Bruselas reclama el eurofondo que cubriría 100.000€ por cliente si quiebra un banco

A solo unas horas de que los ministros de Finanzas de la eurozona se vean en Luxemburgo para una reunión clave sobre el futuro presupuesto de la zona euro, la Comisión Europea ha dado un tirón de orejas a las capitales: hay que completar la unión bancaria, los Estados miembros lo están retrasando y Bruselas cree que lo hacen de forma injustificada.

Toda discusión económica en Europa que tenga que ver con la profundización de las estructuras de la eurozona se centra en un único asunto: el tira y afloja entre países nórdicos y los del sur entre la reducción de riesgos y la mutualización de los mismos. Durante años, los Estados miembros más ortodoxos han rechazado compartir más riesgos hasta que los países del sur no redujeran los mismos.

El mensaje enviado por la Comisión Europea es claro: se está retrasando el progreso hacia un eurofondo de garantía de depósitos (EDIS) de forma injustificada, un 'impasse', en palabras de Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión Europea a cargo del Euro, porque “no ha habido progresos tangibles pese a los logros significativos que se han producido en la reducción de riesgos en el sector financiero”.

De hecho, la Comisión Europea ha publicado este miércoles también un informe sobre el progreso de la presencia de los créditos morosos en las cuentas de los bancos de la eurozona. “Muestra que la tendencia es positiva, el porcentaje de créditos morosos en la banca europea se ha reducido a más de la mitad desde 2014”, ha explicado el vicepresidente de la Comisión Europea.

Además de pedir progresos en el EDIS, Bruselas exige que se complete el acuerdo sobre la reforma del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) que ahora debe traducirse en un texto legal, en el que, precisamente, uno de los asuntos a tratar es el choque entre las competencias del Ejecutivo comunitario y de la institución presidida por Klaus Regling. Una fuente europea ha explicado que existen “tensiones” entre ambos organismos, pero que son menores después del acuerdo al que llegaron Comisión Europea y MEDE.

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Bruselas también exige que se den pasos adelante en los trabajos de preparación de un presupuesto para la eurozona, uno de los asuntos que más dividen a los Estados miembros, aunque tiene perspectivas positivas sobre un posible acuerdo.

La comunicación del Ejecutivo comunitario llega solo horas antes de un Eurogrupo clave en este aspecto, que se celebrará este jueves, una reunión “larga”, según fuentes europeas, en la que los ministros tendrán que discutir precisamente alguno de los asuntos espinosos, pero fundamentalmente centrada en lograr un acuerdo sobre las bases del futuro presupuesto de la eurozona. El resultado de la discusión, que promete adentrarse en la madrugada, será entregado a los jefes de Estado y de Gobierno de cara a la eurocumbre que se celebrará en el marco del Consejo Europeo del 21 de junio.

El EDIS también se tratará en la reunión del Eurogrupo, donde el presidente del grupo de trabajo, Hans Vijlbrief, presentará un informe a los ministros en el que propondrá “ampliar” la discusión al respecto para tratar de sacarlo del eje entre mutualización y reducción de riesgos, y el objetivo es que sea ya la próxima Comisión Europea la que tome el testigo y haga una nueva propuesta. Fuentes europeas explican que la situación es tan precaria que el objetivo ahora es “mantener con vida” la propuesta de un EDIS.

Dombrovskis ha recordado que la Comisión Europea ha hecho ya esfuerzos para tratar de sacar adelante la propuesta de 2015. “En 2017, no hicimos una enmienda a la propuesta sino que incluimos nuevos elementos que pensamos que podrían desbloquear la situación en el Consejo, desafortunadamente, esto no ha ocurrido. Desde la Comisión Europea estamos listos para hacer nuestra parte para facilitar el acuerdo”, ha señalado el vicepresidente, asegurando que están listos para hacer una nueva propuesta si es necesario.

Italia sigue ahí

Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Financieros, ha explicado también en rueda de prensa que el pasado sábado mantuvo un encuentro con Giovanni Tria, ministro de Finanzas italiano, y que la puerta de la Comisión Europea sigue abierta para discutir con Roma el procedimiento de déficit excesivo que Bruselas pidió lanzar. “La pelota está en el tejado de Italia”, ha asegurado el francés, recordando que el país paga 65.000 millones de euros en intereses de su deuda cada año, lo mismo que invierte en su presupuesto educativo anual.

“No gastemos el tiempo”, ha pedido Moscovici, que ha explicado que en la mañana del miércoles charló con Mário Centeno, presidente del Eurogrupo, y que espera que este jueves el asunto sea discutido por los ministros de Finanzas, aunque fuentes europeas apuntan sin embargo que no se espera que el intercambio sea largo.

Sobre la fecha en la que podría iniciarse formalmente el proceso contra Italia, que podría acarrear una multa de 3.500 millones de euros, Moscovici ha mostrado su intención en que la situación se retrase lo menos posible. Italia defiende que las nuevas cifras que publicará a finales de julio podrían convencer a Bruselas de que frene el procedimiento, pero la Comisión Europea pide medidas, no nuevas cifras.

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Un euro que pelee con el dólar

Uno de los principales objetivos del Ejecutivo comunitario en los últimos tiempos es avanzar en la internacionalización del euro, que se utilice más la moneda de los Diecinueve para operaciones de sectores clave.

La Comisión Europea recibió de los líderes en la reunión de diciembre de 2018 el mandato de trabajar sobre el reforzamiento del papel del euro, y desde entonces el Ejecutivo comunitario ha centrado mucho esfuerzo en ello. Especialmente Bruselas ha consultado a algunos sectores importantes para ello, y por el momento la respuesta es positiva para el mercado de las energías como el petróleo o el gas, para el mercado de divisas, el transporte, materias primas como minerales y metales, y por último para los productos agrícolas.

Bruselas considera que sus consultas muestran “un amplio apoyo para ir reduciendo la dependencia de una sola moneda global”, en referencia al dólar, y recuerda que el euro “es la única moneda con todos los atributos necesarios” para ser “una alternativa a los dólares americanos”.

Este martes, el presidente estadounidense, Donald Trump, tuiteaba una noticia de Reuters en la que explicaba el problema de Europa con el aumento del turismo, y señalaba que eso “se debe a que el euro y otras monedas se devalúan contra el dólar, lo que pone a EEUU en una gran desventaja”.

“No es apropiado utilizar el término devaluación”, ha explicado Dombrovskis, que ha recordado que el mandato del BCE es solo mantener la estabilidad de los precios y que por lo tanto “es el mercado el que determina” el cambio del euro.

Moscovici ha tenido también unas palabras para Trump: “Valoramos mucho nuestra relación con nuestros amigos americanos, pero ellos también deberán abstenerse de acciones unilaterales, el amor es cosa de dos. Por eso es bastante necesario que construyamos no en contra de nadie, pero por el bien de Europa, nuestras propias herramientas y estrategias”.