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El debate económico: Sánchez no quiere hablar del empleo pero sí de Amancio Ortega
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Defiende al empresariado frente a Iglesias

El debate económico: Sánchez no quiere hablar del empleo pero sí de Amancio Ortega

Los candidatos de la derecha acusan al presidente en funciones de la desaceleración económica e Iglesias pide un gobierno de izquierdas para acabar con los recortes y los 'privilegios' de los ricos

Foto: Foto de familia antes del debate electoral (Efe)
Foto de familia antes del debate electoral (Efe)

Parecía que el debate económico iba a girar en torno al empleo y la desaceleración económica, pero finalmente acabó entrando en el plató el nombre del fundador y máximo accionista de Inditex, Amancio Ortega. Y no entró como un ejemplo de empresario de éxito, sino por su donación a la sanidad pública. Y lo que es más sorprendente, quien defendió su nombre fue el candidato del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. El líder socialista empleó la polémica generada por la donación de 310 millones del empresario para evidenciar su distancia con el candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias.

Sánchez se empeñó durante todo el debate en mostrar todos los puntos que distancian a su formación de Podemos, y el económico no fue diferente. "He escuchado al señor Iglesias criticar a Amancio Ortega por hacer donaciones para la lucha contra el cáncer infantil", señaló Sánchez, "¿Dónde está el problema?". Y para culminar, evidenció el rechazo a las críticas del líder de Podemos: "Discrepo de la forma que tiene usted de comprender el empresariado". Un mensaje claro y contundente: la empresa no es enemiga del Gobierno, sino aliada. Esto es, moderación y apoyo al sector privado para superar la desaceleración. En lo que no entró Sánchez es en preguntarle a Iglesias de dónde sale el dato de que Ortega paga únicamente el 5% por sus rentas del capital.

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Amancio Ortega fue también el salvoconducto de Sánchez para no hablar del frenazo del empleo durante el tercer trimestre del año. Y no fue porque el candidato del PP, Pablo Casado, no lo intentara. "¿Y la EPA [Encuesta de Población Activa] qué tal, señor Sánchez?", repetía Casado, "¿no quiere hablar de la EPA? Para que los españoles conserven su trabajo, Sánchez tiene que perder el suyo". Sánchez reconoció que "España claro que es vulnerable a las guerras comerciales o el Brexit, pero tenemos que ser rigurosos: tenemos pilares sólidos en nuestra economía". El presidente en funciones se negó a hablar de la ralentización del empleo y se centró en anunciar que nombrará a la ministra de Economía, Nadia Calviño, vicepresidenta económica para darle más peso a su cartera dentro del Consejo de Ministros.

He escuchado al señor Iglesias criticar a Amancio Ortega por hacer donaciones para la lucha contra el cáncer infantil, ¿dónde está el problema?

Casado no fue el único que acusó a Sánchez de provocar la desaceleración de la economía, el candidato de Vox, Santiago Abascal, advirtió que "tenemos una situación verdaderamente dramática" porque "viene una crisis y nos va a encontrar divididos" como consecuencia de la fragmentación provocada por el independentismo catalán. Para el candidato de la formación de extrema derecha los problemas económicos son consecuencia del "despilfarro de las autonomías, que lleva al expolio fiscal". Abascal propuso suprimir las comunidades autónomas para ahorrar entre 60.000 y 90.000 millones de euros, esto es, un recorte del 19% de todo el gasto público de España.

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El candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, acusó por igual al PP y al PSOE del fracaso económico de España durante las últimas décadas que ha provocado que España tenga la segunda tasa de desempleo estructural más alta de la Unión Europea. Rivera propuso una rebaja de impuestos que consistiría en la reducción de los tipos más altos del IRPF y eliminar el impuesto de sucesiones que todavía se mantiene en algunas comunidades autónomas.

¿No quiere hablar de la EPA? Para que los españoles conserven su trabajo, Sánchez tiene que perder el suyo

Sánchez se defendió de la revolución fiscal que propone la derecha: "Montoro [Cristóbal, exministro de Hacienda con Mariano Rajoy] ha reconocido que es imposible bajar los impuestos en España". Lo que dicen los estudios sobre el sistema fiscal español es que bajar los impuestos provoca una pérdida de recaudación, por lo que sería necesario realizar otros recortes en el estado del bienestar. "Todos conocemos el modelo económico del PP porque lo hemos sufrido en los últimos años".

Iglesias fue el candidato que realizó más propuestas concretas, en un auténtico 'revival' del debate de marzo. El candidato de Unidas Podemos prometió crear un impuesto a la banca para recuperar el dinero del rescate financiero, subir el salario mínimo interprofesional a 1.200 euros al mes, revalorizar las pensiones con el IPC, intervenir los precios del mercado del alquiler y subir los impuestos a las empresas.

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Eso sí, Iglesias también volvió a tirar de su tópico engañoso preferido: "Las grandes empresas pagan un tipo efectivo del 7%, mientras que las pymes llegan al 18%". La comparativa es tramposa porque toma datos homogéneos. En el caso de las grandes empresas calcula el tipo efectivo como el porcentaje de impuestos que paga en España sobre sus beneficios globales (que ya han tributado fuera). Por el contrario, para las pymes, calcula el tipo efectivo solo de los resultados en España. Las pymes y las grandes empresas, siempre que se estructuren como grupo empresarial con beneficios en el exterior, tributan en el extranjero parte de sus beneficios en virtud de los acuerdos contra la doble imposición. Y los tipos efectivos sobre resultado contable son más bajos en todos los casos, independientemente del tamaño de la empresa. Por ejemplo, en las pymes de 6 a 10 trabajadores que se estructuran como grupo, el tipo sobre resultado contable es inferior al 6%.

Parecía que el debate económico iba a girar en torno al empleo y la desaceleración económica, pero finalmente acabó entrando en el plató el nombre del fundador y máximo accionista de Inditex, Amancio Ortega. Y no entró como un ejemplo de empresario de éxito, sino por su donación a la sanidad pública. Y lo que es más sorprendente, quien defendió su nombre fue el candidato del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. El líder socialista empleó la polémica generada por la donación de 310 millones del empresario para evidenciar su distancia con el candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias.

Trabajo Encuesta de Población Activa (EPA) Amancio Ortega Pedro Sánchez
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