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España agota el ‘filón’ de los tipos de interés: pagará 29.500 M de factura de la deuda
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El Gobierno reconoce la subida del bono

España agota el ‘filón’ de los tipos de interés: pagará 29.500 M de factura de la deuda

Las políticas expansivas del BCE han beneficiado especialmente a España, pero el ahorro en intereses ha llegado al límite. El Plan Presupuestario reconoce ya la subida del euríbor y los bonos soberanos

Foto: La ministra de Economía, Nadia Calviño. (EFE)
La ministra de Economía, Nadia Calviño. (EFE)

En el peor momento de la crisis financiera, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, salió en auxilio de los países periféricos. En el año 2012, comenzó una política monetaria expansiva que llevó los tipos de interés a mínimos históricos, hasta el punto de que España ha llegado a cobrar a los mercados por financiarse. Este desplome de los tipos permitió un gran ahorro de intereses justo cuando el país más lo necesitaba, pero este camino era coyuntural y en algún momento tenía que agotarse. Y ese momento ya ha llegado.

España gastará 29.500 millones de euros en intereses de la deuda en 2019, según las estimaciones del Gobierno que figuran en el Plan Presupuestario recién enviado a Bruselas. Esto significa que por tercer año consecutivo la factura de la deuda se mantendrá estancada entre los 29.500 millones y los 30.000 millones.

Foto: Las ministras Calviño, Celaá y Montero. (EFE)

El ‘filón’ de la caída de los intereses tiene ya poco recorrido. Durante unos años, generó un importante ahorro para el conjunto de las administraciones públicas. En el año 2014, el gasto financiero alcanzó su nivel más alto, 36.055 millones de euros, y desde entonces ha caído en más de 6.000 millones. Esta cifra no es menor, ya que equivale, por ejemplo, a toda la subida de impuestos y de ingresos por la subida de las bases de cotización que ha anunciado el Gobierno para 2019.

El Ministerio de Economía es consciente de que el margen para seguir reduciendo la factura de la deuda es muy limitado y que en cualquier momento podría volver a subir. De ahí que la ministra del ramo, Nadia Calviño, repita constantemente que la obsesión es reducir el endeudamiento de las administraciones.

El Gobierno confía en exprimir un poco más este ‘filón’ en 2019 gracias a los vencimientos de la deuda de largo plazo. A lo largo del año seguirán venciendo muchos bonos emitidos durante la crisis (entre 2007 y 2015), lo que significa que se refinancian con una importante reducción de los tipos de interés.

Esta previsión ha llevado al Gobierno a estimar que la factura de la deuda todavía podrá reducirse en unos 100 millones de euros el próximo año. Sin embargo, en los vencimientos de corto y medio plazo ya se empezará a sentir el mayor coste de la subida de los tipos de interés. Según las previsiones que recoge el Plan Presupuestario en base a las estimaciones de la Comisión Europea, el euríbor pasará del -0,3% al -0,2%, esto es, una décima más alto. En cuanto a la deuda a largo plazo, la rentabilidad del bono a 10 años subirá del 1,6% al 1,8%, niveles que no se han visto desde 2015.

¿El objetivo es la deuda?

“La deuda pública bajará en los años 2018 y 2019 prácticamente el doble de lo que ha venido haciendo en 2015, 2016 y 2017”, aseguró Calviño en la rueda de prensa en la que presentaba el Plan Presupuestario. La ministra mostró su absoluta convicción de que “sanear nuestras cuentas públicas pasa inexorablemente por reducir nuestras ratios de endeudamiento público”.

Foto: La ministra de Hacienda, María Jesús Montero (c), la ministra Portavoz, Isabel Celaá (d), y la de Economía, Nadia Calviño, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. (EFE) Opinión

Sin duda, la ministra está convencida de la necesidad de reducir la deuda pública, pero no reconoció que el ritmo de ajuste será más lento del que está fijado en la senda de estabilidad de Rajoy. Actualmente, el objetivo que hay aprobado obliga a rebajar la deuda pública hasta el 95,4% del PIB, una décima por debajo de la estimación que ha incorporado el Gobierno al Plan Presupuestario. En otras palabras, pretende reducir la deuda a un ritmo inferior al que está aprobado.

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Es lógico que así sea, ya que el Ejecutivo consiguió un margen en la senda de reducción del déficit de cinco décimas del PIB. Esto significa que el déficit público superará en 6.000 millones la senda de estabilidad antigua, del 1,3% al 1,8% del PIB. Mayor déficit implicará también mayor deuda pública.

La deuda pública bajará en los años 2018 y 2019 prácticamente el doble de lo que ha venido haciendo en 2015, 2016 y 2017

Estos números del Gobierno discrepan de la previsión de julio, en lo que supone un nuevo ajuste extraño en el Plan Presupuestario. En julio presentó una senda de estabilidad (que todavía no está aprobada por las Cortes) en que se comprometía a rebajar el déficit público al 1,8% del PIB para 2019, lo que supondría dejar la deuda en el 96,1%. Sin embargo, ahora afirma que, con el mismo déficit, la deuda pública bajará hasta el 95,6%, esto es, nada menos que 7.000 millones de euros de diferencia para un déficit que es el mismo.

La ministra también presumió de que lograría el primer superávit primario (esto es, antes del pago de intereses) desde el año 2007 con los Presupuestos de 2019. En concreto, estimó en seis décimas del PIB el saldo positivo primario. Esta senda ya estaba prevista en el Plan Presupuestario del Gobierno del PP, de hecho, el objetivo era alcanzar un superávit del 1% en 2019, casi 5.000 millones superior. Otra cosa es que el Gobierno de Rajoy hubiese cumplido sus promesas a Bruselas, algo que nunca hizo. También está por ver si Pedro Sánchez quiere comprometerse con su promesa o si seguirá los pasos de su predecesor.

En el peor momento de la crisis financiera, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, salió en auxilio de los países periféricos. En el año 2012, comenzó una política monetaria expansiva que llevó los tipos de interés a mínimos históricos, hasta el punto de que España ha llegado a cobrar a los mercados por financiarse. Este desplome de los tipos permitió un gran ahorro de intereses justo cuando el país más lo necesitaba, pero este camino era coyuntural y en algún momento tenía que agotarse. Y ese momento ya ha llegado.

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