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Todos contra la CNMC: qué hay detrás de la guerra 'energética' de las circulares
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Hay en juego más de 6.000 millones

Todos contra la CNMC: qué hay detrás de la guerra 'energética' de las circulares

La tramitación de las circulares de la CNMC llega a su momento clave con las espadas en todo lo alto. Las compañías están poniendo toda la carne en el asador en una dura batalla con el regulador

Foto: El presidente de Enagas, Antonio Llardén (d), y el de Naturgy, Francisco Reynés, durante una mesa redonda dentro de la primera jornada de la reunión anual de la asociación Sedigas. (EFE)
El presidente de Enagas, Antonio Llardén (d), y el de Naturgy, Francisco Reynés, durante una mesa redonda dentro de la primera jornada de la reunión anual de la asociación Sedigas. (EFE)

En las plantas nobles de las grandes cotizadas energéticas viven desde antes del verano su particular vía crucis. La CNMC tramita unas circulares que amenazan 6.000 millones de euros que hasta ahora estas corporaciones tenían asegurados vía factura de luz y gas. Aunque el regulador presidido por José María Marín Quemada se ha convertido en el centro de todas las iras, los más viejos del sector saben que la clave no está en su céntrica sede de Madrid, sino a miles de kilómetros. Concretamente, en Bruselas, donde la Comisión Europea obligó a España a que las competencias regulatorias en materia energética pasaran del Gobierno al organismo independiente, una práctica habitual en la mayoría de países vecinos.

Echando la mirada atrás, los que viven en el día a día del sector saben que la cuestión competencial es una clave. "Nunca el sector se ha enfrentado a la amenaza de un recorte regulatorio de la magnitud del actual teniendo en frente a un ente independiente, porque la negociación con el Gobierno es muy diferente", explican fuentes al tanto de la negociación actual que vivieron de cerca cambios regulatorios en el pasado. "Con el Gobierno, entra todo en una dimensión más política que la actual, que se circunscribe a un ámbito más técnico" y añade: "En el pasado la regulación energética era moneda de cambio política, pero cuando esta depende del designio de una institución independiente todo cambia".

"A nadie se le escapa en el mundillo energético que grandes corporaciones afectadas hubieran podido ejercer una importante influencia sobre los poderes políticos de Cataluña si ello hubiera servido a los intereses del Gobierno de España, necesitado de resolver la cuestión territorial, a cambio de negociar una reforma regulatoria más favorable", explican a modo de ejemplo.

Foto: Tendido eléctrico en Navarra. (EFE)

Los actuales capos de la energía y sus inversores se encuentran con un rival diferente al de anteriores ocasiones, ya que tienen mucho menos que perder. Cualquier gobernante sabe lo difícil que se le puede hacer su mandato con las grandes 'utilities' en contra. Pero ahora los grupos energéticos se enfrentan a un organismo de técnicos que ha hecho una propuesta sin atender a cuestiones más políticas. Y, además, con un consejo de la CNMC que debe tomar la última decisión y que está de salida. El presidente de la institución, José María Marín Quemada y la vicepresidenta, María Fernández, ya han concluido su mandato y se mantienen en el cargo a la espera de que se forme nuevo Gobierno y se designen sus sucesores. De hecho, el motivo fundamental de su continuidad, así como la del director de energía Fernando Hernández, alma máter de la propuesta publicada en junio, es la de sacar adelante las circulares con la nueva retribución para los próximos seis años.

Pero las empresas energéticas no han tirado la toalla. No pueden. Muchos de los grandes inversores que han entrado en estas compañías lo hacían con unas expectativas que ahora están bajo amenaza. No se les advirtió de lo que se avecinaba, solo así se explica el fuerte derrumbe en bolsa que sufrieron tras conocerse las intenciones de la CNMC. Les convencieron de grandes dividendos seguros y ahora necesitan enmendar la situación para evitar una desbandada. Precisamente este argumento, el de quebrar la seguridad jurídica y espantar a los inversores, es uno de los más esgrimidos para presionar a la CNMC. La tramitación entra en un momento crítico. Toca aprobar las circulares de retribución para la distribución y el transporte gasistas, las más controvertidas.

Las empresas afectadas tienen más difícil negociar ahora con un organismo independiente que cuando lo hacían con el Gobierno, más en clave política

En los últimos días ya se ha aprobado la circular de transporte eléctrico con buenas noticias para Red Eléctrica, que aunque no consigue dar la vuelta al calcetín sí apunta a una serie de mejoras respecto al escenario que plantearon los técnicos en julio, peor para sus intereses. Algo similar podría ocurrir con el gas en los próximos días. Aquí la CNMC está dividida, los hay más partidarios de mantener el recorte y otros que creen que la propuesta es excesiva y se debe elevar la retribución, una vez vistas las alegaciones hechas por las compañías, varias de las cuales algunos miembros del consejo consideran acertadas.

