Gas natural

Gas natural para impulsar tu coche

Una solución a la contaminación desaprovechada por España

A día de hoy, el 41% de la energía consumida en nuestro país está destinada al transporte

A día de hoy, el 94% de la energía proviene de fuentes derivadas del petróleo

Todavía tenemos mucho que cambiar en nuestra forma de movernos. En ese cambio, el gas natural quiere ser protagonista. El gas natural vehicular (GNV) en sus dos formas, el gas natural comprimido (GNC) y el gas natural licuado (GNL), es la una alternativa a los combustibles fósiles tradicionales (gasolina y gasoil). Entre sus ventajas destacan:

Precio más bajo que el de la gasolina [-50% menos]
Precio inferior que el del gasóleo [-30% menos]
Menos emisiones de gases contaminantes
Vías de desarrollo económico, innovación, empleo

En cuanto a su menor impacto ambiental, José Ramón Freire, presidente de la Asociación Ibérica de Gas Natural para la Movilidad (GASNAM), apunta a que el gas natural emite hasta un 25% menos de dióxido de carbono que la gasolina y un 85% menos de óxido de nitrógeno. Además, explica Freire, no emite partículas ni SO2.

“Es una buena forma de combatir el problema de la contaminación por partículas en suspensión en las ciudades”

Cuando el coche eléctrico parece estar al alcance de una minoría, el gas natural puede ser una solución intermedia, asequible y cómoda.

Además, Freire señala una tercera ventaja como sector económico: España siempre ha movido el gas natural en depósitos criogenizados, no solo a través de tuberías.

“Esto hace que nuestras empresas tengan el conocimiento necesario para manejarlo y transportarlo. Podemos convertirnos el líderes mundiales en una industria de vehículos impulsados por gas natural. Tenemos todo lo que necesitamos, solo hay que aprovecharlo”.

En frente de estos argumentos se encuentran algunos desafíos. Por un lado, el desconocimiento y la falta de ayudas para dar a conocer y fomentar esta tecnología. Muchos vehículos actuales podrían modificarse sin demasiada complejidad para incorporar un tanque de gas natural que complemente al de gasolina, pero los usuarios no lo saben.

Por otro, su todavía modesta implementación, que lo hace algo incómodo para los usuarios. Frente a las más de 11.000 gasolineras que hay en España, solo hay 57 puntos de repostaje de gas natural, lo cual se convierte en una pescadilla que se muerde la cola: al no haber una mayor demanda cuesta más que se amplíe la oferta.

Asignatura pendiente en España

A pesar de sus ventajas, la implementación de este sistema en España es todavía modesta: en 2017 el parque de vehículos era de 8.471, si bien el número está despegando, ya que en ese año se matricularon 2.332 vehículos, más del doble que en 2016. Y solo en el primer cuatrimestre de 2018 se han matriculado 1.822 vehículos.

Nuestro caso contrasta con otros de nuestro entorno, en concreto con el de Italia, donde a finales de 2017 había 1.186 estaciones de repostaje de gas natural y un millón de vehículos. Allí, según la consultora Prometeia, el éxito en la implementación de vehículos impulsados con gas natural se debe a un impulso conjunto de varios actores:

"El primero y más importante, el Estado, que incentivó la compra y la transformación de vehículos menos contaminantes, especialmente entre 2009 y 2010".

Otros países que lideran el ranking mundial en penetración de los vehículos de gas natural son Irán o Pakistán. Allí el motivo es diferente: la expansión de los vehículos llegó más tarde y al ser economías más modestas, el gas natural es una opción económica más viable para impulsarla. Por eso allí entraron directamente los coches y camiones que funcionan con este combustible y suponen un porcentaje muy alto: el 31,86% en Irán y el 33% el Pakistán.

¿Qué haría falta para que España tomase ejemplo de estos países e impulsase los vehículos de gas natural? Freire menciona un factor principal: luchar contra la inercia.

"El cambio tecnológico por sí solo es muy lento, hace falta que el Estado ayude a acelerar el cambio apoyando a los fabricantes y ayudando a los consumidores".

En nuestro país, el Gobierno lleva varios años convocando el plan de ayudas MOVALT (antes MOVEA), que favorece la compra de vehículos menos contaminantes. En la última convocatoria esas ayudas suponían 20 millones de euros que se agotaron en menos de 24 horas desde que se abrió el plazo para solicitarlas. Pese a ello, los Presupuestos Generales del Estado han destinado la misma cantidad para el año que viene.

Por otro lado, es en el transporte de mercancías donde el gas natural puede tener un gran impacto impulsando los camiones, e incluso los trenes, que distribuyen los productos por todo nuestro país con ayudas para que los camioneros actualicen sus camiones, así como el impulso de las empresas que les contratan. Compañías como Mercadona o Seur ya han tomado nota y están introduciendo vehículos a gas en sus flotas. Se trata, según fuentes de Mercadona, de apostar por el medio ambiente:

"También por la sostenibilidad de su actividad, que se traduce en la optimización continúa de su flota de transporte".

Asturias y Barcelona apuestan por el gas natural

Si bien es una tecnología a la que aún le queda mucho por conquistar en España, también hay que reconocer sus avances en nuestro país. Por ejemplo, cuando a principios de este 2018 se puso en marcha en Asturias el primer tren impulsado por gas natural licuado. Circulará en pruebas durante cuatro meses en el tramos de 20 kilómetros que une las localidades de Figaredo y Trubia.

La idea con este experimento es comprobar si es factible y eficaz operar un servicio de transporte de viajeros como este utilizando GNL. Para ello, la cabecera va equipada con dos depósitos, uno del mencionado gas y otro de gasoil, de forma que se pueda comparar los resultados de una y otra.

No es el único caso: en marzo de 2017 comenzaba a funcionar entre Barcelona y Palma de Mallorca el primer barco de pasajeros impulsado por gas natural licuado. Con un depósito de 30 m3, el ferry tiene autonomía para una semana y se trata de una adaptación exitosa de un barco anterior.

Este experimento tiene una importancia añadida para los astilleros españoles. Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, el 90% del comercio exterior europeo se mueve por vía marítima. Si España es capaz de situarse con liderazgo en la producción de barcos impulsados por gas natural, el mercado a su alcance puede suponer una fuente de riqueza, empleo e innovación.

Con todo esto, el gas natural va poco a poco ganando terreno dentro del sector del transporte, tanto particular como de viajeros y de mercancías.El objetivo final debería ser una tecnología de cero emisiones, y en esto las infraestructuras de gas natural pueden abrir el camino del hidrógeno y el gas renovable. El reloj medio ambiental y el económico avanzan sin tregua y necesitamos todas las ventajas que la tecnología nos pueda ofrecer, especialmente si ya está aquí, al alcance de nuestra mano.