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Tambores de recesión en Argentina: la tormenta perfecta se cierne sobre el país
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Los 'amigos' de Macri auguran la crisis

Tambores de recesión en Argentina: la tormenta perfecta se cierne sobre el país

Los analistas comienzan a comprender la magnitud del hundimiento del país en los mercados y temen que no pueda escapar a la recesión en los próximos trimestres

Foto: La cotización del dólar en Argentina cede tras la fuerte subida del jueves. (EFE)
La cotización del dólar en Argentina cede tras la fuerte subida del jueves. (EFE)

Cualquier país cuya divisa se hunda más de un 50% en ocho meses estaría contra las cuerdas. Si además tuviese déficit exterior, déficit fiscal y problemas de inflación, entonces se desata la tormenta perfecta. Este es el caso de Argentina. El acoso de los mercados, propiciado por los fuertes desequilibrios de su economía, han terminado de dejar al país al borde del precipicio.

La reacción de las instituciones ha sido muy agresiva. El Banco Central de la República de Argentina (BCRA) ha subido los tipos de interés al 60% (en Europa están en el 0%) con el objetivo de que los inversores internacionales inviertan en el país buscando unas rentabilidades que nadie más paga en el mundo. Además, ha obligado a los bancos a elevar sus reservas de pesos, de modo que consigan divisas del mercado y así frenar su caída.

Foto: Mauricio Macri a su llegada a un colegio electoral en Buenos Aires el día en que ganó las elecciones. (Reuters)

El resultado de todas estas medidas es que el precio del crédito para las familias y empresas se disparará en las próximas semanas. Es así como se inicia el efecto dominó: los agentes económicos reducen su consumo y su inversión, se resiente la demanda interna, se destruye empleo y comienza una espiral recesionista de la que es difícil salir.

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También ha decidido actuar el Gobierno del país, anunciando un fuerte ajuste presupuestario para acabar con el déficit público. Una medida que llega con retraso, ya que el presidente argentino, Mauricio Macri, trató de posponer la reducción de los desequilibrios del país para no perjudicar al crecimiento. No ha sido hasta que no ha estado contra las cuerdas, cuando el presidente ha aceptado un fuerte ajuste, tan inesperado y profundo que acerca todavía más al país a la recesión.

Macri se propuso liberalizar el mercado de divisas, que antes estaba intervenido por el banco central, con el objetivo de recuperar la confianza de los inversores. Al mismo tiempo, mantuvo los desequilibrios del país. Una combinación que ha resultado nefasta para el país.

Los grandes bancos de inversión comienzan a darse cuenta de que el país difícilmente podrá escapar de la recesión. Barclays estima que su PIB se contraerá este año un 1,2%; UBS cree que perderá un 0,3%; Bank of America, un 0,3% y Citi anticipa un descenso del 0,2% para el conjunto de los doce meses. Todas estas estimaciones han salido a partir de la segunda mitad del mes de agosto, lo que refleja hasta qué punto consideran que el hundimiento de Argentina en los mercados afectará a la actividad.

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Cuando llegó a la Casa Rosada en noviembre de 2015, Macri optó por mantener el estímulo fiscal y mirar para otro lado en cuanto al déficit exterior, los dos principales desequilibrios del país, junto con la inflación, que es el gran mal de Argentina. Los analistas temen que Macri no consiga cumplir sus promesas de reducción del déficit y estiman que se irá hasta el 5% del PIB este año. El objetivo de Macri con el FMI es reducirlo hasta el 1,3% del PIB, un ajuste que, si lo consigue, exigirá un gran esfuerzo para todo el país. Y como es bien sabido, realizar ajustes durante las crisis agrava todavía más la situación y retrasa mucho la recuperación.

También temen que Macri seguirá sin cortar el déficit exterior que tantos problemas de reservas de dólares genera. Según el consenso de mercado recogido por 'Bloomberg', el déficit por cuenta corriente cerrará el año en el 4,5% del PIB, un nivel difícilmente sostenible para el país. El hundimiento del peso provoca que todos los bienes que compran en el exterior sean mucho más caros, lo que aumenta todavía más la inflación en el país.

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Los meses más difíciles aún están por venir para Argentina. El FMI adelantó una parte del rescate acordado para 2019 y 2020 con el objetivo de templar la crisis y provocó el efecto contrario. Todos, inversores, ahorradores y trabajadores comprendieron que la situación del país es mucho más delicada de lo que pensaban y el desplome de la divisa se multiplicó.

Como es evidente, el impacto de esta incertidumbre sobre la confianza de los agentes económicos es muy severa, lo que hará que la demanda interna se congele y precipite la recesión. En las próximas semanas se comprobará si los augurios de los expertos son ciertos.

Cualquier país cuya divisa se hunda más de un 50% en ocho meses estaría contra las cuerdas. Si además tuviese déficit exterior, déficit fiscal y problemas de inflación, entonces se desata la tormenta perfecta. Este es el caso de Argentina. El acoso de los mercados, propiciado por los fuertes desequilibrios de su economía, han terminado de dejar al país al borde del precipicio.

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