El escenario que se empieza a dibujar es la de un recorte importante, pero no de la magnitud que plantearon los técnicos en su primer borrador. Los esfuerzos de 'lobby' de las empresas está surtiendo algo de efecto, pero no tanto como les gustaría. Por eso, ya han empezado a poner encima de la mesa los potenciales arbitrajes y litigios que la nueva normativa podría generar. Los grandes despachos sacan a relucir a sus figuras y ya afilan los sables a la vista del nuevo negocio que se prevé. Entre sus argumentos: la supuesta mala praxis de la institución a la hora de legislar y las fallas procedimentales en las que pudiera incurrir el regulador. Son el caballo de Troya de entrada y la amenaza para la CNMC antes de hacer su propuesta definitiva.

Los grandes despachos sacan a relucir a sus figuras y ya afilan los sables a la vista del nuevo negocio que se prevé con demandas por los recortes

No es casualidad que los argumentos de demanda contra la CNMC aparezcan en este momento, ya que las circulares se dirigen al Consejo de Estado para su análisis y posterior dictamen jurídico. Una vez realizado el mismo, el organismo presidido por Marín Quemada tendrá que proceder a la aprobación definitiva de la normativa. Aún queda partido.

Enemigos que tienen a favor del recorte

Pero Naturgy, Enagás o Red Eléctrica, además de Madrileña Red de Gas o Nortegás como compañías más perjudicadas por la nueva regulación, tienen otras oposiciones externas que dan alas a la CNMC. En primer lugar, está la industria consumidora, que está sufriendo dificultades en la actualidad por, entre otros motivos, los altos costes energéticos. Un frente patronal de 11 asociaciones clamó contra la retribución del gas. Señaló este verano que obtenían una sobrerretribución de casi 600 millones de euros al año desde 2014. Dicho de otro modo, aseguraron que el sector del gas se ha metido en el bolsillo 3.000 millones de euros de más. Su posición es clara, en la medida en que la CNMC meta tijera en los peajes, ellos se verán beneficiados de un recibo energético más barato, lo que repercute en su competitividad y la generación de empleo. Un empleo, precisamente, que las gasistas también han advertido que se resentirá si se materializa el recorte en toda su dimensión. El yin y el yang laboral.

No conviene obviar el poder de los consumidores. Hasta el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que tachó en julio de "barbaridad" el recorte al gas, ha dado marcha atrás y ahora advierte que la patronal de los empresarios se mantendrá "neutral" en esta cuestión.

Pero son otros enemigos más silenciosos los que pintan peor para sus intereses. El Ministerio para la Transición Ecológica ha hecho innumerables gestos que vienen a demostrar que su apuesta de futuro es por la electricidad y no por el gas, con lo que las reivindicaciones del sector no han encontrado en el departamento de Teresa Ribera un aliado. El Ministerio de Economía, que también tiene su papel aunque más residual en la cuestión, se ha puesto de perfil. Dicho esto, todo está supeditado al 10 de noviembre. Si de las elecciones sale un cambio de Gobierno, la postura del Ejecutivo en esta cuestión podría variar, pero no es el escenario más esperado.

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Juan Cruz Peña. Santa Llogaia (Girona)

Pero aún es más inquietante el silencio de Iberdrola, cada vez más próxima al Gobierno de Pedro Sánchez y con gran influencia sobre el siempre decisivo Partido Nacionalista Vasco (PNV). Desde que salieron las circulares ya hubo agentes del sector gasista que veían la mano de la eléctrica presidida por Sánchez Galán en el fuerte varapalo al gas. La firma con sede en Bilbao está haciendo 'lobby' a favor de la electricidad como energía del futuro en contraposición al combustible fósil. Un enemigo duro de roer para los intereses de las firmas gasistas.

En suma, grandes capos como Reynés (Naturgy), Llardén (Enagás) o Jordi Sevilla (Red Eléctrica) se enfrentan a su hora de la verdad. Con la versión definitiva de las circulares, esperada para final de año, llegará el veredicto que hagan los grandes accionistas de estas empresas. Apostaron por uno de los sectores más destacados hasta ahora por su binomio de rentabilidad y bajo riesgo. Quién sabe si la guerra contra la CNMC puede ser la antesala de un periplo de ventas accionariales anticipadas o relevos directivos destacados. Se avecinan curvas.

En las plantas nobles de las grandes cotizadas energéticas viven desde antes del verano su particular vía crucis. La CNMC tramita unas circulares que amenazan 6.000 millones de euros que hasta ahora estas corporaciones tenían asegurados vía factura de luz y gas. Aunque el regulador presidido por José María Marín Quemada se ha convertido en el centro de todas las iras, los más viejos del sector saben que la clave no está en su céntrica sede de Madrid, sino a miles de kilómetros. Concretamente, en Bruselas, donde la Comisión Europea obligó a España a que las competencias regulatorias en materia energética pasaran del Gobierno al organismo independiente, una práctica habitual en la mayoría de países vecinos.

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