Los cinco grandes retos energéticos de España

Edificación: rehabilitación energética

Una de las principales causas del cambio climático es el excesivo consumo energético de nuestros edificios. La Unión Europea estima que el 40% del consumo total de energía corresponde a este sector. En este sentido la legislación a nivel europeo exige que tanto en rehabilitación como en obra nueva se reduzcan al máximo las emisiones. A nivel comunitario a partir de este año todas los edificios públicos que se construyan deben ser de consumo casi nulo y en 2021 deberán serlo todos.

Gran parte del parque de viviendas actual en España -valorado en 25 millones de euros- se corresponde con edificios antiguos que no cumplen con los estándares de ahorro energético y eso exige grandes costes de intervención. En total se estima que dos tercios de los inmuebles requieren rehabilitación y mantenimiento por no cumplir con los estándares de ahorro energético y aislamiento térmico. La buena noticia es que, tal y como muestra un estudio de KPMG, existen medidas eficientes en costes (es decir que se pagarían por sí mismas) para reducir a la mitad las emisiones en edificios en España, incluyendo mejoras en aislamientos térmicos, iluminación, calefacción, climatización y electrodomésticos.

“Actualmente la mayoría de las viviendas de España sufre pérdidas de calor que superan con creces lo estipulado por el Código Técnico de Edificación (CTE), aprobado en 2013”, avisan desde Danosa, compañía especializada en aislamientos. La empresa estima que por cada grado que movemos el termostato, la factura eléctrica se incrementa un 7%.

A la hora de hacer una mejora de la eficiencia energética de un hogar, Isabel Alonso de Armas, directora general de la Asociación Nacional de Empresas de Rehabilitación y Reformas (Anerr), recomienda afrontar toda la actuación del inmueble como una rehabilitación integral, aunque la realidad es que, en muchos casos, los costes económicos que conlleva son imposibles de afrontar de una sola vez. Ante esta situación, la directora aconseja que un técnico nos ayude a definir una hoja de ruta con las actuaciones a realizar e ir ejecutándolas paso a paso, sirviéndonos de las ayudas públicas del Gobierno y de las de las Comunidades Autónomas.

Autoconsumo: más y mejor regulación

El autoconsumo eléctrico permite al ciudadano generar la electricidad que va a consumir. Se estima que si se apuesta por esta modalidad el ahorro en la factura pueda suponer entre un 30% y un 75% en el caso de instalaciones sin baterías y de hasta el 95% en instalaciones con baterías.

La nueva regulación del Gobierno de Pedro Sánchez acaba con el peaje de respaldo que gravaba el autoconsumo en España, lo que supone el inicio de una nueva etapa. Según datos del sector, unos 5.000 hogares promoverán instalaciones de autoconsumo este año, una tendencia que, según los expertos, irá en aumento en los próximos ejercicios.

Además, a finales de enero, el Ministerio para la Transición Ecológica publicaba su propuesta de real decreto en el que se introduce la posibilidad de que los autoconsumidores viertan energía a la red eléctrica y puedan recibir dinero a cambio. Ante esta noticia, las expectativas del sector son bastante optimistas. “A falta de datos oficiales, desde APPA Renovables estimamos que en 2018 se pusieron en marcha más de 120 MW, una cifra que con la nueva regulación podría incluso triplicarse este año”, predice Pablo Corredoira, socio director de Haz Energía, consultora especializada en energía y asesor técnico de la Asociación de Empresas de Energías renovables (APPA).

Corredoira explica que la normativa no solo ha eliminado el mal llamado ‘impuesto al sol’ - cargos y peajes como los que paga cualquier consumidor eléctrico-, sino que, además, ha simplificado los trámites administrativos y permite el autoconsumo compartido o colectivo para facilitar la entrada a nuevos consumidores.

Reactivar las energías renovables

Los costes de las energías renovables se han reducido drásticamente en los últimos años gracias a los avances tecnológicos y la transición a modelos competitivos. “Las energías renovables que en el pasado necesitaron de incentivos para poder avanzar ahora presentan una madurez que les permite competir con las fuentes de generación tradicionales”, explica Rafael Alcalá, socio fundador de la consultora energética Trébol Energía. Aunque recuerda que esta competitividad, “necesita de un marco regulatorio que permita su implantación a un ritmo muy superior al actual y con la implicación de todos los agentes del sector, intentando evitar errores del pasado”.

“El despliegue masivo de renovables es necesario para reducir las emisiones, pero además permitirá generar y sostener empleo de calidad y aumentar la competitividad de la industria”, prometen desde Iberdrola. La compañía, además, incide en que las renovables contribuyen a una reducción de los costes de suministro -al no ser dependientes del precio de sus combustibles- y a una mayor estabilidad del precio de generación eléctrica, con un impacto favorable en la competitividad de la industria.

La Unión Europea, a falta de acuerdo final del Consejo Europeo, se ha propuesto como objetivo que en 2030 el 32% del consumo final de energía provenga de fuentes renovables. El Gobierno ha aprobado su 'paquete de energía y clima' y eleva ese objetivo al 42% en 2030, más del doble del actual y por encima del reto de la UE. Sin embargo, según Alberto Martín, socio responsable de energía de KPMG España, debido a la escasa interconexión de la Península ibérica con el resto de Europa, alcanzar estas cifras requerirá que las tecnologías de almacenamiento alcancen su competitividad en el mercado.

