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El queso 'low cost' holandés castiga a la industria española: "No podemos competir"
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críticas a la banalización del producto

El queso 'low cost' holandés castiga a la industria española: "No podemos competir"

Casi la mitad del queso consumido en España procede de excedentes lácteos de Holanda, Alemania o Dinamarca. Su bajo precio pone en guardia a los productores españoles, con problemas para competir

Foto: La industria española del queso no atraviesa su mejor momento. (EFE)
La industria española del queso no atraviesa su mejor momento. (EFE)

Ni 2,5 euros por un paquete de queso en lonchas. Es lo que se está pagando por determinados productos importados desde Holanda, Alemania, Dinamarca o Francia, elaborados con excedentes de leche y expuestos en el súper a precios de derribo. “Son quesos de bajo valor añadido con los que es imposible competir. Están haciendo mucho daño al sector en España”, denuncian fuentes de la industria.

En efecto, las importaciones de quesos europeos están aumentando a buen ritmo desde hace cuatro años, eclipsando los productos patrios. Los precios económicos, las variedades en auge (como los neerlandeses eEdam o gouda) y los formatos cómodos (en lonchas, en bloque, en barra) atraen tanto a los consumidores como a los hosteleros. Estos últimos “prescinden del queso español para ahorrar costes”, sobre todo si se dedican al sector de los platos preparados o las pizzas.

Casi la mitad (45%) del queso consumido en España procede de fuera, una cuota que apenas superaba el 35% en 2015. Francia, Alemania, Holanda, Italia y Dinamarca son los principales países que nutren España de quesos ‘commodity’, también conocidos como "la leche que viaja". Así los califica Luis Calabozo, director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), en una entrevista con este periódico.

En lugar de tirar o almacenar la leche que sobra, los holandeses, alemanes o daneses la transforman en quesos ‘low cost’

La leche que viaja no es otra cosa que “la salida de excedentes de leche en forma de quesos europeos”, explica Calabozo. En lugar de tirar o almacenar lo que ha sobrado, los operadores holandeses o daneses lo transforman en quesos ‘low cost’, con una penetración cada vez mayor en España. “La diferencia de precio es tan grande que muchos consumidores se han pasado a ese tipo de productos”.

Holanda es el segundo país que más ha disparado las importaciones (+17%) en los últimos cuatro años, por detrás de Italia (+39%) y por delante de Alemania (+9%). Si abrimos el foco a todo el mundo, España recibió 288.457 toneladas de queso extranjero en 2017, un 17% más que en 2014. El precio medio del queso se situaba en 7,34 euros el kilo a cierre de 2017, casi un 2% menos respecto a 2015.

placeholder Los quesos importados representan casi la mitad del consumo en España. (M. V.)
Los quesos importados representan casi la mitad del consumo en España. (M. V.)

"Se trata de queso puramente industrial, elaborado con excedentes para no distorsionar el mercado francés, holandés o alemán, y enfocado al canal de la distribución española", añade el responsable de ganadería de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). Román Santalla considera que el "grave problema" de las importaciones de quesos arruina el mercado interno. "Competir haciendo trampas no es competir, es especular".

La banalización del queso

Calabozo va más allá cuando dice que el queso se está convirtiendo en un producto reclamo, como ocurriera con la leche años atrás. Con precios tan bajos, “se está fomentando la venta a pérdidas en los países de origen, se presiona a toda la cadena láctea en su conjunto y se perjudica también a los quesos de mezcla, de oveja y de cabra”, advierte el director de Fenil.

Los sindicatos agrarios ponen deberes a las administraciones públicas. UPA espera que el Gobierno active cuanto antes el real decreto que obliga a informar del origen de la leche en la etiqueta, y pide a las CCAA que sancionen los casos de venta a pérdidas.

La patronal de los lácteos confía en que el Ministerio de Agricultura mueva ficha con una campaña de valorización del queso español y con medidas para evitar que se utilice como producto reclamo en los supermercados. El Confidencial ha trasladado esas demandas al departamento capitaneado por Luis Planas, pero no ha recibido respuesta.

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No es el único desafío al que se enfrentan los productores y fabricantes. La compra de queso en los hogares cayó un 0,7% en volumen y un 1,2% en valor en 2017. El consumo per cápita se ha desplomado un 4,4%, hasta los 7,66 kilos por persona y año. Por si eso fuera poco, el queso representa un 10,7% de todos los lácteos que se desperdician en nuestro país. Así se desprende del último informe sobre el consumo de alimentación en España, elaborado por el Ministerio de Agricultura.

No obstante, las exportaciones compensan (en parte) esa caída del consumo interno con una subida del 11,4% en 2017. Francia (+32%), Italia (+4%), Portugal (-1%), Estados Unidos (+7%), Alemania (+3%) y Reino Unido (+15%) son nuestros principales mercados, según las estadísticas de DataComex.

Ni 2,5 euros por un paquete de queso en lonchas. Es lo que se está pagando por determinados productos importados desde Holanda, Alemania, Dinamarca o Francia, elaborados con excedentes de leche y expuestos en el súper a precios de derribo. “Son quesos de bajo valor añadido con los que es imposible competir. Están haciendo mucho daño al sector en España”, denuncian fuentes de la industria.

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