Bruselas apuntala la tesis del frenazo a 3 días del 10-N y mete tijera a la previsión de PIB

A solo unos días de las elecciones generales y mientras el Gobierno trata de convencer a los votantes de que la situación económica española es buena, la Comisión Europea hunde el crecimiento de España cuatro décimas: en verano esperaba un crecimiento del 2,3%, pero en las previsiones económicas que se publican este jueves lo reduce hasta el 1,9%, según confirman fuentes diplomáticas a El Confidencial y adelantó ayer El Mundo. Para 2020 también hay un idéntico recorte: desde el 1,9% hasta el 1,5%.

Además, las estimaciones de la Comisión Europea no han tenido en cuenta los datos del tercer trimestre, que en el caso de la economía española fueron bastante mejor de lo esperado. España contuvo el frenazo creciendo al 0,4%, por encima de lo que estimaba Bruselas, que sin embargo no ha incluido el impacto de este trimestre porque ha llegado después de la "fecha de corte", a principios de octubre. Eso significa que la estimación de crecimiento anual para 2019 de la Comisión Europea ya cojea. Una fuente comunitaria señala que “puede ser” que con los nuevos cálculos suba hasta el 2% por el redondeo.

Las campanas que se echaron a volar en la revisión de verano, cuando se mejoró la perspectiva de crecimiento española a la vista del buen ritmo del primer semestre, han vuelto ahora a su sitio. Ya en el borrador enviado por el Gobierno el crecimiento era inferior a las previsiones de verano, situándolo en el 2,1%.

Buena parte de esta rebaja se achaca al cambio de cálculo del producto interior bruto (PIB) por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE), que alineó su método de cálculo con el de otros países europeos y por el camino se encontró con que sus cuentas eran unos 5.000 millones de euros más optimistas que las del resto de países de la UE.

Los buenos datos económicos del primer semestre llevaron en julio a la Comisión Europea ha sumar dos décimas de crecimiento a España: del 2,1% al 2,3%. Ahora, en parte, Bruselas deshace ese camino. Moscovici ha pedido sin embargo que no se sobrevalore el peso del bloqueo político en estos resultados, y ha admitido que con la economía española, el Ejecutivo comunitario tiende a ver el vaso medio vacío: “Debo decir que en la Comisión hemos sido un poco pesimistas en lo que a España y Portugal se refiere, y prefiero que sea así”.

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Javier G. Jorrín

La falta de medidas de nuevos ingresos a raíz de la falta de presupuestos provoca un efecto dominó: al fiar la reducción al ciclo económico, una rebaja del crecimiento hace que la caída del déficit se frene. El equipo de técnicos de Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Financieros, ha elevado el desequilibrio presupuestario para este ejercicio hasta el 2,3%, tres décimas por encima de lo que defiende el departamento de Nadia Calviño, y hasta el 2% desde el 1,7% de las cuentas enviadas por España.

Además, fuentes comunitarias apuntan a que las nuevas medidas de gasto, como la vinculación de las pensiones con el IPC y el aumento del sueldo un 2% a los funcionarios en 2020 ha profundizado en el empeoramiento del déficit.

Los datos que sí son correctos y que indican una tendencia preocupante son los de empleo: de un ritmo de creación del 2,2% en 2019 se bajará a un 1% en 2020 y a un 0,8% en 2021. En mayo las perspectivas eran mucho mejores: el 2,5% en 2019, 2% en 2020 y 1,7% en 2021. En cuestión de cinco meses y medio España se ha dejado casi un punto de creación de empleo en el horizonte.

La demanda doméstica también se ha desplomado. Mientras en mayo la Comisión esperaba que fuera del 2,8% este curso, ahora Bruselas recorta hasta el 1,3%, una perspectiva que mantiene para 2020 y 2021. Moscovici cree que esta caída del consumo se debe a que los hogares españoles están aumentando sus ahorros como precaución en un ambiente de “incertidumbre”.

“Hasta verano la narrativa era que el consumo estaba muy fuerte, sorprendía al alza, es decir, quizás el factor de preocupación en esos momentos era la tasa de ahorro era muy baja, y al revisar las series hacia atrás vemos que la historia ha cambiado, y por eso se ha revisado a la baja de 2019 en adelante. Hemos visto que la propensión a consumir no es tan alta como pensábamos”, explica una fuente comunitaria.

También da un varapalo el nivel del déficit estructural, algo a lo que la Comisión Europea da mucha importante

También da un varapalo el nivel del déficit estructural, algo a lo que la Comisión Europea da mucha importante pero una medición que el ministerio de Economía rechaza por considerarlo demasiado especulativo. Bruselas esperaba en mayo que el déficit estructural español (que elimina el elemento cíclico) se mantuviera en el 2,7% en 2019 y que solo superara la preocupante frontera del 3,1% en 2021. Ahora, los datos del Ejecutivo comunitario señalan que España tendrá un déficit estructural del 3,1% este mismo año, que subiría hasta el 3,2% el próximo ejercicio para volver a bajar al 3% en 2021.

Porque el pasado 15 de octubre, fecha en la que todos los Estados miembros tienen que enviar su borrador de presupuestos a la capital comunitaria para que los técnicos puedan analizarlos con lupa, España envío una nueva prórroga. Otro año más sin ajustes. Y la Comisión Europea pidió al Gobierno que tan pronto haya Gobierno se envíe un nuevo borrador a la capital comunitaria.

A la luz de las nuevas cuentas prorrogadas, Bruselas dictaminó que los presupuestos “parecen no estar en línea respecto con los requisitos de política presupuestaria […] pues apuntan a un riesgo de excesiva desviación en 2020 y en el periodo 2019-2020 en su conjunto respecto al esfuerzo fiscal recomendado”, sentenciaba la misiva firmada por Moscovici y el vicepresidente económico Valdis Dombrovskis.

La marcha de la Eurozona está de capa caída, y eso se contagia a España. El contexto internacional no ayuda, con guerras comerciales y la incertidumbre que genera el Brexit, con varios países pasando serios apuros, como Alemania o Italia, que lastran el crecimiento del resto de socios de la zona euro. Pero si a todo eso añades el hecho de que España no cuenta con herramientas económicas efectivas, en ausencia de un presupuesto, los escenarios de riesgo son mayores para una economía española que, sin embargo, sigue creciendo por encima de la media de la Eurozona.

Moscovici, sin embargo, ha restado importancia a la inestabilidad política. “España, durante los últimos años, ha mantenido un crecimiento que ha sido bastante significativo con gobiernos minoritarios desde 2015, así que no parece ser un factor, aunque de alguna manera va a tener un impacto, quizás ralentizando las reformas estructurales”. “Seamos claro, y no quiero que mi mensaje se use de forma ambigua: a pesar de la rebaja, debe decirse que la economía española está mejor preparada para aguantar (un shock) que antes”, ha asegurado el comisario.

El papel de Calviño, que cuenta con la simpatía de muchos de sus antiguos colegas de la Comisión Europea, donde fue directora general de Presupuestos, y en especial con la del comisario Moscovici, ha ayudado a que Bruselas no sea más dura con Madrid. Muchos ven el movimiento de Pedro Sánchez, presidente en funciones y candidato del PSOE a las elecciones, de anunciar la propuesta de Calviño como vicepresidenta económica como un guiño a Bruselas, como una protección ante una capital comunitaria que muchas veces puede ponerte en apuros.

La ministra estará este jueves de hecho en Bruselas, donde participará en un Eurogrupo en el que Moscovici hará una presentación de los datos económicos publicados solo unas horas antes.