación, como se sabe, formaría parte del acuerdo que han suscrito el PSOE y Unidas Podemos, y aunque no se conocen los detalles, se da por hecha la separación con el objetivo de restar poder político a un ministerio tan emblemático como el de Trabajo y Seguridad Social, que sería ocupado (la rama de Empleo) por la diputada Yolanda Díaz, de Izquierda Unida. Un socialista sería el responsable del área de Seguridad Social.

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La caja única

Con todo, lo que más preocupa es que al separarse las políticas de empleo o las prestaciones de la gestión de las pensiones, se da una señal de que la Seguridad Social es una especie de ente autónomo, lo que podría romper su unidad orgánica. Se trata, por lo tanto, de un asunto de alto contenido político para los sindicatos, toda vez que temen que eso facilite la ruptura de la caja única de la Seguridad Social, un viejo contencioso del PNV en Madrid, que reclama el cumplimiento del Estatuto de Guernica.

El PNV, como se sabe, forma parte de la mayoría parlamentaria que apoyará a Sánchez si al final hay investidura, y siempre ha recordado a todos los gobiernos, del PSOE y del PP, que el Estado cumpla lo que dice el estatuto de autonomía, que en su artículo 18 establece que corresponderá al País Vasco “la gestión del régimen económico de la Seguridad Social”. Pero solo la “gestión”, no el régimen económico de la Seguridad Social (la normativa), que continúa siendo una competencia exclusiva del Estado, tal y como ha dejado claro en diferentes sentencias el Tribunal Constitucional.

placeholder El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, en un acto del partido. (EFE)
El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, en un acto del partido. (EFE)

El propio estatuto, en una disposición transitoria, otorga a la comisión mixta de transferencias Estado-País Vasco la potestad para establecer “los oportunos convenios mediante los cuales la comunidad autónoma asumirá la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, dentro de su carácter unitario y del respeto al principio de solidaridad, según los procedimientos, plazos y compromisos que, por una ordenada gestión, se contengan en tales convenios”. El estatuto de Galicia también dispone (artículo 33) de una cláusula similar.

Movilizaciones

Hay que recordar que la política de pensiones es un asunto central en el País Vasco, donde desde hace mucho tiempo se vienen sucediendo manifestaciones muy numerosas, apoyadas por los sindicatos nacionalistas, reclamando una subida de las pensiones hasta un mínimo de 1.080 euros mensuales. De hecho, los sindicatos, aunque sin el respaldo de UGT y CCOO, han convocado una huelga general para el próximo 30 de enero que no es mal vista por el Gobierno vasco, a quien le vienen bien estas movilizaciones para presionar al Gobierno central y lograr que se cumpla lo que dice el estatuto.

Esto es lo que preocupa a quienes cuestionan la idea de segregar las carteras de Trabajo y Seguridad Social, que desde 1981 han caminado juntas, lo que ha facilitado la permanencia del sistema de caja única. Es decir, que no se rompa uno de los principios fundamentales en un sistema de reparto como es el español. Durante los primeros años de la democracia, el sistema de pensiones colgaba del Ministerio de Sanidad, pero hay que tener en cuenta que por entonces no estaban transferidas las competencias a las comunidades autónomas.

No hay nada cerrado todavía, al menos oficialmente, pero la segregación prevista del actual Ministerio de Trabajo y Seguridad Social es vista con mucho recelo por parte de los sindicatos e, incluso, de miembros de la dirección del propio Partido Socialista. No se discute que una de las carteras pueda ser ocupada por Unidas Podemos, sino la conveniencia de dividir un departamento que históricamente ha ido unido.

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