Alerta en el sector del aceite, la fruta y el vino: España y UK se la juegan con el Brexit
España exporta más de 4.000 millones al año en productos agroalimentarios a Reino Unido. Los británicos dependen de nuestras frutas y hortalizas para abastecer sus despensas
La amenaza de un Brexit a las bravas abre un panorama de incertidumbre en la industria agroalimentaria española. Pocos países europeos se juegan tanto como España si hablamos de frutas y hortalizas, uno de los sectores más expuestos ante un hipotético cierre de fronteras y aranceles al comercio.
A diferencia del vino, las verduras frescas son un alimento perecedero que no se puede almacenar en la despensa por si las cosas se ponen feas, con una vida útil limitada y un riesgo de llegar en malas condiciones a Reino Unido si se producen atascos aduaneros tras un Brexit sin acuerdo. "El corto plazo es lo que más nos preocupa. En la actualidad, unos 11.000 camiones atraviesan el canal de la Mancha sin detenerse cada día", explica Agustín Herrero, director general de Cooperativas Agroalimentarias de España.
España obtiene la friolera de 1.944 millones de euros por venta de frutas y hortalizas a los británicos, casi la mitad del importe total del sector agroalimentario (más de 4.000 millones en 2018, un 2,8% más respecto al año anterior). Tomates, coliflores, brócoli, pepinos, lechugas, uvas, limones, naranjas, mandarinas, melocotones, sandías, melones, kiwis, frutos rojos o fresas son algunos de los productos con mayor volumen de exportación, por delante de otros países como Francia, Italia o Alemania. Por tanto, somos uno de los principales abastecedores de un país muy consumidor y poco productor como es Reino Unido.
Las empresas españolas temen no ya que los productos lleguen deteriorados a Reino Unido, sino directamente que no lleguen. "No descartamos desabastecimiento temporal en los supermercados si hay un Brexit salvaje", advierte Herrero, quien está convencido de que los consumidores británicos se llevarán la peor parte. Al menos, hasta que el país capitaneado por Boris Johnson firme acuerdos comerciales bilaterales con todos los demás, un proceso que puede demorarse años. Por lo pronto, UK queda fuera de los más de 750 convenios que la Unión Europea tiene firmados con otras regiones.
España exporta la mitad de sus frutas y hortalizas, e incluso el 70% si hablamos de lechuga, cítricos o alimentos de invernadero (tomate, pimiento, pepino). Reino Unido es nuestro tercer cliente, por detrás de Alemania y Francia, y depende de las importaciones para alimentar a su población. Según los datos del Ministerio de Agricultura, las hortalizas generan más de 202.500 empleos y tienen Andalucía como zona productora más importante.
Más impuestos al vino
El sector vitivinícola se pregunta si las autoridades gravarán al vino con un arancel adicional al ya existente. En la actualidad, esta bebida está sometida a un impuesto al alcohol (en torno al 12%) que varía en función del tipo y la graduación. Al hipotético encarecimiento del producto (tanto por los tributos como por la depreciación de la libra) se suma la inseguridad en intercambios comerciales: ¿quién garantiza que las marcas que están registradas en la Unión Europea tendrán validez después de la salida de Reino Unido?, plantea el presidente de la Interprofesional del Vino de España (OIVE), Ángel Villafranca.
"Imagínate que cambian el formato del etiquetado de un día para otro. Una medida así dejaría en una situación de inseguridad total a los vinos que ya están allí almacenados. El sentido común nos dice que debe haber un periodo transitorio, pero ese mismo sentido común también nos dice que el Brexit es una locura, y mira...", lamenta Villafranca. Los distribuidores británicos hicieron acopio de vinos españoles en los primeros meses del año (de cara a marzo, fecha tentativa de salida hasta que se retrasó a octubre), un hecho que ha perjudicado las exportaciones hacia Reino Unido este verano.
Los británicos consumen 23 litros de vino por persona y año. Son el tercer mercado más importante para nuestro país en valor y el quinto en volumen. Rioja es una de las denominaciones de origen más populares, aunque también triunfan los caldos de Jerez ('sherry') y los de Castilla-La Mancha. La industria patria teme que Reino Unido recurra al vino de países terceros como Chile, Sudáfrica o Australia, desplazando así el consumo de las marcas españolas. Eso sin contar con que nuestros países vecinos también saldrán a buscar nuevos mercados para mitigar el impacto del Brexit, un aumento de competencia que puede complicar la salida de los caldos españoles.
Menos 'oro líquido' disponible
El consumidor inglés se expone a tener problemas para encontrar aceite de oliva virgen extra (su categoría favorita) en los lineales del supermercado. "Es posible que haya menos mercancía disponible y una subida de precios, a riesgo de que caiga el consumo", sostiene el director general de la Asociación Española de la Industria y Comercio Exportador de Aceite de Oliva (Asoliva), Rafael Pico. Hasta ahora, no se ha notado incidencia alguna más allá de un pequeño repunte de las exportaciones en lo que va de año, probablemente vinculado a la necesidad de los distribuidores británicos de cubrirse las espaldas.
España vendió 45.000 toneladas valoradas en 152 millones de euros al mercado británico en 2018. Reino Unido está entre los principales clientes, solo por detrás de Italia, Estados Unidos, Portugal y Francia. Exportamos el 70% del aceite de oliva que producimos, lo que nos convierte en un país que necesita mirar al extranjero para dar salida al excedente. De hecho, la producción récord de esta campaña (1,8 millones de toneladas) ha hecho que los precios en origen se hundan hasta unos niveles complicados para los agricultores.
"No sabemos qué va a ocurrir, qué medidas se van a tomar o cuál será el escenario como para hacer una valoración. Lo único que está claro es que somos el primer suministrador de Reino Unido y nuestro liderazgo es indiscutible. El aceite de oliva es un producto al alza en el mercado británico, donde estamos haciendo campañas de promoción para destacar sus propiedades saludables", concluye Pico.
La amenaza de un Brexit a las bravas abre un panorama de incertidumbre en la industria agroalimentaria española. Pocos países europeos se juegan tanto como España si hablamos de frutas y hortalizas, uno de los sectores más expuestos ante un hipotético cierre de fronteras y aranceles al comercio.
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