Actualmente la energía eólica es la que encabeza el ranking con 23GW, un 22% del total del sistema eléctrico. Hoy día hay 1.080 parques eólicos instalados en casi 800 municipios, 210 centros de fabricación ubicados en dieciséis de las diecisiete regiones autónomas, 12 centros de investigación y 14 universidades con actividades en el sector, lo que también permite mantener una posición de liderazgo en I + D + i.

Después de algunos años de parálisis, entre 2016 y 2017 el Gobierno realizó tres subastas de energía que concluyeron con la adjudicación de poco más de 8.000 MW de energía renovable, de los cuales 4.600 MW fueron de energía eólica, que debe instalarse antes de finales de 2019. Siemens Gamesa ha ganado alrededor de 1 GW desde finales de 2017. “Estamos bien preparados para el reto de instalar toda la capacidad”, avalan.

En cuanto a la tecnología fotovoltaica, en esas mismas subastas se adjudicaron la puesta en marcha de, aproximadamente, 4.000MW, lo que representa más de 3,5% de la potencia total eléctrica instalada en España en la actualidad. Pero, más allá de esta cifra, Pablo Corredoira asegura que existen solicitudes de conexión para más de 23.500 MW.

Si hablamos del resto de tecnologías renovables, en la termosolar, su patronal PROTERMOSOLAR estima que en 2030 podrían incorporarse al sistema otros 10.000MW de potencial. Por su parte, la biomasa podría incrementar su parque en 8.000 MW.

Almacenamiento: la clave de la transición

Las energías renovables tienen el rasgo característico de no ser predecibles y, además, no se pueden almacenar. Ese proceso daría acceso al suministro energético a todas horas. Por esta razón todos los expertos apuntan a que el almacenamiento es una de las grandes claves hacia la transición energética y uno de los hitos más importantes al que llegar.

Antonio de la Torre, director de tecnología de Siemens Gamesa, afirma que tienen una nueva solución para este asunto llamado ETES, “un acrónimo de Almacenamiento de Energía Térmica Eléctrica. Esta es una tecnología basada en el almacenamiento de calor a gran escala”. El concepto es bastante simple: el calor se almacena y, cuando se necesita, se utiliza para alimentar turbinas de vapor.

Con su nuevo almacenamiento, Siemens Gamesa pretende resolver uno de los problemas clave de la transición energética: el desafío de desacoplar la generación y el uso de energía. En España cuentan con un par de proyectos híbridos en desarrollo y en la zona de La Plana se están probando e implementando diferentes tecnologías de batería.

“En un sistema con una elevada penetración de energía renovable variable será necesario contar con almacenamiento de energía de corta, media y larga duración”, dicen desde Iberdrola. En este sentido existen múltiples tecnologías de almacenamiento que se diferencian por sus características de potencia, capacidad de almacenamiento (duración), eficiencia, densidad… La selección de cada tecnología está determinada por su idoneidad técnica para prestar una aplicación concreta, así como su coste”.

El transporte público debe mejorar

El vehículo eléctrico e híbrido avanza sin pausa en España. Desde enero a octubre de 2018 se entregaron 73.752 vehículos eléctricos o híbridos, lo que representa un crecimiento del 41% en comparación con el mismo periodo de 2017, según cifras de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones. Aun así las ventas representan solo un 6,4% del total, situándose todavía muy lejos de los coches diésel (36,6%) o los de gasolina (57,1%).

Ignacio Rocchetti, director de Industria de Loop New Business Models, consultora estratégica especializada en modelo de negocio, aceleración corporativa y desarrollo de productos y servicios, asegura que el problema de España es que los modelos de negocio actuales en el ámbito de la movilidad son rígidos y tienen inercias muy fuertes. “Cambiarlos es complejo por lo que el boom de la movilidad sostenible, de momento, solo se ve en los temas más ágiles vinculados con la primera y última milla (cuando el usuario sale y entra en su casa): ‘carsharing’, bicicletas, patinetes…” asegura Rocchetti. Lo que en su opinión hace falta es una apuesta real en aspectos más troncales, es decir, en los relacionados con sistemas públicos de movilidad que son en los que actualmente existe un mayor margen de mejora.

Desde Trebol Energía, Rafael Alcalá, hace referencia a la nueva legislación con la que se han liberalizado los puntos de recarga eléctrica haciendo posible su incremento, un factor indispensable para que el vehículo eléctrico pueda ser una realidad. A pesar de ello considera que en España la transición será una realidad más lenta que la deseada.

“España tiene los medios pero nos falta el propósito de abordar la movilidad sostenible como una apuesta global real”, dice Rochetti. Siguiendo el ejemplo de la alta velocidad, el director de Loop New Business Models asegura que España podría pasar de ser anónima en este tema a convertirse en un referente haciendo que la movilidad sostenible no solo sea un objetivo ambiental sino también económico, vinculado con el modelo de negocio.