El empleo se acelera, pero el aumento de la población activa ralentiza la caída del paro
El mercado laboral da señales aparentemente opuestas. El empleo en términos anuales se acelera, pero la bajada del paro se estanca. La causa es el aumento de la población activa.
Dos fuerzas aparentemente contradictorias determinan los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al primer trimestre de este año. Por un lado, la creación de empleo se acelera en términos anuales, hasta el 3,16% (la tasa más alta desde el primer trimestre de 2016), pero, por otro, el paro también gana velocidad. Los 49.900 nuevos desempleados suponen el mayor nivel desde el primer trimestre de 2013.
La causa de esta aparente contradicción tiene que ver con el aumento de la población activa, que después de unos años estancada, incluso con descensos en algunos periodos, ha vuelto a florecer. Un fenómeno que suele producirse en ciclos expansivos, ya que las mejores expectativas de empleo animan a muchos parados a buscar un puesto de trabajo de forma activa, que es lo que justifica que un desempleado sea considerado parado a la luz de la EPA.
En concreto, y según la EPA, la población activa ha crecido en 155.100 personas en los últimos doce meses (un 0,68%), lo que explica la resistencia de la tasa de paro a bajar del 14%. Aunque en el primer trimestre de 2019 la población activa bajó en 43.500 personas, se trata del menor nivel desde antes de la crisis.
En el primer trimestre, en todo caso, se destruyeron 93.400 empleos (-0,48%), pero si se desestacionaliza el dato teniendo en cuenta factores de calendario, resulta que el empleo ha crecido un 0,76%, lo que debe, fundamentalmente, al hecho de que la Semana Santa (un periodo de gran contratación) se produjo el año pasado en marzo y este año en abril, lo que de alguna manera distorsiona las cifras.
Es muy relevante, sin embargo, la creciente disociación entre crecimiento del PIB y el empleo. Mientras que la tasa de variación anual del producto interior bruto avanza a un ritmo del 2,3%, el incremento de la ocupación, por el contrario, se sitúa en el 3,16%. Eso quiere decir que la desaceleración de la actividad (muy evidente por el peor comportamiento del sector exterior) no se está trasladando al mercado de trabajo. Al contrario, y como se ha dicho, el crecimiento del empleo es el mayor en los tres últimos años.
En concreto, los 19,47 millones de ocupados son la mayor cifra para un primer trimestre desde 2008, lo que refleja que España está ya más cerca de lograr recuperar los niveles de ocupación de antes de la crisis. El máximo nivel de empleo de la economía se alcanzó en el tercer trimestre de 2007, cuando la EPA mostraba la existencia de 20,75 millones de ocupados. Faltan todavía, por lo tanto, cerca de 1,3 millones de puestos de trabajo para recuperar los niveles de empleo de antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
Empleo y actividad
La creciente desconexión entre el ritmo de actividad económica y el empleo puede tener que ver -las series temporales son todavía cortas para hacer un análisis definitivo- con las características del mercado de trabajo que dejó la última reforma laboral (2012), que al introducir mayor flexibilidad en la contratación hace que la ocupación dependa menos de la evolución del PIB.
O expresado de otra manera, el empleo se reparte entre más trabajadores, lo que explica el creciente número de contratos, lo que hace que cuando el encuestador del Instituto Nacional de Estadística (INE) pregunta al trabajador si tiene empleo, tenga que contestar que sí, aunque se trata de un contrato de una semana, un mes o 90 días.
En los últimos doce meses, el empleo asalariado ha crecido en 565.500 personas, pero mientras el empleo indefinido aumenta en 455.100 personas el temporal lo ha hecho en 110.400. Ahora bien, buena parte de ese empleo indefinido tiene que ver con la parcialidad. Es decir, con los ocupados que tienen una jornada laboral inferior a la ordinaria. De hecho, el porcentaje de personas ocupadas que trabaja a tiempo parcial ha subido una décima, hasta representar ya el 14,90%.
Eso quiere decir que si se tiene en cuenta que la temporalidad supone el 26% de los asalariados, y otro 15% es parcial, alrededor del 41% es empleo precario. El resto sería indefinido y a tiempo completo, aunque hay que tener en cuenta que hoy las características del empleo fijo son también muy distintas a las del pasado, ya que las facilidades del empresario para despedir son mucho mayores.
A destacar, en este sentido, el papel que está ocupando el sector público en el mercado laboral. Lo que dice la EPA es que el ritmo de creación de puestos de trabajo en la administración aumenta un 3,47% en términos anuales, mientras que en el sector privado avanza un 3,10%. De hecho, algo más de uno de cada seis puestos de trabajo creados en el último año corresponde con el sector público, lo que es coherente con el mayor gasto público, de mayor intensidad en periodos preelectorales. En concreto, el número de empleados públicos alcanza ya los 3,2 millones, la cifra más alta jamás alcanzada.
Dos fuerzas aparentemente contradictorias determinan los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al primer trimestre de este año. Por un lado, la creación de empleo se acelera en términos anuales, hasta el 3,16% (la tasa más alta desde el primer trimestre de 2016), pero, por otro, el paro también gana velocidad. Los 49.900 nuevos desempleados suponen el mayor nivel desde el primer trimestre de 2013.