Rapapolvo de Aznar y González a los políticos: “Que se vayan al rincón de pensar”

Un debate público entre dos expresidentes de Gobierno no podía empezar de la mejor manera. “Este señor”, dijo Felipe González a José María Aznar en tono jocoso, “me hizo el favor de sacarme del gobierno”. Aznar recogió el guante y remató la faena: “Desde que tuve el acierto de sacar al señor González del Gobierno… [risas del público]” todo ha cambiado. Incluso, remachó Aznar “algunos están dedicados a socavar los éxitos logrados por España en los últimos 40 años”.

No es de extrañar, por lo tanto, que los dos expresidentes coincidan en que los políticos actuales parezcan empeñados en “estropear” la convivencia. Es más, según González, “España parece empeñada en correr detrás de un futuro que ya pasó”, lo que explica que mientras el mundo avanza el país se haya paralizado. Hasta bloqueado por una clase política que, en palabras de Aznar, está perdiendo la oportunidad de lograr “objetivos compartidos”, que es la esencia de la política para que los países avancen.

Algo que se explica, según ambos, porque en el bipartidismo, con todo lo imperfecto que fuera, se gobernaba buscando la centralidad, que no es lo mismo que el centro. “Había”, según González, “una estrategia centrípeta”, mientras que ahora se buscan los extremos, lo que hace imposible los acuerdos. “Se busca el antagonismo”, aseguró el expresidente socialista, por lo que recomendó a los políticos, no dio nombres, que “se vayan al rincón de pensar”, a lo que Aznar asintió.

O lo que es lo mismo, según Aznar, que recuperen la centralidad, lo que no es lo mismo que acabar con la necesaria disputa entre Gobierno y oposición. “La pérdida de centralidad es muy grave”, aseguró. “Nosotros nos hemos peleado mucho, pero había objetivos compartidos de país y hoy no los hay”.

Aznar pone como ejemplo que mientras en Estados Unidos las grandes corporaciones tecnológicas están dando explicaciones en el Congreso, en España el parlamento lleva cerrado tres meses después de las elecciones. Es decir, España se duerme en los laureles mientras que las nuevas tecnologías son cada vez más inclusivas y compañías como Google, Facebook o Amazon (no citó los nombres) “están fuera de control”. Precisamente, porque no hay un debate público sobre la propiedad de la materia prima con la que operan, los datos, que son de los ciudadanos.

Como Italia, pero sin italianos

Una situación insostenible que le hizo recordar a Felipe González un viejo augurio que se ha cumplido. “Tenemos un parlamento como el de Italia, pero sin italianos”, cuya experiencia en manejar situaciones de ingobernabilidad es manifiesta. En España, por el contrario, como ha recordado González este miércoles, los políticos viene a decir a los ciudadanos: “Voten hasta que aprendan”, cuando son ellos los que tienen que ofrecer soluciones. Máxime cuando es probable que a finales de este año se hayan registrado cuatro elecciones generales en cuatro años, un hecho verdaderamente insólito en las democracias occidentales.

La ventaja, según Aznar y González, es que el país económico se ha desacoplado del país político, lo que explica que el PIB crezca más que en las grandes economías.

Aznar y González han clausurado el Foro DigitalES Summit 2019 dedicado a analizar el impacto de las nuevas tecnologías, y su conclusión es que España parece no comprender la magnitud del cambio. “No estamos ante un mundo más rápido, un mundo más veloz con tecnologías como el 5G, estamos ante un mundo diferente”, asegura González, para quien el hecho de que España no cuente con un organismo oficial para evaluar el despliegue de la inteligencia artificial “da idea de nuestro retraso”.

“Desde hace cinco o seis años en España no se toman decisiones”, recalcó Aznar, para quien no se trata sólo de formar Gobierno, sino de contar con una mayoría parlamentaria suficiente para llevar adelante las reformas. En particular, en lo relacionado con el avance de las nuevas tecnologías.

Estamos, como asegura el expresidente, “ante la hoguera de los disparates políticos”, por lo que habría que preguntarse cuánto crecería la economía si hubiera estabilidad política. Entre otras cosas, porque un mundo “sin reglas” tecnológicas conduce a que las grandes corporaciones operen a su antojo. “Las grandes empresas”, recalcó Aznar, “están fuera de control” de los gobiernos.